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El misterio de la nieta negra de Felipe IV




20/03/2015 - 15:32:57
ABC.es.- Ninguno de sus contempor�neos tuvo el atrevimiento de contar el resultado exacto de la promiscuidad sexual de Felipe IV. Entre 30 y 40 se mueven las cifras m�s exageradas. Cabr�a esperar, por lo tanto, que el Rey hubiera dejado tras de s� una algarab�a de descendientes, de distinta categor�a social e incluso de distinta raza. No en vano, su descendiente m�s ex�tica y sorprendente, dentro de los c�nones de la �poca, fue el misterioso fruto de una de las dos hijas leg�timas que sobrevivieron al Monarca: Mar�a Teresa de Austria, Reina consorte de Francia.

Mar�a Teresa de Austria era hija de Felipe IV y su primera mujer, Isabel de Borb�n. El �nico de los hijos en llegar a edad adulta del matrimonio es c�lebre hoy en d�a por ser retratada por Vel�zquez en una est�tica similar a las �Meninas�, pero su relevancia pol�tica lleg� por ser la esposa del Rey de Francia Luis XIV, el llamado �Rey Sol�. El lugar de origen y los v�nculos familiares, sin embargo, no impidieron que Mar�a Teresa consintiera los ataque franceses contra las posesiones espa�olas en Flandes durante la Guerra de Devoluci�n y en el Caribe, apoyando a los piratas (filibusteros y bucaneros) desde la Isla de la Tortuga, entre otras acciones hostiles hacia la Monarqu�a hisp�nica.

El 9 de junio de 1660, la hija de Felipe IV contrajo matrimonio con Luis XIV de Francia. Su entrega como prometida del Rey se formaliz� en Fuenterrab�a (Isla de los Faisanes), el condominio m�s peque�o del mundo que hoy se encuentra en el t�rmino municipal de Ir�n, en un acto cuya preparaci�n cont� con la participaci�n de Vel�zquez. En su primer encuentro, la princesa se enamor� profundamente de su futuro marido, quien respondi� con cierta indiferencia hacia ella, lo cual explica que se plegar� tan r�pido a las exigencias pol�ticas de su marido. No obstante, a la espera de futuros enfrentamientos, el matrimonio franco-espa�ol culminaba la Paz de los Pirineos, que pon�a final a varias d�cadas de guerra entre ambos pa�ses.

Poco interesado por la belleza austriaca y el car�cter fr�o de Mar�a Teresa, Luis XIV decidi� abandonarse a un sinf�n de amantes, entre ellas la duquesa de La Valli�re. Pese a tener a su propio s�quito de damas y consejeros, algunos espa�oles, la hija de Felipe IV qued� marginada en el ambiente intrigante de la corte. En este contexto, la Reina tom� en su compa��a a un joven pigmeo negro, imitando una pr�ctica habitual en esos d�as entre la nobleza francesa, que le serv�a de entretenimiento y para mitigar su soledad.
�Nabo�, el joven negro del s�quito de la Reina

El duque Beaufort, almirante de la marina, fue quien trajo de uno de sus viajes a aquel esclavo y lo present� como obsequio a la espa�ola. El esclavo fue cristianizado con el nombre de �Nabo� y se integr� en el c�rculo de confianza de la Reina, que tom� sincero cari�o al joven. En 1664, fallecido �Nabo� en fechas recientes sin que se conozcan hoy las causas de la muerte, Mar�a Teresa qued� embarazada de lo que deb�a ser su tercer hijo. Tras un dif�cil parto, la Reina dio a luz a una peque�a ni�a con rasgos moriscos y diversas malformaciones. �El hermano del Rey me cont� lo dif�cil de la enfermedad (el parto) de la Reina, de c�mo su primer capell�n se hab�a desmayado de aflicci�n, y el pr�ncipe y toda la gente junto con �l se hab�an re�do de la cara que puso la reina cuando vio que la hija que hab�a dado a luz, se parec�a a un peque�o moro que el se�or de Beaufort hab�a tra�do, que era muy bonito y que siempre estaba con la Reina�, recogi� en sus memorias Ana Mar�a Luisa de Orle�ns, duquesa de Montpensier.

