Miércoles 09 de octubre 2024

El tabaquismo es uno de los factores de riesgo que más impulsa el aumento de los casos de cáncer en el siglo XXI



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Infobae.- Fumar cigarrillos sigue siendo una de las principales amenazas para la salud pública a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La entidad sanitaria global señala que “el tabaquismo es una de las mayores amenazas que ha tenido que afrontar el mundo, ya que causa más de 8 millones de muertes anuales” a nivel global. De ese número, “más de 7 millones se deben al consumo directo de tabaco, y alrededor de 1,3 millones son consecuencia de la exposición de no fumadores al humo ajeno”, afirma la entidad sanitaria.

Y en relación con los riesgos asociados, aclara que el consumo de tabaco “es perjudicial en todas sus modalidades y no existe un nivel seguro de exposición al tabaco. Fumar cigarrillos es la forma más extendida de consumir tabaco en todo el mundo”.

La OMS revela cifras alarmantes sobre el consumo de tabaco en el mundo, ya que “en 2020, el 22,3 por ciento de la población mundial consumía tabaco: concretamente el 36,7 por ciento de los hombres y el 7,8 por ciento de las mujeres”. Mientras que advierte: “El humo ajeno causa enfermedades cardiovasculares y respiratorias graves, incluidas cardiopatías isquémicas y cáncer de pulmón”.

El cigarrillo ha sido identificado como un factor clave en la aparición de múltiples problemas de salud, especialmente los oncológicos. Aunque el cáncer de pulmón es uno de los más mencionados en relación con el tabaquismo, especialistas de la organización Our World in Data, dependiente de la Universidad de Oxford, advierten que esta patología oncológica “no es el único riesgo”.

En su informe, subrayan que fumar “también aumenta el riesgo de sufrir otros tipos de cáncer, ya que las sustancias químicas presentes en el humo del cigarrillo pueden afectar a múltiples partes del sistema respiratorio y viajar a través del torrente sanguíneo hacia otros órganos”.

En tanto, los especialistas de esta organización apuntan que cuando fumamos, “aumenta el riesgo de muerte por cáncer en varios órganos como la vejiga, los riñones, el páncreas, el estómago, el cuello uterino, los pulmones, la boca y la garganta”.

Los datos proporcionados por esta entidad también recalcan que “fumar aumenta los riesgos de muerte por enfermedades cardiovasculares, tuberculosis y enfermedad pulmonar obstructiva crónica”. Así, resulta evidente que el tabaquismo tiene un impacto amplio y grave en la salud humana, al contribuir al desarrollo de diversas patologías graves. Además, en Our World in Data señalan que “el aumento y caída del consumo de tabaco a lo largo del tiempo ha sido un factor clave en la incidencia del cáncer durante el siglo XX”.

En términos históricos, los expertos destacan que “el cáncer de pulmón aumentó considerablemente durante el siglo XX y se convirtió en la principal causa de muerte por cáncer, impulsando la tasa general de mortalidad por cáncer”. Este incremento del cáncer de pulmón como una de las principales causas de mortalidad destaca la estrecha relación entre el tabaquismo y esta enfermedad letal.

La magnitud del problema del cáncer a nivel global también se refleja en los datos de Our World in Data, que estiman que alrededor “de 10 millones de personas murieron de cáncer en 2021″. A medida que la población mundial crece y envejece, se espera que esta cifra continúe aumentando. “Aunque el mundo ha logrado avances contra varios tipos de cáncer, este sigue siendo uno de los mayores problemas de salud y es la causa más común de muerte en muchos países”, postulan los especialistas.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) también se suma a las advertencias sobre los efectos del tabaco. Según esta organización, “la mitad de los fumadores morirán por una enfermedad causada por el tabaco, perdiendo un promedio de 10 a 15 años de vida”. Esto pone en evidencia el enorme impacto que tiene el tabaquismo en la esperanza de vida de quienes fuman.

La OPS añade que “la mortalidad atribuible al consumo de tabaco en la Región representa el 15% de las defunciones por enfermedades cardiovasculares, el 24% por cáncer y 45% por enfermedades crónicas respiratorias. La esperanza de vida de los fumadores es al menos 10 años menos que la de los no fumadores.”. Estas cifras confirman que el impacto del tabaco se extiende a diversas patologías, afectando gravemente la salud cardiovascular y respiratoria.
 


Los datos

Es gráfico, elaborado por Our World in Data, muestra, entre otras cosas, según la organización, “una vista histórica de las tasas de mortalidad por cáncer notificadas desde 1950 en los Estados Unidos. Se pueden ver varios cambios importantes: el cáncer colorrectal y el cáncer de estómago eran anteriormente las dos causas de muerte por cáncer más comunes, pero ambas han disminuido considerablemente con el tiempo. Aunque tanto el cáncer colorrectal como el de estómago también se ven afectados por el tabaquismo, otros factores redujeron sus tasas durante este tiempo, como la detección del cáncer colorrectal, la mejora de la higiene y el uso de antibióticos contra la bacteria H. pylori , que puede causar cáncer de estómago”.

En Our World in Data informan, en ese sentido: “El cáncer es uno de los mayores problemas de salud a nivel mundial. En 2021, alrededor del 15 % de todas las muertes fueron por cáncer, lo que lo convierte en una de las causas de muerte más comunes a nivel mundial. Los cánceres son un grupo de enfermedades en las que las células anormales se multiplican rápidamente y pueden convertirse en tumores. Pueden desarrollarse en diferentes partes del cuerpo y, en algunos casos, propagarse a otros órganos a través de los sistemas sanguíneo y linfático”.

Como se ve, el tabaquismo sigue siendo una de las principales causas de muerte prevenible a nivel mundial. Tanto la OMS como la OPS y Our World in Data coinciden en que las consecuencias del consumo de tabaco son devastadoras, no solo en términos de cáncer de pulmón, sino también en una amplia gama de enfermedades. Las cifras son alarmantes y demuestran que los esfuerzos por reducir el consumo de tabaco siguen siendo una prioridad en la agenda de salud pública.


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