¿Realmente usaban los médicos vibradores para tratar la histeria en las mujeres?
15/09/2018 - 20:46:43
BBC.- Un piano. Un div�n. Una jaula de p�jaros. Suntuosas alfombras. Muchas l�mparas el�ctricas.Al lado de la sala de estar, el consultorio de un m�dico privado. Una mesa m�dica cubierta con una s�bana. Varios vibradores. Y una toma de corriente, para enchufar aparatos el�ctricos.
As� es el escenario de la comedia "El cuarto de al lado o una historia sobre el vibrador", escrita por Sarah Ruhl.
Se desarrolla en la d�cada de 1880 en Nueva York y muestra -entre otras cosas- c�mo el reci�n inventado vibrador fue utilizado por los m�dicos para inducir el orgasmo en las mujeres diagnosticadas con histeria.
La inspiraci�n para este aspecto de la aplaudida obra fue un igualmente aplaudido estudio acad�mico.
M�s precisamente, uno de los estudios sobre la historia del sexo y la tecnolog�a m�s citados de los �ltimos tiempos: "La tecnolog�a del orgasmo", publicado en 1999, de la historiadora y ex cient�fica visitante de la Escuela de Ingenier�a El�ctrica y Computaci�n de la Universidad de Cornell, Rachel Maines.
"Esta historia se basa en hechos reales. En serio"
La investigaci�n de Maines tambi�n inspir� a los realizadores de una pel�cula de 2011 llamada "Histeria", que abre con la frase "Esta historia se basa en hechos reales. En serio".
Era algo que val�a la pena recalcar pues, de no haber fundamentos firmes, la idea de que los doctores victorianos se la pasaran induciendo orgasmos quiz�s resultar�a demasiado disparatada, aunque en ficci�n todo se vale.
Pero en la ciencia no. Y la tecnolog�a, as� como la historia, lo son. En este caso, ten�an la investigaci�n de Maines como respaldo.
Qu� es el orgasm�metro y qu� nos puede ense�ar sobre sexo y el placer femenino
El corto libro de Maines abarca muchas cuestiones pero su argumento central es sencillo. Afirma que:
los m�dicos victorianos trataban rutinariamente a las pacientes de histeria estimul�ndolas hasta el orgasmo utilizando vibradores electromec�nicos.
el vibrador fue una tecnolog�a creada para ahorrar mano de obra que reemplaz� la pr�ctica m�dica bien establecida de masajear el cl�toris para aliviar esta condici�n. No s�lo evitaba que los doctores se cansaran sino que era m�s efectivo pues produc�a en 5 minutos el resultado que manualmente tomaba una hora, y la reducci�n en el tiempo del tratamiento les permit�a atender m�s pacientes y ganar m�s dinero.
los m�dicos no percib�an ni el vibrador ni el masaje manual como sexuales, porque ninguno de los dos m�todos involucraba la penetraci�n vaginal.
Todo esto respaldado por varias citas que daban credibilidad a lo que, cuando se public�, algunos llamaron "la historia secreta de la excitaci�n sexual femenina".
Siendo tan deliciosamente escandalosa, la historia se propag� como el fuego, se sali� de los c�rculos acad�micos y se infiltr� en la cultura popular a tal punto que pas� a ser uno de esos conocimientos categorizados bajo "algo sabido".
Y, en el marco de la historia del sexo y la tecnolog�a, el argumento de ""La tecnolog�a del orgasmo" ha sido repetido casi textualmente en decenas de obras acad�micas", le dice a BBC Mundo Hallie Lieberman, "a pesar de que no es cierto".
�Perd�n?
"Ninguna de las fuentes que ella cita respaldan su argumento".
Pero eso no quiere decir que no sea cierto... �no hay otras fuentes?
"Yo soy una historiadora de la sexualidad y escrib� un libro sobre la historia de juguetes sexuales ("Buzz: A Stimulating History of the Sex Toy") y cuando estaba investigando mi libro no hall� absolutamente nada sobre la supuesta pr�ctica del uso vibradores por parte de doctores para curar histeria".
De hecho, cuando Lieberman empez� a escribir su libro, su punto de partida fue el de Rachel Maines, "pues era el �nico escrito sobre el tema, y me pareci� muy interesante".
"Entonces consult� algunas de sus fuentes y no encontr� nada que dijera que los m�dicos estaban usando vibradores en sus consultorios, y menos estimulando el cl�toris. Pens� que no estaba entendiendo bien -en ese momento era estudiante de posgrado- pero mis profesores confirmaron que esas fuentes no dec�an lo que Maines afirmaba".
