Cómo Benjamin Franklin se convirtió en el padre fundador de una fe única en Estados Unidos
19/08/2017 - 09:43:00
INFOBAE.- Hace poco se conmemor� el 230 aniversario de uno de los episodios m�s intrigantes de la Convenci�n Constitucional. En 1787, Benjamin Franklin, de 81 a�os, conocido como de�sta, propuso que la convenci�n abriera con unas sesiones de oraci�n. Los de�stas, que creen que Dios cre� el universo pero permanece fuera de �l, se supone que no creen en la oraci�n o que Dios interviene en la historia.
El momento m�s desconcertante sobre la oraci�n nos dice mucho sobre el propio Franklin y el papel de la fe en la fundaci�n de la naci�n. Hab�a mucho m�s en la religi�n de Franklin que en su autodescripci�n como de�sta. De hecho, Franklin fue pionero de un tipo de fe exclusivamente estadounidense que promocionaba los efectos benevolentes de ese credo, incluso cuando desechaba virtualmente todas las creencias teol�gicas.
Durante el primer mes de la convenci�n, los delegados estuvieron atascados en debates intratables entre los estados grandes y los m�s peque�os, as� como tambi�n aquellos territorios libres y los esclavos. La incapacidad de los delegados para ponerse de acuerdo sobre cuestiones como la representaci�n en el Congreso ilustraba la "imperfecci�n de la comprensi�n humana", tal y como se�al� el propio Franklin en uno de sus documentos.
"Ante esta situaci�n de la Asamblea, por as� decirlo, en la oscuridad, para encontrar la verdad pol�tica �por qu� hasta ahora no hemos pensado en pedir la ayuda del Padre para que ilumine nuestros entendimientos?", se preguntaba Franklin. Durante la Revoluci�n Americana, los patriotas hab�an visto repetidos ejemplos de que Dios hab�a intervenido a su favor. "�Y ahora nos hemos olvidado de ese poderoso amigo?", volv�a a cuestionar.
Franklin cit� su edad y su experiencia al defender su creencia en la oraci�n y en la Providencia de Dios. "He vivido, se�or, mucho tiempo. Cuanto m�s vivo, las pruebas son m�s convincentes de que veo esa verdad, de que Dios gobierna en los asuntos de los hombres", exclamaba.
Esta era una propuesta doblemente extra�a procedente de Franklin. �l era una figura bastante discutible de la Ilustraci�n de Estados Unidos, pero podr�amos imaginar que �l ten�a una gran confianza en la "comprensi�n humana" para arreglar los problemas pol�ticos. Por otra parte, Franklin dice en su autobiograf�a que �l era un "de�sta cuidadoso".
Franklin se adhiri� a una religi�n que podr�amos llamar cristianismo moral sin doctrina. Este tipo de fe sugiere que lo que creemos acerca de Dios no es tan importante como vivir una vida de amor y significado. �l creci� en una familia muy puritana y devota en la colonia de Boston, pero en sus a�os de adolescencia el joven empez� a dudar sobre algunos aspectos claves de la fe calvinista de sus padres. El abandono total del cristianismo, sin embargo, no era una opci�n realista para alguien que hab�a estado tan inmerso en los preceptos de la Biblia y los h�bitos de la fe como Franklin.
Aunque �l, a veces, jugaba con algunas creencias anti-cristianas bastante radicales, se mostr� convencido de que el cristianismo era �til en la manera en c�mo fomentaba la virtud. Franklin estaba cansado de ver c�mo los americanos coloniales luchaban incesantemente por las minucias teol�gicas. Pero todav�a cre�a que el cristianismo representaba un buen recurso para la benevolencia y la caridad, cualidades que consideraba esenciales para cualquier religi�n que valiera la pena.
Franklin, John Adams y Thomas Jefferson dudaban de algunos principios fundamentales de la fe protestante. Estos podr�an incluir la salvaci�n por la gracia de Dios, la divinidad de Jes�s y la naturaleza trinitaria de Dios. Pero los principales patriotas estaban de acuerdo en que la nueva rep�blica americana depend�a de tener una ciudadan�a virtuosa. Aunque algunas �lites pudieran emplear la educaci�n para desarrollar una fortaleza moral, los fundadores cre�an que el estadounidense promedio necesitaba la religi�n para la inspiraci�n para hacer el bien.
El pol�tico vio el estancamiento de la convenci�n en el debate sobre la representaci�n en el Congreso como un ejemplo perfecto de c�mo la deliberaci�n racional por s� sola no lograba comprometer el bien mayor. La oraci�n podr�a recordar a los delegados su necesidad de asistencia divina y de unidad nacional.
Franklin se empez� a impacientar cuando la convenci�n se neg� a contratar a un sacerdote para dirigir las oraciones.
Gracias a esta doctrina pionera sobre cristianismo moral, Franklin estuvo ayudando a desarrollar una de las formas m�s comunes de espiritualidad en la Am�rica moderna. La adhesi�n a creencias y congregaciones espec�ficas est� a la orden del d�a en muchos sectores del pa�s actualmente, pero los estadounidenses siguen siendo un pueblo abrumadoramente te�sta. Celebridades y escritores como Oprah Winfrey o Steven Covey pueden llegar a audiencias de cientos de millones con mensajes casi religiosos sobre c�mo vivir una vida de bondad. Incluso los predicadores m�s populares, como el pastor Joel Osteen de Houston, minimizan la doctrina a favor de sermones pr�cticos y libros sobre vivir "tu mejor vida ahora".
Los parientes y amigos cristianos de Franklin, uno de los Padres Fundadores, estaban preocupados porque un cient�fico o un diplom�tico pudiera ganar el mundo a cambio de perder su alma. Los cristianos tradicionales, en la actualidad, tambi�n argumentan que la fe aut�ntica se basa en las creencias verdaderas sobre Dios, Jes�s y la Biblia. Pero el "de�sta" Franklin estaba convencido de que, al elaborar un cristianismo moral sin doctrina, se estaba redimiendo lo mejor de la religi�n tradicional al canalizarlo hacia los ideales del amor y la caridad.
