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Una francotiradora ucraniana de 26 años mató 309 soldados nazis fue la heroína de la Unión Soviética




29/10/2017 - 18:41:21
Infobae.- Su nombre, Lyudmila Mijailivna Pavlichenko, no suele aparecer en las cr�nicas de la Segunda Gran Guerra. Sin embargo, fue (o se dice, por lo menos) la mayor francotiradora del Ej�rcito Rojo, y hero�na de la Uni�n Sovi�tica.

Algo as� como una Juana de Arco rusa cinco siglos y pico m�s tarde, y con fusil en vez de lanza o arco y flecha.

La historia (o la leyenda) jura que un a�o �de 1941 a 1942�� �mat� a 309 soldados nazis! De ellos, 36 francotiradores: cara a cara y bala a bala�

Seg�n las calculadoras, 0,84 por d�a. Casi un enemigo diario�

Suficientes cad�veres para que el padrecito I�sif Stalin (1878�1953), amo, se�or y dictador de todas las rusias, le colgara de su firme cuello las medallas Lenin y Hero�na de la Patria, m�s all� de las dudas que surgieron con el paso del tiempo, planteadas por varios historiadores en sus libros. Algunos, de corte revisionista.

Pero� �qui�n fue Lyudmila Pavlichenko?

Naci� el doce de julio de 1916 en el pueblo ucraniano de Belaya Tserkov. Poco se sabe de ella hasta sus 15 a�os, salvo que curs� los nueve a�os primarios en la escuela local, fue una alumna promedio, y s�lo destacada por su car�cter "terco e independiente", seg�n sus bi�grafos.

Pero apenas cumplidos sus 15, el desastre: tuvo un hijo �Rostilav�, "que destroz� mi matrimonio con Aleks�i", cont� mucho despu�s. Aleks�i Pavlichenko era un estudiante, muy joven tambi�n, y la llegada del beb� lo espant�: �C�mo mantenerlo, c�mo afrontar esa responsabilidad en plena adolescencia?

Adem�s� �el esc�ndalo! Tan grande, que ella y su familia se mudaron a Kiev para alejarse �s�lo en kil�metros� de la verg�enza�

All� se emple� como obrera de una f�brica metal�rgica, sigui� estudiando (ciclo secundario), se destac� como pulidora mientras alguien de su familia criaba a Rostilav, y lleg� a la Universidad de Kiev. En 1937, a sus 25 a�os y lista para recibirse de historiadora, defendi� con �xito su tesis doctoral sobre Bohd�n Jmelnytsky, el gran h�roe cosaco que lider� la rebeli�n, entre 1648 y 1654, contra el poder de la aristocracia polaco�lituana.

El destino parec�a tardar en encontrarla�

�C�mo lleg� a empu�ar un fusil, unirse a la 25�. Divisi�n de Infanter�a del Ej�rcito Rojo, ser una de las dos mil francotiradoras sovi�ticas �s�lo sobrevivieron quinientas�, y alcanzar el rango de hero�na?

Su primer romance con un fusil sucedi� mientras trabajaba en la f�brica, se inscribi� en un club de tiro, la asociaci�n de corte militar Osoaviajim, y no tard� en asombrar con su punter�a�

En 1941, Adolf Hitler, luego de un bombardeo gigante de su poderosa Luftwaffe, puso en marcha la Operaci�n Barbarroja: un ataque masivo para invadir a la Uni�n Sovi�tica y dominar todo el frente oriental� y la primera semilla, el principio del fin que llegar�a con la bandera de la hoz y el martillo ondeando en la c�pula del Reischtag (Parlamento) alem�n, en Berl�n, el 9 de mayo de 1945.

Pero a pesar de las bombas del 22 de junio del 41 y de las brutales batalla que se avecinaban, Stalin �en principio� no llam� a las filas a las mujeres. Poco le import� a Lyudmila. Se present� en la oficina de reclutamiento y dijo "Vengo a luchar contra los invasores alemanes". Asombro en las caras de los militares. Le ofrecieron un trabajo m�s adecuado para mujeres. Se neg�. "Fui a una escuela de tiro en Kiev. Tengo entrenamiento militar", dijo. Y mostr� su Insignia de Tiradora de Voroshilov ganada en torneos regionales. A pesar de ese galard�n, le ofrecieron un curso de enfermera, pero lo rechaz�.

