Cómo convivir en paz cuando los intereses, estilos y hábitos de una pareja son opuestos

04/09/2017 - 11:04:17
Infobae.- Los polos opuestos se atraen o, al menos, eso dicen. En muchos sentidos, esa frase suele funcionar bastante bien en una pareja porque se complementan los intereses, los estilos y los h�bitos de cada uno. Pero un �rea donde las diferencias de una pareja puede hacer que la convivencia no sea algo armonioso es la organizaci�n del hogar.

He trabajado con muchos clientes que piensan que la organizaci�n suele ser un motivo de discordia con el c�nyuge. Se discute por todo, por d�nde est�n las llaves, a qui�n pertenece el correo, c�mo tramitar el pago de las facturas, la lavander�a y las compras del supermercado. Parece que estas cosas no deber�an ser dif�ciles para que los adultos se pusieran de acuerdo. Pero lo son, y por muchas razones. A menos que las parejas encuentren f�rmulas para lidiar con su divisi�n organizacional, el estr�s en una relaci�n puede llegar a ser muy grande. Tanto para el c�nyuge limpio como para el que est� m�s relajado y desali�ado. A continuaci�n hay una lista de cosas que ha hecho la gente para que las cosas funcionen.

Espacios separados

Cuando una pareja se muda o se casa, a menudo asumen que la cohabitaci�n significa que deben compartir todo. Pero una vez que las cajas de desembalan y comienzan a instalarse, se hace evidente que una persona prefiere un armario muy ordenado y al otro no le importa si todas las camisas se cuelgan en la misma direcci�n o si los zapatos est�n alineados. Puede resultar normal que a una persona le guste tener un escritorio ordenado y con las cosas guardadas mientras que otra prefiera tener todo al alcance de la mano.

Es una buena idea tratar de hacer que los espacios comunes funcionen, pero tambi�n est� bien darse cuenta de que ninguno de los dos va a cambiar de la noche a la ma�ana para acomodar los deseos del otro. As� que puede ser mejor si una persona establece un escritorio en la planta baja o decide tener un armario en otra habitaci�n. Las personas funcionan de una forma diferente y pocas veces son capaces de cambiar los h�bitos adoptados durante muchos a�os. As� que no pierdas tiempo intentando que tu c�nyuge cambie su manera de pensar. Renunciar a tener que compartir todo no es un fracaso. La voluntad de adoptar un enfoque diferente es una se�al de respeto.

Hacer reglas para ciertas habitaciones

En algunas parejas, es posible que una de las personas no pueda tener una de las habitaciones organizadas, pero s� que est� dispuesto a comprometerse en otras �reas del hogar. Tal vez tu c�nyuge insiste en que las repisas de la cocina deben estar libres de papeles al final del d�a o que no se pueden acumular los zapatos en la puerta principal. Haz reglas claras sobre ciertos espacios. Las directrices deben ser espec�ficas, alcanzables y ejecutables. Por ejemplo, antes de que venga el servicio de limpieza, todo debe recogerse del suelo. Esta estrategia permite a ambos cooperar en el espacio compartido.

Divide y conquistar�s

En la mayor�a de los hogares, hay un par de �reas que suelen verse abarrotadas y desorganizadas. A veces, los espacios que reciben m�s tr�fico, como la cocina o la sala de estar, se suelen llenar de cosas. Y, a veces, en los lugares menos utilizados las cosas tienden a quedarse escondidas hasta que, m�s tarde, se encuentran: el dormitorio, el comedor o la sala inacabada del s�tano. Pero para una persona organizada, la ubicaci�n de las salas es algo irrelevante. No les gusta cuando las cosas est�n fuera de lugar o cuando son dif�ciles de localizar. Para el menos organizado, si el desorden no se ve piensa que nadie tiene motivo para estar ofendido. Sin embargo, se deber� prestar cierta atenci�n a eso. Si tu sabes a qu� habitaci�n pertenecen las cosas, te puedes encargar de ordenar ese espacio mientras que tu pareja pueden hacer otro lugar de la casa. Hay que dividir el espacio y fijar un plazo. Acepta limpiar tu espacio designado todos los domingos por la noche o cada dos semanas. El resentimiento se construye cuando una persona est� a cargo, as� que s� justo y divide la responsabilidad de manera uniforme.

Consigue ayuda

No hacer nada cuando hay desacuerdo en c�mo vivir y disfrutar de la casa no es una opci�n viable. Si no pod�is resolver vuestras diferencias, llamad a un tercero para que haga un asesoramiento objetivo. No necesita ser un organizador profesional, pero un pariente tampoco puede ser la opci�n ideal. Un amigo o un vecino puede ayudaros a limpiar o a ordenar un armario un par de veces al a�o, o incluso a daros consejos sobre c�mo procesar las facturas. Tambi�n pod�is contratar a una persona de servicio para que venga a limpiar la casa cada pocas semanas. Esto no solo ayudar� a mantener tu casa limpia, sino que tambi�n requiere que t� te encargues de ordenar y recoger antes de que venga el personal de limpieza.