Lieberman, del Instituto de Tecnolog�a de Georgia, EE.UU., fue m�s all�.
Con Eric Schatzberg, director de la Escuela de Historia y Sociolog�a de Georgia Tech, investigaron exhaustivamente todas las fuentes que apuntalan el argumento central de "La tecnolog�a del orgasmo" y no encontraron en ellas ninguna prueba de que ocurri� lo que asevera.
Lo cierto
Los juguetes sexuales han existido por al menos 30.000 a�os y a veces han sido vendidos como aparatos medicinales para prop�sitos supuestamente no sexuales, aclara Lieberman.
"Por ejemplo, a finales del siglo XVlll vend�an dilatadores de recto como tratamiento para el estre�imiento, hemorroides y hasta asma... era uno de esos productos locos de curanderos".
Los primeros vibradores el�ctricos se beneficiaron de esa artima�a.
Eran vendidos a finales del siglo XIX y principios del XX como electrodom�sticos para m�ltiples usos, prometiendo proveer placeres menos �ntimos, desde quitar las arrugas hasta alivio para innumerables dolores y condiciones, incluida la sordera y la ci�tica.
"Yo pensar�a que la gente usaba los vibradores para masturbarse, pero no tenemos evidencia pues no se escribi� sobre esas pr�cticas", se�ala Lieberman.
As� que los aparatos mismos existieron -y se pueden ver en museos de artefactos m�dicos- "y ten�an aditamentos para el recto y la vagina".
Sin embargo, aunque eran promovidos ampliamente para otras terapias m�dicas en esa �poca, "no hay nada que diga que fueran usados por doctores como t�cnica m�dica" para inducir orgasmos en mujeres hist�ricas.
"Si la vibraci�n del cl�toris hubiera sido una terapia m�dica est�ndar a finales del siglo XIX y principios del XX, uno esperar�a encontrar evidencia hist�rica directa de la pr�ctica, ya sea de proponentes o cr�ticos", pues el mundo de la medicina era muy pol�mico en ese entonces.
"Adem�s, cualquier procedimiento m�dico que pudiera haber sido percibido como sexual seguramente habr�a atra�do la atenci�n de los moralistas censuradores".
No obstante, no hay nada.
�Caso cerrado?
A pesar de que el estudio de Lieberman y Schatzberg, "Un fracaso del control de calidad acad�mico: La tecnolog�a del orgasmo", desbancaba un mito alimentado por un trabajo acad�mico, "fue dif�cil publicarlo pues nos dec�an que la informaci�n no era nueva. No quieren mirar atr�s. Pero nuestra meta era corregir un error hist�rico".
Su intenci�n es mostrar como las ideas pueden difundirse a pesar de ser erradas y cu�n grande es la necesidad de revisar concienzudamente lo que se publica y corregir conocimientos previos.
Sin embargo, lo mismo se podr�a decir de su propio estudio: acaba de ser publicado... �les debemos creer o esperar a que otros lo revisen?
"Ciertamente es dif�cil saber cu�ndo termina la cadena pero existe el sentido de preponderancia de la evidencia. El est�ndar de oro de los historiadores es chequear las fuentes de archivo. Si haces un estudio de archivos y no encuentras evidencia, eso virtualmente cierra el caso", explica Lieberman.
Pero, �ser� suficiente un estudio para cambiar la impresi�n dejada por "La tecnolog�a del sexo"?
"Es dif�cil corregir un error. Dudo que borre la historia ficticia completamente pero creo que probablemente tendr� alg�n efecto".
BBC Mundo no se pudo comunicar con Rachel Maines pero en una entrevista con Robinson Meyer y Ashley Fetters, periodistas del diario The Atlantic, la autora de "La tecnolog�a del sexo" declar� que siempre fue una "hip�tesis".
"Nunca dije tener pruebas de que ese fuera realmente el caso", dijo. "Lo que dije fue que era una hip�tesis interesante, y como [Lieberman] se�ala -correctamente, creo- la gente se lanz� sobre ella. Era perfecta para convertirse en mitolog�a. Mi prop�sito no fue que eso pasara pero la gente tom� a la idea y le dio vuelo".
En la entrevista de Meyer y Fetters, Maines agreg� que estaba un poco sorprendida de que hubiera pasado tanto tiempo antes de que otros expertos cuestionaran su argumento, dado cu�n "escasa" hab�a sido la evidencia que ella dio.
"Pens� que iban a atacarlo de inmediato. Pero han pasado 20 a�os. Les gust� tanto que no quisieron cuestionarlo".
