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- 2024-12-18
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Infobae.- Entusiasmado por la caída del Clan Assad en Siria, Edmundo González Urrutia define un plan de acción político que tendría dos fases sucesivas: la crisis interna de la dictadura de Nicolás Maduro y su asunción presidencial junto a María Corina Machado, prevista para el 10 de enero de 2025.
En este contexto, el plan político de González Urrutia tiene una certeza y un interrogante.
La certeza, acorde a la información que llega desde Madrid, es la siguiente: el presidente electo de Venezuela dejará su exilio en España y regresará a Caracas para forzar su jura en el Palacio Miraflores. Ya lo decidió y se reserva la fecha de aterrizaje en Venezuela para no alertar al aparato ilegal de Maduro.
El interrogante, en cambio, implica a la estabilidad del régimen caribeño: Maduro no ha dado señales de debilidad política y se apresta a consumar el fraude electoral cometido en los comicios del 28 de julio.
El dictador ya sabe que su ceremonia de asunción será rechazada por todas las democracias del mundo, y que a su lado sólo estarán Miguel Díaz-Canel, Daniel Ortega y los enviados especiales de Xi Jinping y Vladimir Putin.
Sin embargo, y a diferencia de las expectativas políticas del régimen, González Urrutia y María Corina Machado creen que Maduro no asumirá. El presidente electo y la líder de la oposición sostienen que la dictadura caerá antes del 10 de enero.
La voluntad política de González Urrutia y María Corina Machado ha descartado un plan que ya fracasó con Donald Trump y Juan Guaidó. La dictadura no entiende de sutilezas políticas, y al final del proceso guionado desde la anterior administración republicana, Maduro se quedó en el poder y Guaidó languideció sin cumplir con su mandato popular.
Desde esta perspectiva histórica, González Urrutia y María Corina Machado no tienen intenciones de convivir con el régimen caribeño simulando que detentan el poder institucional, mientras Maduro controla el Estado, la economía y el aparato represivo.
Con extrema cautela, adentro y afuera de Venezuela, ambos representantes de la oposición empujan una rebelión ciudadana para quebrar a la dictadura y forzar su abrupta caída.
González Urrutia opera desde Madrid, en tanto que Corina María Machado -saltando de casa en casa- aprovecha su experiencia política para movilizar a la sociedad venezolana.
A nivel internacional, González Urrutia y María Corina Machado tienen un respaldo sólido y activo. Cuentan con Estados Unidos, la Unión Europea, y ciertos países de América Latina como Argentina, Chile, Costa Rica, Ecuador, Paraguay y Uruguay.
Sin embargo, esta profunda adhesión diplomática se enfrenta a la fuerte lealtad que Maduro tiene en las Fuerzas Armadas y los servicios de inteligencia.
“Tenemos un plan que no podemos revelar, pero nuestra intención es llegar a Venezuela a partir del 10 de enero para asumir el mandato y hacer respetar la voluntad soberana del pueblo de Venezuela”, afirmó González Urrutia en Estrasburgo.
Y remató: “Con temor no se va a la guerra. Yo no voy a una guerra, pero sí voy a la recuperación de la democracia venezolana, y voy con mucho esfuerzo y voluntad para recomponer la legalidad democrática en Venezuela”.