Siete barrios carcomen
30/05/2016 - 07:13:32
EL DEBER.- Huele a madera. Hay trozos rojizos reci�n cortados alrededor de una casita abandonada. Es de madera, hule y calaminas. Quedan en pie siete de estas viviendas donde antes hubo 30 para igual n�mero de familias acomodadas en medio del bosque, sin electricidad y sin agua potable. Dicen aqu� que esa madera la trajo el r�o. Qui�n sabe. �Las otras familias parece que llegaron a un arreglo econ�mico y se fueron�, cuenta Isa�as Gonzales, un recolector de reciclabes que se niega a marcharse de este terreno privado llamado barrio Santa Rita y que, de no ser por su vecindad con la Quinta Municipal y el 4.� anillo, podr�a pasar por un asentamiento campesino de mitad del siglo XX.
Este es uno de los siete caser�os de Santa Cruz que anidaron sobre la franja del bosque de protecci�n del cord�n ecol�gico del r�o Pira�, una muralla vegetal de un kil�metro de ancho que �junto a los defensivos� ha protegido a la ciudad del azote del turbi�n desde 1983, a�o en el que la inundaci�n atac� a m�s de la cuarta parte de la urbe.
Protectora natural, la cobertura boscosa del parque ecol�gico de 1.828 hect�reas es devastada �ahora mismo� por la expansi�n de barrios y un par de asentamientos m�s o menos recientes. Boris Salom�n Lazcano, secretario municipal de Gesti�n Urbana, identifica tres bloques de ocupaci�n: el primero, compuesto por el barrio Ambrosio Villarroel y por La Floresta; el segundo, que agrupa a los barrios Puerto Busch, Las Caba�itas, Parque de la Juventud y Santa Rita (que llama barrio, pero tiene caracter�sticas de un precario asentamiento); y el tercero, un asentamiento en la Unidad Vecinal PSU-5.
Depredaci�n del BP-1
La casa de Isa�as y sus alrededores son un claro en medio de los �rboles. As� se la ve desde las im�genes satelitales que ofrece Google Earth. Pero es un claro peque�o si se compara con el que se ve alrededor de la Quinta Municipal, unos mil metros hacia el sur de Santa Rita. Ni ese asentamiento ni �la Quinta� est�n fuera de la franja de 1.000 metros de orilla boscosa que exige la Ley del Plan de Uso de Suelo (PLUS) de Santa Cruz, hecho que deriv� en un disputa legal (2013) que gan� el municipio a la Autoridad de Fiscalizaci�n de Control Social de Bosques y Tierras (ABT), en medio de �cidas cr�ticas de ambientalistas.
�Las obras municipales jam�s alientan a ning�n vecino para contravenir las normas�, opina Salom�n. La depredaci�n de la cobertura vegetal de esta �rea (denominada Bosque de Protecci�n 1, BP-1), se ve con mayor claridad si se visita el barrio Ambrosio Villarroel, donde se jactan de tener m�s 200 familias en viviendas hechas con ladrillo y cemento (pese a que la Alcald�a se�ala que viven en todos los asentamientos alrededor de 50 familias), donde se construyen a toda m�quina lujosos chalets de dos pisos; el �progreso� implic� barrer la servidumbre ecol�gica que hab�a a menos de 100 metros del r�o.
�Queremos que hagan un estudio t�cnico del r�o porque necesitamos m�s defensivos�, pide Mery Baz�n, vecina del Ambrosio Villarroel de m�s de 15 a�os, que no tiene dudas sobre la legitimidad de la casa en la que vive �ahora que se ampli� la mancha urbana y quedamos dentro�. Sandra Velarde, secretaria de Planificaci�n, aclar� que la ampliaci�n no legaliza esas casas.
En La Floresta, m�s al sur del Ambrosio Villarroel, las casas s� que son lujosas. Varias de ellas llevan un letrero del municipio que dice: �Obra paralizada por clandestina�. La mayor�a son viviendas de dos pisos, con dise�o arquitect�nico en una suerte de urbanizaci�n abierta. Seg�n la Secretar�a de Gesti�n Urbana, procesadas por irregularidades.
Para Luis Aguilera, director del Searpi, todos los asentamientos sobre el cord�n ecol�gico son ilegales y deben ser inmovilizados (y en lo posible retirados) porque las leyes nacionales del PLUS, del Patrimonio Hist�rico y Natural, del Parque Metropolitano Pira� y la norma forestal as� lo mandan, al tiempo que dan responsabilidades.
Para �l, la ocupaci�n de esta franja es una trampa hecha por la especulaci�n y el d�ficit habitacional y puede llegar a dejar a la ciudad sin su protector natural y causar un desastre igual o peor al de 1983. �l dice que coordina con el municipio posibles soluciones y ve que una amenaza peor son algunas urbanizaciones de El Torno, La Guardia, Porongo y Warnes; e incluso asentamientos en Montero
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