Por qué varias culturas en la antigüedad le tenían pavor a las habas

09/03/2019 - 15:13:53
BBC.- En todas partes se cuecen habas...aunque no siempre fue as�. En la antig�edad, la legumbre fue rechazada en ciertos c�rculos porque se cre�a que pose�a propiedades sobrenaturales.

Y, curiosamente, la medicina despu�s mostr� que hab�a algo de sabidur�a en ese rechazo, aunque las razones no eran tan m�gicas.

Todo ocurri� de la regi�n del Mediterr�neo que, hasta donde sabemos, es de donde proviene la Vicia faba, y en la que la historia de su domesticaci�n se remonta al milenio XI a.C., cuando la humanidad estaba pasando la Edad de Piedra.

Lo sorprendente es que era precisamente en esa regi�n donde hab�a m�s gente a la que las habas pod�an perjudicar.
Las almas de los muertos

Efectivamente, a pesar de ser un elemento tan presente en varias de las cocinas de todo el mundo, siendo la tercera leguminosa de grano de alimento m�s importante despu�s de la soja y el guisante, chicharro o arveja, su imagen positiva es relativamente reciente.

En Egipto, donde el plato nacional es el medame (literalmente, "habas enterradas"), en la �poca de los faraones se consideraban impuras y se usaban para alimentar a los esclavos.

El historiador de la antigua Grecia Her�doto contaba que los sacerdotes egipcios ni siquiera las miraban, y mucho menos se las com�an.

As�, varias de las civilizaciones de la cuenca del Mediterr�neo tuvieron una relaci�n de amor y odio con las habas.

Pero fue en la Grecia del siglo VI a.C. donde se dio la prohibici�n que m�s ha intrigado y ha sido objeto de m�s especulaci�n: la que provino del matem�tico y fil�sofo Pit�goras.

Pit�goras de Samos (c. 580-c. 500 a.C.), el del teorema, fund� una escuela en la que los estudiantes llevaban una vida estructurada de estudio y ejercicio.

Por qu� los antiguos griegos pensaban que las matem�ticas eran un regalo de los dioses

Durante sus viajes por Egipto y Persia, el fil�sofo hab�a explorado las ideas del m�s all� y hab�a concluido que, siguiendo ciertas reglas en la vida para perfeccionarse, se pod�a lograr la inmortalidad.

Entre esas reglas, estaba el veto a las habas; que se sepa, nunca dio ninguna explicaci�n a nadie que no fuera miembro de su escuela, y esos pitag�ricos prefer�an la muerte a revelar cualquier secreto.

Desde entonces, varios trataron de adivinar las razones de tal aversi�n.

El autor romano Plinio registr� una de las interpretaciones que circulaban: los seguidores de Pit�goras cre�an que las habas estaban conectadas a Hades, el dios griego de los muertos y el inframundo. Las manchas negras de sus flores y los tallos huecos de las plantas serv�an como escaleras para las almas humanas y estaban asociadas con la reencarnaci�n.

El romano Diogenes Laertius escribi� algo similar.

La idea era que los muertos enterrados liberaran sus almas bajo tierra en forma de gas, que era absorbido por las almas a medida que crec�an. Si com�as habas, estar�as digiriendo esas almas en forma de viento.

Al poeta Horacio todo eso le pareci� gracioso y se refer�a burlonamente a las habas como "los familiares de Pit�goras".

Y si a ti lo que te causa gracia es alguna asociaci�n alternativa con ese gas, no est�s lejos de otra teor�a, presentada por el romano Marcus Cicer�n en su libro "Sobre adivinaci�n":

"Plat�n, por lo tanto, nos pide que vayamos a dormir en tal condici�n corporal que nada pueda confundir o perturbar nuestras mentes. Se piensa que tambi�n por esa raz�n los pitag�ricos ten�an prohibido comer habas, un alimento que produce gran flatulencia, lo que es perturbador para quienes buscan calma mental".

Entre las explicaciones, hay hasta una pol�tica.

Las habas eran utilizadas en la antigua Grecia para votar: las blancas representaban "s�", y las negras, "no".

Lo que Pit�goras le habr�a querido decir a sus disc�pulos era que no se metieran en la pol�tica o el gobierno y que se abstuvieran de las intrigas de la pol�tica pues eran antag�nicas a las actividades de un fil�sofo.

Hay muchos otros razonamientos, incluso de lumbreras como Arist�teles, pero con el correr de los siglos surgi� una explicaci�n m�s cient�fica.
En el Mediterr�neo

A finales del siglo XIX y principios del XX, los m�dicos comenzaron notar que, tras comer habas frescas, algunas personas sufr�an una enfermedad repentina que en algunos casos conduc�a r�pidamente a la muerte, como dice J. Meletis en su art�culo "Favismo: Una breve historia del "abstenerse de habas" de Pit�goras al presente".

Los primeros informes modernos de esta enfermedad se remontan a la d�cada de 1840, pero tom� algunas d�cadas establecer que exist�a un v�nculo entre la Vicia faba y la anemia hemol�tica.

Se trataba de una anomal�a hereditaria de la enzima de c�lulas rojas, conocida como deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (G6PD) o favismo o fauvismo.

5 ventajas gen�ticas que la mayor�a de la gente NO tiene

El favismo se encuentra en todo el mundo, pero es m�s frecuente en el Mediterr�neo.

Los gl�bulos rojos de las personas con favismo carecen de G6FD, una enzima necesaria para descomponer el p�ptido glutati�n, que es el principal antioxidante de las c�lulas y ayuda a protegerlas.

Dado que esta sustancia est� presente en las habas, la exposici�n a las habas o incluso su polen puede desencadenar fiebres, ictericia, anemia hemol�tica y la muerte.
Malditas para unos, benditas para otros

Es posible que nunca sepamos la verdadera raz�n detr�s de la aversi�n al haba de Pit�goras.

Sin embargo, aunque no supiera todo lo que sabemos hoy, no se debe subestimar el poder de la observaci�n.

Despu�s de todo, reglas que podr�an haber parecido incongruentes, acabaron teniendo su justificaci�n, como la prohibici�n de comer cerdo entre los antiguos semitas, quienes probablemente notaron que la carne del cerdo causaba una enfermedad grave (la triquinosis).

Pero hay otro giro interesante en esta historia, que brota de la pregunta: por qu� los habitantes de regiones afectadas por el favismo continuaron cultivando y comiendo algo potencialmente perjudicial.

Quiz�s por su relaci�n con otra enfermedad.

Algunas �reas del Mediterr�neo donde se cultivaron habas tambi�n tuvieron una alta incidencia de malaria.

Los cient�ficos notaron una correlaci�n entre el consumo de esa legumbre y la prevalencia de la enfermedad.

Descubrieron que las habas conten�an compuestos qu�micos similares a los medicamentos a base de quinina que se usan para tratar la malaria.

As� que comiendo habas, creaban un ambiente hostil dentro del cuerpo para la malaria.