Exitosa y bella, la actriz, de 30 años, hizo fuertes declaraciones sobre la vida que llevaba antes de ser famosa.
Megan Fox ocupa uno de los primeros puestos de mujeres más bellas de Hollywood. Exitosa y dueña de un físico alucinante, siempre pareció una mujer que lo ha tenido todo y más. Pero, al parecer, su pasado no es tan bueno como su presente.
En una entrevista para “El Mundo“, de España, Fox confesó algo que dejó atónitos a todos: “Desde que nací me he sentido un pez fuera del agua”. Y continuó: “Tras tantos años de bullying, me veo bien preparada”. Es que la actriz tiene un pasado doloroso que carga desde hace tiempo, ya que, como ella confiesa “en la escuela no tenía amigos. Y de adolescente, tuve que sufrir comentarios negativos y otras dificultades. Así que aprendí pronto a hacerme una coraza protectora”
Consultada de si aquello repercute en su ámbito de trabajo y las relaciones actorales, Megan fue contundente: “Hacerme una coraza protectora fue una buena lección para sobrevivir en Hollywood, donde primero te suben al cielo y después te destruyen”. En la escuela, sus compañeros la trataban muy mal: “me acusaban de llevar pestañas postizas y de usar lentes de contacto para alterar el color de mis ojos. Era pequeña, tenía siete u ocho años y esas críticas me parecían increíbles”, agregó.
Megan, que se encuentra casada con Brian Austin Green desde el año 2010 y con quien comparte tres hijos, admitió que “la intolerancia, la mezquindad y el odio que percibo a diario y por todas partes me genera mucha ira. Me amarga ver que suceden cosas horribles a las mujeres y me dan miedo la maldad y el oscurantismo del mundo en que vivimos”.
De todas formas, son buenos tiempos para Fox, quien recientemente dio a luz a su tercer hijo, llamado Journey River.
TKM