La educaci�n y la mentalidad puritana de Mar�a Teresa antojan complicado que hubiera mantenido relaciones extramatrimoniales con �Nabo�, m�s cuando no se conoce ning�n otro amante en su biograf�a, pero en la lujuriosa corte francesa los rumores se convirtieron en un secreto oficioso. La muerte un mes despu�s de la ni�a, llamada Ana Isabel de Francia, a causa de su precaria salud aliment� todav�a m�s los rumores. El texto de la duquesa de Montpensier plantea en alto lo que todos susurraban por la Corte: �Cuando se dieron cuenta de que la hija de la Reina se pod�a parecer a su esclavo, se lo llevaron, pero ya era demasiado tarde, y le dijeron que la ni�ita era horrible, que no vivir�a y que no se lo dijera a la Reina porque se morir�a�. No obstante, oficialmente y seg�n la hip�tesis m�s verosimil la ni�a muri� al mes y medio de nacer, el 26 de diciembre, porque �era d�bil y delicada, jam�s tuvo salud�.

La coloraci�n oscura de la piel de la reci�n nacida fuera a causa de una cianosis

M�s all� de la rumorolog�a, la ciencia plantea varias respuestas al color de piel de la hija de Luis XIV y Mar�a Teresa. Los m�dicos de la �poca apuntan a un problema en la alimentaci�n de la Reina y a su mala aclimataci�n a Par�s, un a�o antes hab�a dado a luz a otra hija que muri� a los pocos meses. Hoy, adem�s, se considera factible que la coloraci�n oscura de la piel de la reci�n nacida fuera provocada por una cianosis, presencia de pigmentos hemoglob�nicos an�malos. Otra posibilidad es que los genes de la casa italiana de los M�dici, fuertemente arraigados en la familia real francesa y con varios miembros con la piel morena en su sangre, hicieran aparici�n en aquella ni�a.

Sospechando que la ni�a no hab�a muerte realmente, se dio por supuesto en ciertos c�rculos que la hija de los Reyes era un misterioso miembro del clero, Louise-Marie-Th�r�se (Luisa Maria Teresa), conocida como la �Monja Negra de Moret�. Tres evidencias apuntaban a esta teor�a: su nombre es la suma del de los Reyes; Mar�a Teresa visit� con cierta frecuencia hasta su muerte en 1683 la abad�a de Moret-sur-Loing, donde resid�a la monja; y se conserva una carta donde el Rey concede una pensi�n vitalicia de 300 libras a la joven. La propia �Monja Negra� afirmaba proceder de alta cuna, insinuando en ocasiones que era hermana del Delf�n de Francia y del resto de hijos de Mar�a Teresa.

Sin embargo, seg�n las investigaciones de la Sociedad de Historia de Par�s y Francia a principios del siglo XX, Louise-Marie-Th�r�se no era la hija secreta de los Reyes, aunque ella misma se lo hubiera llegado a creer, sino una hu�rfana entregada por Madame de Maintenon, amante del Rey e importante figura pol�tica, al convento, nacida de una pareja de moros que trabajaban en la M�nagerie del Rey. �Varias fuentes informan que Luis XIV ten�a un cochero morisco casado con una hermosa mujer. Tuvieron una hija de la que el Rey y la Reina fueron padrinos. Cuando los padres murieron, fue ingresada en un convento. Como ahijada del Rey, esta ni�a pod�a referirse al Delf�n como su hermano�, explica Gary McCollim, historiador especializado en la corte de Luis XIV.

http://www.abc.es/espana/20150320/abci-nieta-negra-felipe-201503181857.html

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