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Lo que revelan sobre tu mente los deslices freudianos




23/07/2016 - 09:53:49
BBC.- Corr�a 1988 y el entonces vicepresidente de Estados Unidos George H. W. Bush realizaba una visita de rutina al estado de Idaho. Se supon�a que deb�a dar un discurso, trasmitido en vivo por la televisi�n, sobre la pol�tica agr�cola y alabar sus logros junto con el presidente Ronald Reagan.

Luego dijo: "Hemos tenido triunfos. Cometimos algunos errores. Hemos tenido un poco de sexo ... eh ... contratiempos".

Sin dudas, Bush padre ser� recordado tambi�n por esa legendaria metida de pata.

Se trat� de desliz freudiano, tambi�n conocido como acto fallido o lapsus l�nguae.

Las frases de Sigmund Freud que usamos sin darnos cuenta

Cuando nos expresamos, est�n las cosas que uno quiere decir, las cosas que uno podr�a decir sin consecuencias y las que ser�an totalmente desastrosas si se dicen. Hablamos de esas, precisamente: las que en ocasiones, y para tu verg�enza, terminan escap�ndose de tu boca.

Es el mayor temor de cualquier orador p�blico.

Pero �qu� causa realmente estos errores? �Tienen alg�n significado oculto?

C�mo una hija de Freud caus� impacto en el psicoan�lisis

�Impulsos prohibidos?

Para Sigmund Freud, fundador del psicoan�lisis, no era suficiente preguntarles a sus pacientes lo que pensaban.
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Image caption �Qu� podemos sacar en claro de nosotros mismos cuando pensamos una cosa pero decimos otra?

Sus verdaderos deseos, en su opini�n, s�lo pod�an ser examinados prestando atenci�n a los lapsus l�nguae y otras pistas del inconsciente.

Un desliz cl�sico es cuando se piensa una cosa y se quiere decir otra.

Tambi�n conocidos en sicolog�a como actos fallidos, estos tropiezos verbales podr�an revelar los impulsos prohibidos -tales como deseos sexuales y ganas de maldecir- que, por lo general, est�n bloqueados de forma segura dentro de la mente inconsciente.

Los errores verbales no ser�an producto del azar, sino un rompecabezas que debe ser decodificado.

S�lo hay un problema: los deslices freudianos, al igual que muchas otras ideas del famoso m�dico, son extremadamente dif�ciles de probar.

Freud puede ser tan famoso como Darwin, pero muchos sic�logos,ling�istas y neur�logos piensan actualmente que se equivoc� en casi todo. �Tambi�n en esto?
Probando el error

Uno de los primeros e ingeniosos estudios utiliz� el sexo y las descargas el�ctricas para averiguarlo.
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Image caption En un experimento, poner a los participantes frente a una mujer vestida provocativamente los llev� a cometer m�s errores relacionados con sexo.

Al inicio del experimento, dos de tres grupos de varones heterosexuales fueron recibidos por un profesor de mediana edad, mientras que el tercero fue conducido a una habitaci�n con una asistente de laboratorio vestida provocativamente.

"Nosotros fuimos a la clase de l�mites de lo que podr�a esperarse en el campus. Era atractiva y llevaba una falda muy corta y una especie de blusa transparente", record� Michael Motley, sic�logo de la Universidad de California en Davis, uno de los autores del estudio.

Se les pidi� a los participantes leer una lista de pares de palabras en silencio, a raz�n de una por segundo.

Lo que no sab�an era que los pares de palabras hab�an sido dise�ados para inducir trastrueques o ""spoonerisms", un t�rmino en ingl�s inspirado en los deslices que hicieron famoso al reverendo William Archibald Spooner, quien tend�a a intercambiar los sonidos o letras iniciales de dos palabras.

De vez en cuando quienes conduc�an el experimento ped�an que los participantes leyeran la pareja de palabras en voz alta.


Como habr�a pronosticado Freud, los hombres en presencia de la ayudante de laboratorio tuvieron m�s deslices basados en el sexo que el grupo de control, pero no mayor cantidad en general.

Mientras tanto, el tercer grupo ten�a sus dedos conectados a electrodos conectados a su vez a una m�quina capaz de provocar leves descargas el�ctricas.

"Les dijimos -esto era mentira, por supuesto- que hab�a una probabilidad del 70% de que iban a recibir una descarga el�ctrica", dijo Motley.

En este grupo muchos confundieron las palabras que iban leyendo con otras asociadas a lo que realmente ten�an en mente: la posible descarga el�ctrica a que se expon�an.
El "problema del oso blanco"

En un intento por reprimir sus impulsos, los hombres pueden haber sido v�ctimas del "problema del oso blanco", as� descrito por el escritor ruso Fi�dor Dostoievski.

Si intentas con mucha intensidad de no pensar en algo, como el sexo o un oso polar, s�lo pensar�s en ello.

En la d�cada de 1980, el sic�logo Daniel Wegner sugiri� que el mismo sistema que tiene como objetivo evitar actos fallidos puede ser el culpable de que terminen produci�ndose.

De acuerdo con su teor�a, los procesos subconscientes est�n recorriendo continuamente nuestros pensamientos para mantener a nuestros deseos m�s �ntimos encerrados.

Pero cuando se produce un pensamiento relativo a uno de estos deseos, en lugar de quedarse quieto (bajo control, oculto) -ir�nicamente-, puede ser anunciado al cerebro consciente.

Y entonces, es cuesti�n de tiempo para que se produzca el acto fallido.

La palabra que terminamos eligiendo puede ser reveladora. Para colmo de males, estar estresado hace estos errores catastr�ficos a�n m�s probables.
�M�s bien errores inocentes?

Pero no todos est�n convencidos.

De hecho, de acuerdo con Rob Hartsuiker, un psicoling�ista de la Universidad de Gante, B�lgica, la mayor�a de los errores son inocentes.

Una monta�a de evidencia experimental ha demostrado que si dos palabras comparten significado contextual y una vocal, hay riesgo de mezclar las consonantes iniciales.

Es el resultado de la forma en que se accede a las palabras en el cerebro.

En primer lugar, hay que seleccionar de una red de palabras que est�n organizadas por similitud.

Luego el cerebro selecciona c�mo suena la palabra, que es cuando se intercambian las consonantes. "Esto es muy t�pico, y tambi�n es algo que Freud ignor�", dice Hartsuiker.
Con poca frecuencia

A pesar de estas trampas verbales, la persona promedio equivoca menos de 22 palabras por d�a de alrededor de 15.000.

Probablemente somos m�s vulnerables a deslices cuando estamos distra�dos o cuando nuestro corrector ortogr�fico inconsciente no funciona correctamente -si estamos nerviosos, cansados o intoxicados y a medida que envejecemos.

Tambi�n es m�s probable cometer errores si se habla demasiado r�pido.


Psicoanalistas como Rosine Perelberg del University College de Londres, en Reino Unido, piensan que estos errores son importantes.

"Son materia de chistes, pero son tan valiosos puesto que revelan algo que la persona no quiere revelar conscientemente", dice. "Nos lo tomamos muy en serio".

Perelberg menciona un paciente cuyo reciente desliz revel� ansiedades subconscientes acerca de ser violento hacia su futuro hijo.

Hartsuiker se muestra esc�ptico. "La evidencia sobre actos fallidos reales es muy, muy limitada, de hecho".

Para otros, es probable que la explicaci�n dependa del desliz.

"�Estoy de acuerdo con Freud en que todos los deslices son freudianos? Bueno, no. Pero �creo que existe tal cosa? S�, lo creo", asegura Motley.

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