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- 2024-10-07
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Infobae.- Leonardo da Vinci, el renombrado ícono del Renacimiento, es conocido por sus múltiples talentos en el arte, la ciencia y la ingeniería. Sin embargo, un aspecto menos explorado de su vida es su enfoque en la alimentación, que refleja su constante búsqueda de equilibrio y bienestar. A pesar de no estar tan documentada como sus obras maestras, la dieta de Da Vinci ofrece una visión única de su filosofía de vida y su relación con la naturaleza. Las investigaciones sobre la dieta de Leonardo da Vinci se basan principalmente en el análisis de sus escritos personales, sus cuadernos y diversas fuentes históricas que han documentado su vida.
Da Vinci adoptaba una dieta basada principalmente en alimentos frescos y naturales. Aunque no era estrictamente vegetariano, evitaba en gran medida la carne, prefiriendo una alimentación rica en frutas, verduras y legumbres. Su interés por los alimentos no solo se limitaba a su valor nutritivo, sino que también se preocupaba por cómo estos influían en el bienestar general del cuerpo y la mente.
Escribía en sus cuadernos sobre las propiedades de diferentes alimentos y su impacto en la salud, lo que demuestra una comprensión avanzada para su tiempo. En “Leonardo da Vinci: La biografía”, de Walter Isaacson, se detallan los hábitos alimenticios de Da Vinci, dene special su inclinación hacia el vegetarianismo y su interés por una dieta saludable y equilibrada.
La elección de evitar el consumo de carne no era un capricho dietético, sino que estaba profundamente arraigada en su filosofía de vida y en su amor por la naturaleza. Para Da Vinci, los animales no eran solo fuentes de alimento; creía firmemente que, a diferencia de las plantas, los animales podían sentir dolor. Este principio ético lo impulsó a adoptar, durante gran parte de su vida, una dieta que excluía la carne.
Este amor por la naturaleza y el respeto por todas las formas de vida se reflejaba en su rechazo a matar animales, un rasgo tan marcado que sus contemporáneos solían bromear diciendo que era “incapaz de matar a una pulga”. Da Vinci también evitaba usar ropa hecha de materiales que implicaran la muerte de seres vivos, prefiriendo vestir lino en lugar de lana o cuero.
Su enfoque hacia la dieta, entonces, era más que una simple cuestión de salud; era una extensión de su ética personal y de su visión holística del mundo, donde la conexión entre el cuerpo, la mente y el entorno natural era fundamental.
Más allá de su fama como artista y científico, Da Vinci fue también un innovador en el mundo de la gastronomía. Su pasión por la cocina lo llevó a crear utensilios y conceptos que, aunque adelantados a su tiempo, hoy forman parte esencial de la vida cotidiana. Entre sus inventos más notables se encuentra la servilleta, que diseñó para reemplazar la práctica común en su época de limpiarse las manos en el lomo de animales atados a las mesas. También ideó el tenedor de tres puntas, una mejora significativa que facilitó el manejo de los alimentos en las mesas de la nobleza.
También desarrolló numerosos utensilios de cocina, como un prensador de ajos que se sigue utilizando en las cocinas italianas, conocido como “el Leonardo”. Además, diseñó un asador automático, pensado para liberar a los cocineros de la necesidad de estar vigilando el fuego constantemente. Incluso, para resolver un problema tan cotidiano como el sellado de botellas, creó un sacacorchos para zurdos, una herramienta que refleja su ingenio y su atención al detalle.
Como chef, trabajó en diversas cortes europeas, donde no solo preparaba alimentos, sino que también organizaba y supervisaba los banquetes, aplicando su creatividad para diseñar menús y platos que rompían con las tradiciones culinarias de la época. A diferencia de los banquetes opulentos y desmesurados de la nobleza, prefería raciones pequeñas y presentaciones elegantes, una aproximación que prefiguraba la moderna cocina de autor.
Para él, la cocina era un arte en sí mismo, una extensión de su visión del mundo, donde cada detalle, desde la presentación hasta el sabor, debía ser cuidadosamente considerado.
Los gustos culinarios de Leonardo da Vinci eran sorprendentemente sencillos. Una exposición en Lieja, Bélgica, reveló que uno de sus platos más apreciados era una combinación de espinacas hervidas con un huevo colocado sobre ellas, rodeado de pequeñas porciones de mozzarella, un ejemplo claro de su inclinación por la simplicidad y el equilibrio en la alimentación.
Otra de sus recetas preferidas era una cebolla hervida servida sobre una rodaja de buena mozzarella y coronada con una aceituna negra dividida en cuartos. Da Vinci también disfrutaba de una sopa de castañas, una preparación que comenzaba con el machacado y cocción de las castañas en agua, seguidas de un segundo hervor con aceite, miel, sal y pimienta, lo que resultaba en un plato nutritivo y reconfortante.
Su creatividad también se extendía a combinaciones más atrevidas, como la de tres rodajas de zanahoria cruda tallada acompañadas de una salsa de anchoas. Aunque estos platos eran simples en su concepción, reflejaban su profundo conocimiento de los sabores y su habilidad para crear platos que eran tanto saludables como agradables al paladar.
Sus anotaciones sobre cómo preparar y cocinar los alimentos también incluían consejos para mejorar la digestión, como el doble hervor de las lentejas para evitar los gases, o la sugerencia de beber el agua en la que se habían dejado reposar los garbanzos para purificar los riñones. Da Vinci recomendaba además pelar los pepinos y eliminar sus semillas antes de consumirlos, y preparar las calabazas tiernas cortándolas en rodajas largas y secándolas al sol.
Estos platos y recomendaciones no solo muestran a un Da Vinci amante de la buena cocina, sino también a un pensador avanzado que entendía la importancia de una alimentación sencilla pero nutritiva, un principio que sigue resonando en las tendencias alimentarias modernas.
Aunque vivió en el siglo XV, muchas de sus elecciones alimentarias se alinean sorprendentemente con las recomendaciones actuales para mantener una buena salud. Podemos encontrar esta información en el Codex Atlanticus, uno de los compilados más extensos de los escritos y dibujos de Da Vinci, que abarca temas diversos, incluidos sus pensamientos sobre la alimentación y la nutrición. En estos documentos, reflexiona sobre el impacto de ciertos alimentos en la salud y el bienestar.
Da Vinci , que prefería una dieta rica en frutas, verduras y legumbres, con un consumo reducido de carne, adelantó lo que hoy se conoce como una dieta principalmente vegetariana, que ha demostrado tener numerosos beneficios para la salud. Y su preferencia por la simplicidad en la cocina también son principios que los expertos en nutrición actuales recomiendan para reducir el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes y las enfermedades cardíacas.
Además, su insistencia en la hidratación adecuada y el consumo moderado de alcohol se refleja en las directrices actuales sobre el bienestar y la salud mental, que subrayan la importancia de beber suficiente agua y limitar la ingesta de bebidas alcohólicas para mantener la función cognitiva y el equilibrio general del organismo.
El enfoque en una alimentación que conectara el cuerpo con la mente, promoviendo el equilibrio y el bienestar integral, es un concepto que sigue siendo relevante en la nutrición y la medicina de hoy. Su visión holística de la vida y la dieta, donde cada elección alimentaria tenía un impacto en su salud y en su entorno, anticipó muchos de los principios que rigen las dietas saludables en la actualidad.