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Filmando lo (extra)ordinario: sobre el cine de Jim Jarmusch




14/11/2017 - 15:35:54
Infobae.- Paterson es una pel�cula acerca de un hombre llamado Paterson que vive en la ciudad de Paterson. Si bien su oficio es ser un conductor de autob�s, su verdadera vocaci�n reside en ser poeta y su principal �dolo literario es William Carlos Williams, cuya obra m�s famosa se llama, justamente, Paterson. Contar una trama as� tiene algo de humor�stico, pero creo que capta justamente el esp�ritu de una pel�cula que se basa mucho en la idea de la rutina y la repetici�n.

Su protagonista tiene como oficio realizar siempre el mismo recorrido; su novia es una chica que se la pasa haciendo cupcakes, dise�ando vestidos parecidos y pintando varios retratos de un mismo perro. Por otro lado, Paterson tiene como compa�ero de trabajo a una persona que siempre le relata las mismas quejas sobre su vida, y vive en un lugar donde abundan los hermanos gemelos (o sea, donde abundan las caras repetidas). Lo curioso de Paterson es que esta inmersi�n en la rutina no tiene nada de desesperante ni de asfixiante, su director la presenta como algo hermoso y hasta ocasionalmente id�lico, un espacio incluso de donde puede nacer una poes�a que, como la del mencionado Williams, transforma las cosas de lo m�s diarias y cotidianas en algo a mirar como si tuviese una enorme belleza.


El director de esta pel�cula es Jim Jarmusch, y a quienes nunca vieron una pel�cula de �l probablemente un largometraje como Paterson les resulte �para bien o para mal- algo completamente distinto a lo que ven habitualmente. Sin embargo, para quienes seguimos con atenci�n la carrera de este cineasta, Paterson es una pel�cula con c�digos ya conocidos de un director y que hasta se relaciona con su propia forma de trabajo. Despu�s de todo, a lo largo de sus doce largometrajes de ficci�n hechos durante casi treinta a�os, Jarmusch parece haberse armado una misma rutina de trabajo tan f�rrea como la de su propio conductor de autob�s.


Comenz� con pel�culas de presupuesto baj�simo y hechas con amigos como la fallida Permanent Vacation (1981) y la influyente Extra�os en el Para�so (1984). Sigui� contando historias de presos y pr�fugos en Bajo el peso de la ley (1986); entreg� historias corales en Mistery Train (1989) y Una Noche en la Tierra (1991); ya m�s avanzado en los 90, con pocas pel�culas pero mucho prestigio en su haber, realiz� para la importante productora Miramax un western rar�simo llamado Dead Man (1995), y una mezcla magistral entre pel�cula de mafia y de samur�is llamada Ghost Dog (1999). En el pico de su renombre como cineasta, mand� al diablo a Miramax e hizo una pel�cula con presupuesto nimio y multiestelar que consist�a en poner desde grandes estrellas hasta ignotos tomando caf� y fumando cigarrillos en una pel�cula llamada �valga la redundancia- Caf� y cigarrillos (2003), y ya llegando al siglo XXI, hablar�a de un padre buscando a su hijo en Flores Rotas (2005), de un delincuente solitario en Los l�mites del control (2009), de vampiros en la incre�ble S�lo los amantes sobreviven (20013), para finalmente llegar a Paterson.
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Con esta variedad de temas en pel�culas con presupuestos muy distintos, Jarmusch sin embargo se las arregl� para trabajar siempre del mismo modo: con un equipo peque�o de trabajo, y total libertad creativa para decidir c�mo quer�a que fuera la pel�cula. Pero tambi�n se las arregl� para que sus relatos tuvieran puntos en com�n muy fuertes, que hicieran que el espectador conocedor de su cine visitara sus largometrajes como si volviera a visitar un mismo territorio disfrazado de diferentes formas. En Jarmusch suele haber un humor extra�o. As� es como, por ejemplo, en Extra�os en el Para�so puede construirse humor a partir de un chiste que no terrmina de contarse, o en Paterson puedan encontrarse gags cuya gracia estriba en que no terminan de encontrar un remate. Tambi�n alusiones a poetas y m�sicos de todo tipo (Walt Whitman en Bajo el peso de la ley, William Blake en Hombre Muerto, Elvis en Mistery Train) que nunca suenan snob o gratuitas, sino perfectamente integradas a una trama. Tambi�n actores que se repiten (desde los m�sicos John Lurie, Tom Waits e Iggy Pop, pasando por actores como Bill Murray, John Hurt y Alfred Molina) y un contraste entre el tono calmado del relato, y todo lo que sucede en ella. Ya sea porque sus personajes son mucho m�s cambiantes de lo que aparentan, o porque Jarmusch cuenta en una pel�cula varias historias breves.


