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Antes de 1904, la clase política chilena no quería dejar a Bolivia en la mediterraneidad




23/03/2015 - 05:41:44
La Raz�n.-Culminada la Guerra del Pac�fico y hasta antes del Tratado de 1904, ninguna autoridad chilena tuvo la intenci�n de dejar a Bolivia sin una costa soberana. Al finalizar la contienda y el posterior diferendo lim�trofe con el Per�, Chile ten�a la certeza de que dar�a a Bolivia una salida propia al mar. La clase pol�tica chilena coincid�a de manera un�nime en que su pa�s no deb�a dejar a Bolivia en la mediterraneidad.

Un dato cierto es que Chile no solo explot� las reservas de salitre y guano que estuvieron en territorio boliviano, sino que las enormes reservas de cobre que mueven la econom�a chilena desde hace d�cadas tambi�n se encuentran en los territorios invadidos en 1879.

Ya al inicio del ataque, el entonces presidente Hilari�n Daza dec�a que Bolivia luchaba contra las ventajas que ella misma hab�a creado, en referencia a la concesi�n que hiciera Melgarejo para la explotaci�n del salitre boliviano por los chilenos, adem�s de la transferencia de tres grados geogr�ficos en favor del pa�s vecino. As�, el 28 de febrero de 1879, Daza afirm�: �Chile vale lo que Bolivia le ha dado�.

Hoy 23 de marzo, fecha en que los bolivianos conmemoran el D�a del Mar y cuando se recuerdan 136 a�os de la invasi�n chilena, la actual clase pol�tica de Chile se niega a una negociaci�n de buena fe en base a lo que ese mismo Estado plante� como soluci�n en repetidas ocasiones a lo largo de la historia.

La primera concreci�n de la voluntad de la oligarqu�a del pa�s trasandino en esa direcci�n fue el Tratado de Transferencia de Territorios de 1895, que complementaba el Tratado de Anc�n (1883) entre Chile y Per�. �ste establec�a que a los diez a�os de su firma (1893) se realizar�a un plebiscito en el que la poblaci�n de Tacna y Arica votar�a para decidir a cu�l de ambos pa�ses quer�a pertenecer. El proceso se fue postergando, pero en 1895 Chile a�n ten�a intenciones de que se lleve a cabo, por lo que ese a�o firm� con Bolivia el Tratado de Transferencia de Territorios como complementaci�n al de Anc�n.

Este documento establec�a que, sea cual sea el resultado de la consulta, Bolivia contar�a con un considerable territorio de costa. Si Chile ganaba el plebiscito, ese pa�s ceder�a a perpetuidad la superficie de Tacna y Arica a Bolivia y recibir�a en compensaci�n del traspaso un pago monetario.

En caso de que ganase el Per�, Chile ceder�a a perpetuidad territorios m�s al sur de la primera opci�n: desde Caleta V�tor hasta Camarones; de ser as�, Chile deb�a, adem�s, hacer un pago monetario a Bolivia. Esta certeza de la clase pol�tica chilena cambi� desde 1904, a�o en que bajo una amenaza latente de guerra, Bolivia tuvo que firmar el Tratado de Paz y Amistad con el que ced�a a perpetuidad los territorios bolivianos que comprendieron el departamento del Litoral, quedando �en la letra� sin ning�n acceso a la costa, pues en los hechos el territorio boliviano estaba ocupado hac�a m�s de 20 a�os. A partir de entonces, la unanimidad en favor de dar un acceso a Bolivia comienza a fragmentarse, si bien persistir� su inclinaci�n a buscar una soluci�n para la mediterraneidad, la cual se reflejar� con contundencia en determinados momentos en que Santiago establecer� la pol�tica de Estado de negociar una salida soberana al oc�ano Pac�fico, al margen del mencionado pacto de 1904.

Por ejemplo, a 16 a�os del Tratado, en 1920, Bolivia y Chile firmaron un Acta Protocolizada, que en su inciso IV se�ala: �La situaci�n creada por el Tratado de 1904, los intereses radicados en esa zona y la seguridad de su frontera norte, imponen a Chile la necesidad de conservar la costa mar�tima que le es indispensable; pero, con el prop�sito de cimentar sobre s�lidas bases la uni�n futura de los pa�ses, Chile est� dispuesto a procurar que Bolivia adquiera una salida propia al mar, cedi�ndole una parte importante de esa zona al norte de Arica y de la l�nea del ferrocarril que se halla dentro de los territorios sometidos al plebiscito estipulado en el Tratado de Anc�n�.

Luego, vino el Tratado de Lima de 1929 (Tratado Rada y Gamio-Figueroa Larra�n) entre Per� y Chile, que da la �ltima palabra al Per� para una futura salida soberana a Bolivia. Pasaron a�os en que la relaci�n sufri� oscilaciones, hasta que en 1950 Chile volvi� a pronunciarse a favor de una salida propia para Bolivia, esta vez en notas diplom�ticas. El pre�mbulo de la nota chilena habla de los dos documentos mencionados adem�s de otros m�s: �Con tan importantes antecedentes, que al respecto se�alan una clara orientaci�n de la pol�tica internacional seguida por la Rep�blica Chilena, tengo a honra proponer a Vuestra Excelencia que los gobiernos de Bolivia y de Chile ingresen formalmente a una negociaci�n directa para satisfacer la fundamental necesidad boliviana de obtener una salida propia y soberana al oc�ano Pac�fico, resolviendo as� el problema de la mediterraneidad de Bolivia sobre bases que consulten las rec�procas conveniencias los verdaderos intereses de ambos pueblos�.

