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La convocatoria a un referéndum revocatorio de mandato tiene muchos ángulos para ver y analizar que ponen de manifiesto, en primer lugar, que el presidente más votado de toda la historia electoral de Bolivia, no ha podido sostener su gobierno apenas a dos años de iniciado su mandato, ante la fuerte crisis polÃtica y social que vive el paÃs producto de sus equivocaciones y enfrentamientos con la misma sociedad que lo eligió.
Tal vez para muchos gobiernos europeos y algunos latinoamericanos, el primer presidente indÃgena de Bolivia se convierte ahora en un hombre que está dispuesto a someter su cargo el voto popular para lograr la unidad de un paÃs dividido que avanza presuroso hacia las autonomÃas departamentales como una forma de romper las cadenas del centralismo.
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La convocatoria a un referéndum revocatorio de mandato tiene muchos ángulos para ver y analizar que ponen de manifiesto, en primer lugar, que el presidente más votado de toda la historia electoral de Bolivia, no ha podido sostener su gobierno apenas a dos años de iniciado su mandato, ante la fuerte crisis política y social que vive el país producto de sus equivocaciones y enfrentamientos con la misma sociedad que lo eligió.
Tal vez para muchos gobiernos europeos y algunos latinoamericanos, el primer presidente indígena de Bolivia se convierte ahora en un hombre que está dispuesto a someter su cargo el voto popular para lograr la unidad de un país dividido que avanza presuroso hacia las autonomías departamentales como una forma de romper las cadenas del centralismo.
Pero, para quienes vivimos dentro de este diverso país, vemos que el referendo revocatorio no es más que una vía de escape a los más grandes problemas que se le avecinan a un gobierno que no ha sabido escuchar a las regiones, que le ha restado autoridad a las autoridades departamentales, que busca recuperar afanosamente 5 prefecturas importantes ahora en manos de la oposición, que ha defenestrado a instituciones y autoridades y que ha perdido el rumbo para gobernar con sabiduría para un pueblo que mayoritariamente le dio su apoyo.
El gobierno del presidente Evo Morales, dice el ciudadano común en las calles, se ha "farreado" ese su 54 por ciento. Lo ha desperdiciado en su afán de destruir a la oposición política que al final terminó siendo su más estrecho aliado en el Congreso Nacional con la aprobación de ese referendo que pone al país nuevamente en una carrera electoral cuyos resultados son tan inciertos como la misma Ley que fue aprobada por un partido que perdió su condición de opositor.
Ahora sólo queda una oposición real y verdadera: los cuatro departamentos que han votado SÃ a las autonomías y que llevan adelante sus propios referendos para aprobar sus estatutos autonómicos tal como lo ha hecho Santa Cruz el pasado 4 de mayo con un contundente 85 por ciento que fue el tiro de gracia para un gobierno que no escatimó esfuerzos ni recursos económicos usados dentro y fuera de Bolivia para deslegitimar esa vieja demanda.
Esa es la verdadera oposición a la cual teme el gobierno, no es a Jorge Quiroga ni a su partido Podemos, ya que en varias oportunidades, a la hora de la verdad, le han dado la espalda al pueblo que también confió en ellos con su voto y los convirtió en la primera fuerza opositora del país, ahora apéndice del partido en función de gobierno.
Ese referéndum, ya tiene los primeros visos de un fraude de gran magnitud, ya que los denominados movimientos sociales, una especie de guerrilleros amparados en resoluciones ministeriales que los reconocen como organizaciones sociales, amenazan con medidas de presión si no se cambia a todos los vocales de las cortes electorales del país. Esas cortes que tienen en su vida institucional el prestigio de haber acompañado el proceso democrático desde el fin de las dictaduras, ahora quieren ser cambiadas.
Ni siquiera la Iglesia Católica, ni su principal exponente, el Cardenal Julio Terrazas se han salvado de la boca infame de quienes no tienen temor de Dios y que se dedican a insultar a todo aquel que ose oponerse a los mandatos de un gobierno que de democrático no tiene ni siquiera el nombre y que por el contrario avanza hacia el socialismo del siglo 21, cuando países como la misma Cuba están retornando a la realidad de un mundo globalizado.
Referéndum Revocatorio de Mandato. Ese es el nombre que se le ha puesto al nuevo proceso que se realizará el 10 de agosto. La pregunta es quién pidió ese referendo? La oposición que no es oposición? El pueblo que le dio un contundente sí a Evo Morales en las elecciones? Los prefectos opositores? Respuesta correcta: ninguno de los mencionados. Para conocimiento de quienes no se enteraron, fue el propio presidente quien presentó la propuesta en diciembre de 2007. Entonces tenemos que preguntarnos a qué viene esta convocatoria? Respuesta correcta: sacar del camino a los prefectos opositores. Pero como se puede sacar a un prefecto que ha obtenido una votación mayoritaria en las pasadas elecciones? Aquí viene la exigencia de los movimientos sociales, cambiando a los vocales de las Cortes Departamentales Electorales y poniendo a aquellos afines al MAS y al gobierno.
Cómo lograr este objetivo? con la convocatoria a Congreso lanzada el lunes por el vicepresidente Alvaro García Linera, quien se pasó por alto a la Comisión parlamentaria que tiene a su cargo viabilizar el proceso de selección de candidatos que aspiran a ocupar cargos acéfalos desde hace meses en las Cortes Electorales, Consejo de la Judicatura, Poder Judicial y otras instituciones que fueron defenestradas por el propio presidente y que obligó a esos representantes a renunciar ante tanta presión. Este miércoles se viene el golpe al Congreso fue la tímida denuncia de algunos parlamentarios de oposición, ya que el MAS, con mayoría en diputados elegirá a quienes tendrán la función de hacer ganar, de aquí en adelante, todos los procesos electorales que no podrán ser cuestionados ante las instancias legales, porque la meta del gobierno es también copar el Poder Judicial.
El pueblo boliviano, ese pueblo que le dio a Morales el 54 por ciento en las pasadas elecciones, es ahora nuevamente el protagonista principal que tiene en sus manos defender la democracia como lo hizo durante los gobiernos militares. Ese pueblo sufrido y oprimido que ahora se encuentra nuevamente en peligo de caer en otra clase de dictadura tiene ahora la responsabilidad de luchar por la democracia perdida hace dos años.
Para terminar, corresponde hacer una última observación: qué pasa si la votación se repite y queda todo cómo está? Se abrirán nuevas mesas de diálogo para salir de la crisis? Qué pasa si eso no sucede, siguirá la crisis? Este referendo es la solución? No sería mejor que todos renunciarán a sus cargos y que se llame a nuevas elecciones? Hay 3 meses para pensar antes de votar en el refendo convocado por el gobierno y apoyado por la oposición.