Pero una de las cosas que m�s destacan en el cine de Jarmusch es un choque entre lo ordinario y lo extraordinario. Ser� m�s claro. Cuando uno se enfrenta al cine de Jarmusch tiene que estar dispuesto a saber que todo lo que amenaza con ser espectacular o supuestamente extraordinario finalmente no lo ser�. Si en su pel�cula hay vampiros, sus ataques quedar�n en general fuera del campo visual; si est� protagonizada por apostadores de carreras de caballos, nunca habr� una escena de las carreras a las que asisten; si la historia es sobre presos que se escapan de una c�rcel, todo el suspenso de la fuga ser� elipsado para pasar bruscamente de la escena en que estas personas est�n en la c�rcel a la escena en la que estas personas est�n ya fuera de ella.

Incluso cuando Jarmusch tiene que filmar alguna escena que cualquier otro director filmar�a de manera espectacular o intentando crear suspenso, Jarmusch la filma como la cosa m�s rutinaria del mundo, como si no tuviese una importancia real dentro de la trama. En Ghost Dog por ejemplo, Forrest Whitaker hace de un asesino a sueldo pr�cticamente invencible. Cuando �l "entra en acci�n", lo �nico que vemos es a este hombre caminando lento, apuntando y matando, yendo a contrapelo de cualquier l�gica de escena de acci�n. Lo mismo sucede con los tiroteos en Hombre Muerto, todos filmados con un desgano que pareciera producir m�s un efecto c�mico que otra cosa. Es como si Jarmusch simplemente quisiera sacarse esas escenas de encima, mostrarnos que los personajes saben hacer esto pero que la importancia de la historia pasa por otro lado: por filmarlos teniendo conversaciones aparentemente banales, por verlos en situaciones rutinarias o interactuando con desconocidos. De modo similar, Jarmusch utiliza a veces a grandes estrellas de rock o de cine haciendo de ellos mismos en situaciones de lo m�s corrientes y mostrando sentimientos de celos o incomodidad cercanos a cualquiera.

El tema est� justamente en que estos personajes hacen situaciones de lo m�s frecuentes pero no son para nada frecuentes. Un poco a la inversa de Hitchcock, su idea no es hacer pel�culas sobre personajes ordinarios en situaciones extraordinarias, sino sobre personajes extraordinarios en situaciones aparentemente ordinarias. Esto siempre genera una situaci�n extra�a en su cine, en donde lo cotidiano y lo as� llamado normal choca con lo que uno llamar�a lo sorprendente o lo an�malo, al punto tal que no pocas veces en su cine la l�nea entre una cosa y otra se vuelven indistinguible.

En medio de esto surge tambi�n una sensaci�n, y es que Jarmusch hace un cine enamorado de sus personajes y el mundo que los rodea; de ah� que todo en el fondo le termina pareciendo fascinante y digno de ser filmado. Por eso tambi�n frente a un cine con tanto cari�o la cuesti�n del homenaje y las declaraciones de amor a artistas o situaciones son frecuentes. As� es como en el cine de Jarmusch puede haber tributo a la poes�a, a las charlas de caf�, a Elvis Presley al cine de g�ngsters y al terror de los 30. Ya el propio Jarmusch dijo una vez, en una de sus escasas declaraciones a la prensa, que la vida eterna no era algo que le interesara, ya que el ciclo de la vida le parec�a algo demasiado precioso como para bastarle. En alguna medida, su cine muchas veces es esta misma expresi�n del amor por lo humano por lo humano en s�. De ah� que muchas veces en su cine parece sentir respeto por todos los personajes, a�n con lo antit�ticos que estos puedan llegar a ser. En Ghostdog por ejemplo, hay tanto respeto por el samur�i como por el capomafia que lo combate; en Mistery Train es f�cil encari�arse tanto con dos turistas inofensivos fan�ticos de Elvis como con personas que terminar�n siendo c�mplices de un asesinato. En alg�n punto, sus dos �ltimas ficciones son expresiones opuestas de ese mismo cari�o desmedido.


En Paterson, este cari�o por lo humano est� expresado en una pel�cula luminosa y dulce hasta lo inveros�mil; en S�lo los amantes sobreviven, este amor excesivo termina tambi�n siendo parad�jico y fatal. All� dos vampiros deciden, por amor a seguir experimentando lo humano, volver a matar gente. En el desenlace de una pel�cula que dice que s�lo los amantes sobreviven, vemos c�mo efectivamente los dos amantes vampiros sobrevivir�n pero s�lo porque lograr�n matar a dos amantes que justamente no podr�n hacerlo. Y en ese acto de matar a dos personas habr�, al mismo tiempo, una forma de expresar amor por lo humano. Esa clase de paradojas logra Jarmusch, el cineasta de humor extra�o, capaz de sumergirnos en un mundo que es al mismo tiempo estable y movedizo. No es un cine f�cilmente accesible, pero una vez que se entra en sus c�digos, resulta una de las experiencias m�s originales y ocasionalmente hermosas que da el cine contempor�neo. All� se encontrar� alguna que otra pel�cula fallida, algunas obras maestras (por favor, vean Extra�os en el Para�so, Bajo el Peso de la Ley y Ghostdog) y una sensaci�n general de que en sus mejores momentos estamos viendo un cine que logra fusionar como muy pocos la luminosidad y la melancol�a.

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