Posteriormente, en 1975 comenz� un nuevo acercamiento: las negociaciones de Chara�a. Chile esta vez ofreci� �concretamente y se�alando grados y latitud� una salida soberana para Bolivia. Poco despu�s, en 1983, Chile redact� junto a Bolivia la Resoluci�n 686 de la Organizaci�n de los Estados Americanos (OEA) en que el pa�s vecino acepta que una soluci�n al enclaustramiento mar�timo boliviano es una cuesti�n de inter�s continental y que hay que buscar una salida que proporcione a Bolivia un acceso soberano al Pac�fico. As�, el documento escrito y firmado por ambos pa�ses, siguiendo a la resoluci�n de la OEA de 1979, pide un acercamiento �incluyendo en especial una f�rmula que haga posible dar a Bolivia una salida soberana al oc�ano Pac�fico sobre bases que consulten las rec�procas conveniencias y los derechos e intereses de las partes involucradas�.

Posteriormente, hubo otros intentos de negociaciones que no dieron los frutos que Bolivia habr�a deseado, como por ejemplo el Enfoque Fresco en Uruguay (1986) o la reuni�n en Algarve (Portugal) en 2000.

A�os despu�s, 2006 comenzaba de un modo auspicioso con un aparente entendimiento entre los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de Chile, Michelle Bachelet. Se inici� as� la �agenda de los 13 puntos�. El sexto era el del tema mar�timo. Bachelet finaliz� su gesti�n en 2010 y fue sucedida por Sebasti�n Pi�era, quien, sorpresivamente, dio continuidad a la agenda.

Finalmente, sucedi� lo que el canciller David Choquehuanca relat� en repetidas ocasiones. El tratamiento del punto sexto hab�a sido pospuesto desde el inicio de las negociaciones. Cuando se inst� a Chile a que sea tratado en la pr�xima reuni�n, la de noviembre de 2010, y que se presenten �propuestas �tiles, concretas y factibles�, Santiago suspendi� el encuentro que se reprogram� para febrero de 2011. El Canciller chileno asisti� a la cita, que fue en La Paz, pero lo hizo sin ning�n planteamiento. Fue entonces que el 23 de marzo, tras cuatro a�os de un acercamiento improductivo, el presidente Evo Morales anunci� la creaci�n de la Direcci�n de Reivindicaci�n Mar�tima (Diremar) cuya funci�n ser�a elaborar una estrategia jur�dica para iniciar un juicio en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya. Tras dos a�os, en abril de 2013, se present� una solicitud para el inicio del proceso, la cual fue aprobada por la Corte. D�as antes de la entrega de ese documento, el 3 de abril, el expresidente Eduardo Rodr�guez Veltz� fue nombrado Agente del pa�s ante la CIJ.

Seg�n el documento, que menciona los antecedentes de predisposici�n chilena ya mencionados (Tratado de Transferencia, 1895, Acta Protocolizada de 1920, Notas de 1959, Resoluci�n Conjunta 1975), adem�s de otros, Chile a trav�s de su comportamiento como Estado ha establecido un patr�n que indica su apertura a negociar una salida soberana al mar para Bolivia. La demanda se cimienta, entonces, en la doctrina de los actos unilaterales de los Estados, que se�ala que las respuestas a las gestiones sobre un tema dadas por autoridades competentes de un Estado generan obligaciones; es decir que un Estado no puede negar o afirmar derechos que antes reconoci� o neg�, correspondientemente.

Cada uno de los casos documentados presentado por Bolivia establece que Chile incurre precisamente en eso, por lo que solicita a la CIJ que sentencie la obligatoriedad de Santiago a negociar con Bolivia una f�rmula que le d� una salida propia al mar y que ese di�logo se efect�e en un tiempo razonable sobre las bases que Chile plante� en el pasado.

En abril del a�o pasado, Bolivia present� a la CIJ su Memoria, texto reservado en que se desarrolla in extenso los argumentos jur�dicos necesarios.

Casi inmediatamente despu�s, a fines de ese mes, Evo Morales design� al expresidente Carlos Mesa como vocero de la demanda, cuya tarea es explicar los argumentos jur�dicos bolivianos. Su nombramiento responde a la necesidad de facilitar la comprensi�n de la comunidad internacional del derecho boliviano a una salida al mar. Con Rodr�guez Veltz� y Mesa, la demanda a la CIJ se termin� de consolidar como una pol�tica de Estado.

Tres meses despu�s, en julio, Chile present� un recurso incidental de incompetencia de la CIJ; es decir que argument� que la CIJ no tendr�a jurisdicci�n en el caso. Bolivia present� sus contraargumentos en noviembre y la CIJ program� los alegatos orales para mayo de este a�o.

Desde el anuncio de la demanda, el 23 de marzo de 2011, la clase pol�tica chilena ha querido hacer ver que el juicio iniciado es una agresi�n a su pa�s. Por esto es que el papel de la vocer�a boliviana ha sido mostrar, adem�s, el car�cter pac�fico y pacifista de una demanda que �nicamente busca un compromiso real de di�logo.


http://la-razon.com/suplementos/especiales/politica-chilena-queria-Bolivia-mediterraneidad_0_2239576054.html

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