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La impresionante historia de Anton van Leeuwenhoek, el descubridor de los espermatozoides y su peculiar reacción al conseguirlo




09/03/2019 - 15:11:17
BBC.- Una extraordinaria curiosidad por lo casi invisible fue lo que llev� a un humilde comerciante de telas holand�s a hacer uno de los descubrimientos m�s importantes de la historia de la Biolog�a.

Sucedi� un d�a de 1677 cuando Anton van Leeuwenhoek examin� a nivel microsc�pico su propia eyaculaci�n.

"Qued� inmediatamente impactado por los peque�os "anim�lculos" que encontr� retorci�ndose".

As� lo cuenta Laura Poppick en el reportaje The LongWinding Tale of Sperm Science... and why it"s finally headed in the right direction ("La larga y tortuosa historia de la ciencia del esperma y por qu� finalmente va en la direcci�n correcta") del Instituto Smithsonian.

Despu�s de lo que vio no estaba muy seguro de qu� hacer. No ten�a ninguna formaci�n cient�fica, pero ten�a una ansia insaciable por descubrir y aprender.


Ya hab�a visto piojos y microorganismos en muestras de agua de lagos con un microscopio que desarroll�, y hab�a escrito sus observaciones.

Sin embargo, le preocupaba que "escribir sobre el semen y el coito pudiera ser indecente".

Aun as�, este hombre casado dio un paso clave para la ciencia y valiente para su �poca.
La carta

Leeuwenhoek inform� a la Royal Society de Londres, la instituci�n cient�fica m�s importante de Europa en esa �poca, sobre su hallazgo.

Hab�a hecho lo mismo con descubrimientos previos.

"Si su se�or�a cree que estas observaciones pueden molestar o escandalizar a los eruditos, le ruego encarecidamente a su se�or�a que las considere privadas y que las publique o las destruya como su se�or�a lo considere oportuno", escribi� desde Holanda.

En una carta fechada en noviembre de 1677 y dirigida a Lord Brounker, secretario de la Royal Society, Leeuwenhoek explic� que hab�a visto una multitud de "animales peque�os".

En el art�culo Anton van Leeuwenhoek (1632-1723): Father of micromorphology and discoverer of spermatozoa ("Anton van Leeuwenhoek (1632-1723): padre de la micromorfolog�a y descubridor de los espermatozoides"), de la Revista Argentina de Microbiolog�a, se resalta que el bi�logo "entendi� los espermatozoides".

Los autores, liderados por Marianna Karamanou, transcriben los hallazgos expuestos por el cient�fico:

"He observado suficiente fluido proveniente de una persona enferma, pero tambi�n de una persona sana, inmediatamente despu�s de la eyaculaci�n".
"He visto tal multitud de anim�lculos vivos, m�s de un mill�n, con el tama�o de un grano de arena y movi�ndose en un espacio. Esos animales eran m�s peque�os que los gl�bulos rojos".
"Ten�an un cuerpo redondo y espuma en la parte delantera y la parte posterior (estaba) terminada en un punto".
"Estaban equipados con una cola de cinco a seis veces la longitud del cuerpo. Avanzaban con un movimiento de serpiente ayudados por sus colas".

Corta vida

La reacci�n de Brounker, quien estaba a la cabeza de una de las primeras organizaciones en practicar ciencia experimental, estuvo muy lejos de escandalizarse.


Era consciente de que ten�a ante s� el nacimiento de un nuevo campo de estudio de la biolog�a.

De hecho, como se�ala Karamanou y su equipo de investigadores de la Universidad de Atenas, el secretario de la Royal Society lo alent� a llevar a cabo sus estudios en cuadr�pedos.

En marzo de 1678, Leeuwenhoek le inform� que "hab�a notado una cantidad de "animales" en el semen de perros y conejos, y que esperaba encontrarlos en todos los animales machos".

El an�lisis de Leeuwenhoek fue m�s all� del instante de la eyaculaci�n.

Guard� la muestra del esperma de un perro en un tubo de vidrio y se dio cuenta de que los espermatozoides empezaron a morir poco a poco.

"Siete d�as despu�s de su recolecci�n, pocos espermatozoides segu�an vivos y con capacidad de "nadar"", se�ala el art�culo de la publicaci�n argentina.
El sistema de reproducci�n

Otra de las grandes contribuciones de Leeuwenhoek a la ciencia se refiere a la reproducci�n.


"Describi� los espermatozoides de moluscos, peces, anfibios, aves y mam�feros, llegando a la novedosa conclusi�n de que la fertilizaci�n ocurr�a cuando los espermatozoides penetraban en el �vulo", se�ala una biograf�a de la BBC sobre el bi�logo.

De acuerdo con Karamanou y sus colegas, "Leeuwenhoek fue el primero en descubrir la presencia de espermatozoides en las trompas de Falopio y el �tero femenino y tambi�n demostr� que los espermatozoides se produc�an en los test�culos y adquir�an movilidad en el epid�dimo".

