El cerebro pesimista mira lo negativo y lo positivo es imán para el optimista
09/07/2012 - 10:42:33
CNN.- �Por qu� algunas personas prosperan, aparentemente resistentes a cualquier cosa que la vida les arroje de frente, mientras que otras son vulnerables e incluso propensas a problemas serios como ansiedad y depresi�n?
Para desentra�ar este misterio exploramos las mentes de los vulnerables y los resistentes con las herramientas tradicionales de la psicolog�a cognitiva: Mostramos im�genes positivas y negativas en una pantalla de computadora tan r�pido que se sumergen bajo el radar de conciencia y con eso logramos un asomo moment�neo a la mente inconsciente.
T�cnicas como esta nos muestran que la mente del pesimista est� atra�da imperceptiblemente hacia lo negativo mientras que lo positivo es un im�n para el optimista.
Estas diferencias se deben a patrones espec�ficos de actividad dentro del cerebro. Se trata de conjuntos de fibras nerviosas que conectan las dos caras de nuestra mente emocional; nuestro cerebro �pensante� con regiones antiguas que controlan nuestro primitivo cerebro �que siente�.
La parte del cerebro �lluvioso� destaca lo negativo, mientras que nuestro cerebro �soleado� nos lleva hacia lo positivo. Por supuesto, ambos elementos son esenciales para una vida saludable y exitosa, y son los pesos y contrapesos en estos dos sistemas lo que al final te hacen a ti t� y a m� yo. En resumen, es nuestra mente emocional la que le da significado a nuestras vidas, poni�ndonos de acuerdo en lo que realmente importa.
En la ra�z de lo que cautiva nuestra mente emocional est�n dos conceptos polares opuestos: miedo y placer.
Estos motivadores biol�gicos ponen en marcha nuestros circuitos del cerebro lluvioso y soleado, que, a su vez, sustentan nuestras mentalidades pesimistas y optimistas. Estos sistemas del cerebro infunden nuestra mente con significado; nos hacen conscientes de lo que puede da�arnos; nos alertan sobre lo que podr�a salir mal; nos dirigen a lo que es bueno para nosotros y resaltan las alegr�as y placeres de vivir.
Toma lo siguiente: est�s apurado por llegar a una reuni�n y pierdes el tren. Te apuras para llegar a oficina, finalmente llegando unos minutos tarde. Cuando entras a la sala, todos te ven, y tu jefa sonr�e y dice: �qu� bueno que lograste llegar�.
Pregunta: �Est� siendo sarc�stica? �O est� feliz de verte? Dependiendo de c�mo interpretes esta situaci�n, se puede establecer el tono del resto de tu d�a.
La buena noticia es que el cerebro humano tiene una capacidad asombrosa de cambiar. Durante a�os, los neurocient�ficos creyeron que desde una edad muy joven, nuestros cerebros se volv�an inflexibles y neurol�gicamente fijados a su camino. Sin embargo, el campo floreciente de la neuroplasticidad ha anulado por completo esta idea y nos ha mostrado que nuestros cerebros son mucho m�s flexibles de lo que alguna vez imaginamos.
Y no son s�lo cambios superficiales en el nivel de �pensamiento�. Por el contrario, son cambios reales y concretos en la estructura f�sica.
Nuestra relaci�n con nuestras neuronas es org�nica: por supuesto, respondemos a nuestras neuronas, pero nuestras neuronas responden a nosotros, a las cosas que hacemos e incluso a las cosas que pensamos, y eso resulta en cambios observables en nuestro cerebro.
Esta maleabilidad asegura que nuestras experiencias �nicas y personales nos proporcionan un cerebro personalizado con su propio conjunto altamente individualizado de circuitos, interruptores y conexiones.
La conclusi�n es que si cambiamos nuestra cognici�n (nuestra forma de reconocer, interpretar y aprender el mundo), tambi�n podemos moldear nuestros cerebros.
Ejemplo: Londres es un complicado laberinto de cruces y caminos que se han desarrollado a trav�s de los a�os a lo largo de m�s de 25,000 calles. No hay una simetr�a f�cil como en Nueva York, con sus patrones horizontales y verticales que facilitan la navegaci�n por calles y avenidas.
Sin embargo, s�bete a uno de los ic�nicos taxis negros de Londres y el chofer te llevar� a donde quieras, utilizando la ruta m�s corta posible.
�Por qu�? Porque cada uno de ellos ha aprobado una prueba de la habilidad para memorizar y navegar espacialmente cada una de las 25,000 calles, conocida como Knowledge (que significa conocimiento, en espa�ol).
Ahora, aprender el Knowledge es una cosa. Pero los estudios cient�ficos han llevado las cosas un paso m�s adelante y mostrado que a medida que los taxistas perfeccionan sus habilidades, su hipocampo (la parte del cerebro que se encarga de la memoria espacial y la navegaci�n) gradualmente se hace m�s grande. �As� es! Mientras m�s aprenden, m�s grande se vuelve esta parte de su cerebro.
En otras palabras, las experiencias personales y habilidades modifican la manera en que nuestros cerebros est�n organizados.
Lo que es cierto de nuestro conocimiento tambi�n es cierto de nuestra mentalidad. En otras palabras: si entrenamos a nuestros cerebros para ser optimistas o pesimistas; para navegar, intencionalmente o no, las calles y avenidas de sentimientos positivos y negativos, cambiamos (as� como los choferes de taxi lo hacen con sus circuitos espaciales) los circuitos emocionales en nuestros cerebros que determinan c�mo respondemos a las cosas que pasan a nuestro alrededor.
En mi libro Rainy Brain, Sunny Brain (Cerebro lluvioso, cerebro soleado) explico c�mo los genes y el ambiente trabajan juntos para influenciar c�mo se desarrollan los circuitos emocionales. En lugar de estar cableados de manera fija, nuestras relaciones sociales y la forma en que vivimos juegan un papel importante en formar y reformar nuestros cerebros. De hecho, hay t�cnicas basadas en evidencia cient�fica s�lida que nos permiten comenzar el viaje de una postura sobre la vida pesimista hacia una m�s optimista.
Aunque necesitamos ambos aspectos de nuestra mente emocional (lluviosa y soleada) para vivir al m�ximo, hay una evidencia abundante de que una postura optimista sobre el mundo, especialmente vinculada con el realismo, est� asociada con una mejor salud, m�s �xito y un sentimiento m�s profundo de bienestar.
