La flojera no es mala. Lo malo es tener flojera cuando estás en la escuela a mitad de una clase aburridísima, o en la oficina con una lista de pendientes que crece cada vez más.

Según el doctor Jonathan Fader, el problema con la flojera es que buscamos razones para no hacer las cosas. ¡Somos buenísimos para encontrar pretextos!

¡Respóndele a tu cerebro!

El truco está en engañar a tu mente. Lo más importante es identificar esa vocecilla. Sí, ésa que te dice cosas como “Cinco minutitos más” o “¿Por qué hacer hoy lo que puedes dejar para mañana?”. No solo la ignores, respóndele: “No, tengo que levantarme ahora” o “Lo voy a hacer hoy te guste o no”.

Divide y vencerás

Después, divide la tarea en pequeñas partes. Si tienes que escribir algo, por ejemplo, divide el texto en párrafos que tienes que completar. Cuando sientas que no puedes o no quieres más, oblígate a continuar sólo un poco, y después un poco más. Como si estuvieras corriendo un maratón.

¡Qué no se te haga tarde!

Ten un plan

Prepárate con anticipación para los momentos en los que tengas que hacer cosas que te den flojera. Haz un plan que incluya rezongarle a tu mente y dividir las tareas (sí, aunque te dé flojera). Sácalo cuando lo necesites. Repite si es necesario.

ACTITUD FEM