Sus hallazgos en este campo fueron muy importantes. Y es que para la ciencia el origen de los beb�s era todo un misterio.

�Por qu� los cient�ficos tardaron tanto en entender de d�nde vienen los ni�os?

Como indica el bi�logo Bob Montgomerie, de la Universidad de Queen en Canad� -quien es citado por Poppick-, se lleg� a pensar que "el vapor emitido por la eyaculaci�n masculina de alguna manera estimulaba a las mujeres a hacer beb�s, mientras que otros cre�an que los hombres en realidad fabricaban los beb�s y los transfer�an a las hembras para su incubaci�n".

Algunos creyeron que cada espermatozoide ten�a un diminuto ser humano completamente preformado.
El comerciante curioso

Leeuwenhoek, quien proced�a de una familia de comerciantes sin fortuna, rompi� el paradigma del cient�fico de su �poca.


El no haber cursado estudios de educaci�n superior y hablar un solo idioma (el holand�s) "hubiese sido suficiente para excluirlo de la comunidad cient�fica completamente", indica una breve biograf�a realizada por la Universidad de California Berkeley.

Y es que para la �lite cient�fica de la �poca, el lat�n era fundamental.

"Aun as�, con habilidad, diligencia, una curiosidad infinita y una mente abierta, libre del dogma cient�fico de sus d�as, Leeuwenhoek consigui� hacer con �xito algunos de los descubrimientos m�s importantes en la historia de la biolog�a", indica esa casa de estudios.

Y procede a enumerar algunos. Descubri� la bacteria, c�lulas sangu�neas, c�lulas de esperma, nematodos y rot�feros microsc�picos, miembros del reino protista y mucho m�s.

Esa es la maravilla de Leeuwenhoek, una persona que estuvo fuera del mundo cient�fico pero cuya capacidad de imaginar, descubrir, lo llev� muy lejos"
Carlos Gamazo, Universidad de Navarra

"Sus investigaciones, que empezaron a circular ampliamente, abrieron la puerta a todo un mundo de vida microsc�pica para que los cient�ficos fueran conscientes de ella", se�ala la universidad.

Contrat� a un ilustrador para que dibujara lo que �l ve�a y de esa forma sus escritos pudieron ir acompa�ados de im�genes.

"La mayor�a de sus descripciones de microorganismos son inmediatamente reconocibles", dice la instituci�n educativa.
Sus famosas lupas

En sus actividades como comerciante, Leeuwenhoek ten�a que usar lupas para analizar textiles.

Se cree que eso lo llev� a aprender a pulir vidrio, una habilidad que desarroll� de forma magistral.

El paso siguiente fue hacer sus propias lupas, que despu�s convirti� en poderosos microscopios simples.

Se estima que construy� m�s de 500 y los usaba para hacer sus observaciones, que empezaron como un pasatiempo.

Una de sus inspiraciones fue el libro ilustrado de Robert Hooke: Micrographia, en el que el gran cient�fico ingl�s plasm� lo que observ� a trav�s de su microscopio.

"Con los lentes que fabricaba analizaba todo lo que se le ocurr�a", le cuenta a BBC Mundo Carlos Gamazo, director del departamento de Microbiolog�a de la Universidad de Navarra (Espa�a).


"�C�mo es posible que alguien del siglo XVII fuera capaz de pulir aquellos lentes de esa manera?", a�ade con admiraci�n.

Y eso es algo que le gusta transmitirles a sus estudiantes.

De hecho, el docente tiene una r�plica de una de las lupas de Leeuwenhoek que lleva a sus clases.

"Les digo: "Miren qu� maravilla que con esta lupa, que puede parecer irrisoria comparada con la microscop�a que ustedes usan en los laboratorios, este hombre hizo tantos descubrimientos"", cuenta.

"Ten�a que trabajar a la luz de una vela. Es incre�ble".


El microbi�logo explica que Leeuwenhoek describi� formas que miden una micra, es decir la mil�sima parte de un mil�metro.
Su propio cuerpo

Uno de los sujetos de estudio de Leeuwenhoek fue �l mismo.

Un buen d�a decidi� ver el interior de su boca, analiz� su sarro dental y descubri� las bacterias.

"Cuando vio lo que denomin� como "anim�lculos" movi�ndose dijo: "Pero si es que estos son seres vivos� Voy a ver si los mato". Tom� t� hirviendo y observ� que el calor mat� aquellos animales diminutos", evoca Gamazo.


Tambi�n se sacaba la placa de la boca, la rociaba con agua de lluvia y observaba lo que ocurr�a.

"Para mi sorpresa, contiene una gran cantidad de animales que se mueven de forma extravagante. Son tantos, que el n�mero supera a los habitantes de un reino", concluy� el comerciante.

Realiz� el experimento con varios voluntarios, entre ellos se cree que estuvieron su esposa y su hija.

Y pens� en c�mo ser�a la boca de alguien que no tuviese h�bitos de higiene.