El reclutador, entre perplejo y desconfiado, le tom� una prueba de punter�a, y ella lo aprob� como un paseo.

Su primer fusil de guerra fue un cl�sico sovi�tico: el Mosin�Nagant con mira telesc�pica de cuatro aumentos. Pero no tard� en empu�ar el Tokarev SVT�40, porque no hab�a que amartillarlo luego de cada disparo, y sin amedrentarse por su peso: no era f�cil soportarlo durante horas, y a veces d�as enteros.

Se luci� como francotiradora: en la guerra, una especialidad de mucha chapa: el h�roe individual suele escribir una luminosa historia aparte. Por caso emblem�tico, el granjero y luego sargento norteamericano Alvin York, un pacifista que tiro a tiro, como quien caza pavos, el ocho de octubre de 1918, mat� a una docena y captur� a 132 soldados alemanes.

El bautismo de fuego para Lyudmila lleg� en la Batalla de Odessa, al sur de Ucrania. Se bati� contra los nazis durante dos meses, y alcanz� (oficialmente) el rango de Francotiradora de �lite.

Seg�n su testimonio, sus dos primeras v�ctimas cayeron en Belyayevka, ciudad a unos 50 kil�metros de Odessa, y mientras defend�a una colina.
Sus bi�grafos coinciden (algo que no suceder� siempre): "En diez semanas, y a pesar de sufrir dos conmociones cerebrales y una herida de poca gravedad, �mat� a 187 enemigos!".

Sin embargo, Odessa cay�, y el Ej�rcito Mar�timo Independiente, donde combat�a Lyudmila, se instal� en Sebastopol, en la pen�nsula de Crimea. Para ella, un calvario de ocho meses, manteniendo su posici�n durante semanas de fr�o bajo cero� y hasta comiendo insectos.
Pero vali� la pena: aquella tiradora pionera en alistarse fue calificada entre las mejores del Ej�rcito Rojo.

Uno de sus bi�grafos escribi�: "En uno de los enfrentamientos permaneci� veinticuatro horas tumbada en la misma posici�n, acechando a un enemigo. Al amanecer del segundo d�a logr� ponerlo en su mira y abatirlo, tom� del cad�ver no solo el fusil: tambi�n su diario, donde contaba que hab�a sido francotirador en Dunkerke y que hab�a matado, entre soldados y oficiales, �a 500 hombres!".

Sin embargo, ese episodio no fue el m�s heroico. Seg�n una revista sovi�tica, "ella se top� con un observador alem�n oculto detr�s de unos arbustos. El nazi esgrimi� todos los trucos: poner un casco en un palo y levantarlo (blanco falso para que ella delatara su posici�n), y hacer corretear un gato y un perro para distraerla y ponerla en su mira. Pero ella no cay� en las trampas, y el nazi pag� con su vida la �ltima: mostrarle sobre los arbustos un mu�eco vestido con uniforme. Lyudmila vi� el destello de los binoculares del alem�n, y no err� el disparo".

En este punto, la leyenda, impulsada por Stalin, empez� su camino�

Se corri� la voz de que los soldados nazis, aterrados por la francotiradora, le ofrec�an a los gritos que cambiara de bando, prometi�ndole una lujosa vida futura.

Ascendida a teniente, el general Iv�n Petrov (1896�1958), m�ximo general del ej�rcito sovi�tico desde 1944, le orden� en persona seleccionar y entrenar a una unidad de francotiradores.

No era para menos: Lyudmila juraba y perjuraba que hasta junio de 1942 "mat� a 309 enemigos: entre ellos, cien oficiales, 36 francotiradores, y el resto, soldados comunes".

Pero el tim�n de su suerte vir� hacia la adversidad en ese mismo junio: un tiro de mortero la hiri� en la cara �una cara muy atractiva, adem�s�, y debi� ser rescatada por un submarino.

Empez� a correr una versi�n: los nazis amenazaron matarla y descuartizar su cuerpo en 309 trozos, como venganza por sus 309 compa�eros ca�dos bajo sus balas.

Pero no sucedi�. Y el alto mando sovi�tico decidi� que su francotiradora�hero�na era una figura demasiado potente (un �cono) como para volver a arriesgar su vida en combate.