"Le tom� una muestra de la boca a una persona que viv�a en la calle y encontr� una gran cantidad de bacterias", recuerda el docente.


El cient�fico brit�nico Andrew Parker cuenta en un programa de la BBC que Leeuwenhoek lleg� incluso a no lavarse los pies por d�as e incluso semanas para dejar que creciera alg�n cultivo entre sus dedos y as� poder observarlo.

Tambi�n dej� que vivieran piojos en sus piernas para analizarlos.

El bi�logo brit�nico Brian J. Ford cuenta que incluso poco antes de su muerte, en 1723, cuando se acercaba a los 91 a�os, Leeuwenhoek "se mantuvo ocupado".

"Tomaba nota de las muestras (que recog�a) en los �ltimos d�as de su vida. Pas� tiempo analizando su propia enfermedad y la informaci�n microsc�pica que obten�a a trav�s de la disecci�n de los s�ntomas que experimentaba durante su �ltima enfermedad", narra Ford en Antony van Leeuwenhoek, microscopist and visionary scientist ("Antony van Leeuwenhoek, microscopista y cient�fico visionario").
Los visitantes

Los bi�grafos de Leeuwenhoek cuentan que fue un hombre que mantuvo una personalidad muy humilde, pese a la fama que fue adquiriendo.

Gamazo indica que reyes y l�deres de toda Europa iban a visitarlo para ver sus hallazgos, sus instrumentos, su trabajo.

"Al final ten�a montada una especie de exposici�n con diferentes microscopios o lupas y en cada uno pon�a una muestra y la gente iba a observar lo que dec�an los cient�ficos que �l hab�a descubierto", dice el acad�mico.

"Tuvo que fabricar m�s microscopios ya no para usarlos sino para dejarlos listos con las muestras preparadas para cuando llegara alg�n visitante".

Mi trabajo, el cual he venido haciendo por largo tiempo, no buscaba obtener la alabanza que ahora disfruto, sino principalmente (satisfacer) una ansia de conocimiento, la cual noto que habita en m� m�s que en otros hombres.

Y, en consecuencia, cada vez que descubr� algo notable, he pensado en mi deber de plasmarlo en un papel para que todas las personas ingeniosas tambi�n puedan ser informadas al respecto.

Anton van Leeuwenhoek, 1716
Rendidos

Para Leeuwenhoek no fue f�cil ingresar a la �lite a cient�fica de su tiempo.

"Sus bi�grafos cuentan que convencer a los expertos de la Royal Society de Londres fue complicado", dice el microbi�logo espa�ol.
Derechos de autor de la imagen Getty Images
Image caption Leeuwenhoek irrumpi� con su curiosidad e ingenio en la �lite cient�fica de los siglos XVII y XVIII. Este dibujo de Steenlink es una reproducci�n del cuadro del pintor holand�s del siglo XVII Adriaen Backer: "Lecci�n de Anatom�a del Dr. Frederik Ruysch".

"Decirles a los cient�ficos que iban con sus pelucas y que eran considerados los sabios de la �poca que alguien que no era cient�fico hab�a descubierto algo, no les hizo mucha gracia. Hubo mucha reticencia", a�ade.

Incluso lleg� a ser ridiculizado por algunas de las mentes m�s brillantes de Londres.

Pero, tras muchas investigaciones y hasta intentos por desacreditarlo, en 1680 "se tuvieron que rendir ante �l y lo nombraron miembro de esa organizaci�n".

Muchas de sus observaciones, algunas de las cuales se remontaban a 1673, fueron traducidas al lat�n y al ingl�s.

El comerciante se mantuvo en comunicaci�n a trav�s de cartas con la Royal Society, que public� varias de sus misivas.

Se estima que les envi� casi 200.
El legado

Pero no todo sali� a la luz p�blica.

As� lo cuenta J. Kremer en The significance of Antoni van Leeuwenhoek for the Early Developmente of Andrology ("La importancia de Antoni van Leeuwenhoek para el desarrollo temprano de la androlog�a").

"Es algo peculiar, pero caracter�stico de la �poca posterior a Leeuwenhoek", indica.

"Sus hallazgos sobre los espermatozoides fueron mantenidos en secreto. Entre 1798 y 1807, "Los trabajos selectos de A. van Leeuwenhoek" fueron publicados. Todos los pasajes que eran considerados ofensivos para muchos lectores fueron omitidos".

No fue hasta finales de los 50 del siglo XX que las investigaciones sobre espermatozoides de Leeuwenhoek "recibieron la apreciaci�n que merec�an", explica Kremer.

Su legado es extraordinario. Es el padre de la microbiolog�a y de la microscop�a �ptica. Fue el precursor de la bacteriolog�a, el hombre que vio "lo invisible".

Gamazo lo resume as�: "Esa es la maravilla de Leeuwenhoek, una persona que estuvo fuera del mundo cient�fico pero cuya capacidad de imaginar, descubrir, lo llev� muy lejos".

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