Un a�o despu�s, en julio del 42, recibi� la medalla dorada de Hero�na de la Uni�n Sovi�tica. Un mes m�s tarde viaj� a los Estados Unidos con el tirador de �lite Vladimir Pchel�ntsev. Muchos se preguntaron porqu� ellos y no dos pilotos o comandantes de tanques. Pregunta v�lida�, pero no para Stalin. Seg�n el, los francotiradores eran algo as� como estrellas del espect�culo, y los alemanes les tem�an hasta el pavor.

En los Estados Unidos, Lyudmila dio conferencias, y soport� preguntas �para ella ins�litas� de los periodistas locales:
��Qu� color de ropa interior prefiere?
��Las francotiradoras se pintan los labios?

Se defendi� bien. Ten�a 26 a�os, y hab�a vivido experiencias demasiado fuertes como para que ciertas preguntas la amedrentaran.

El paso siguiente fue casi incre�ble. El 28 de agosto fue recibida en la Casa Blanca, como una princesa, por el presidente Franklin Delano Roosevelt y la Primera Dama. Y a los pocos d�as conoci� a la mayor leyenda de la historia del cine Made in USA: Charles Chaplin, que le dijo:
�Parece imposible que esas manitos hayan matado tantos nazis�

Retirada y con el rango de comandante, se eclips�. No ejerci� como profesora de Historia ni como instructora de tiro. Trabaj� en el cuartel general de la Armada y en el Comit� de Veteranos de Guerra, seg�n un par de bi�grafos, "sin pena ni gloria".

Muri� el diez de octubre de 1974. Ten�a 62 a�os.

Y entonces empez� a correr el r�o de las dudas y las refutaciones�
En sus memorias, Lyudmila escribi� que su baja n�mero 300 la logr� el doce de julio de 1942, d�a en que cumpli� 30 a�os. "Fue el regalo que me hice en Sebastopol", record�.
Sin embargo, Sebastopol cay� nueve d�as antes� Ergo, �existi� esa baja, ya terminada la lucha?
Otra duda: una versi�n que se precia de firme asegura que la francotiradora fue rescatada por los servicios sanitarios y sacada del frente� en junio de 1942. Un mes antes.

Tambi�n se cuestion� el n�mero de muertos bajo su fusil. �Fueron realmente 309? Adem�s, �c�mo supieron los nazis tan pronto esa cifra, como para prometer cortar a su enemiga en 309 trozos?

Tampoco fue bien tratada la historia del francotirador alem�n que hizo correr perros y gatos para distraerla y matarla: no se conoci� algo semejante durante toda la guerra.

Y siguen los interrogantes. Seg�n la historiadora Lyuba Vinogradova, "Es muy extra�o que ella no recibiera ninguna medalla en Odessa, a pesar de que acab� con 187 enemigos. A los francotiradores les conced�an una medalla por cada diez enemigos muertos o heridos, y la Orden de la Estrella Roja por cada veinte. Si causar 75 bajas bastaba para el t�tulo de H�roe de la Uni�n Sovi�tica, �porqu� a ella no le dieron nada?".

La pregunta es pertinente: Lyudmila s�lo logr� la Orden de Lenin y la de Hero�na de la Uni�n Sovi�tica. Ambas, luego de ser herida y rescatada en la ca�da de Sebastopol.

Otros cuestionadores dudan de que haya sufrido una severa herida en la cara, porque en fotograf�as posteriores no aparece cicatriz alguna.

Y por fin� �porqu� se neg� a demostrar su punter�a en la gira por los Estados pesar Unidos, a pesar de la insistencia de los periodistas, y desaf�o que s� acept� su compa�ero, el francotirador Pchel�ntsev?

Las respuestas �la verdad, toda la verdad y nada m�s que la verdad� bajaron con ella a su tumba en el cementerio Nov�d�vichi, Mosc�.

En todo caso y m�s all� de las cifras, es cierto que Lyudmila Pavlichenko fue una gran francotiradora en batallas cruciales para el destino final de la Uni�n Sovi�tica en la Segunda Gran Guerra.
Sobran testimonios.

Si no fueron 309, poco importa. Quiz� el n�mero lo dibuj� Stalin por razones pol�ticas y estrat�gicas.

Algo que hacen todos los pa�ses en guerra, en todo tiempo y lugar.

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