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Hasta dónde puede llegar la manipulación electoral de los votantes




24/02/2018 - 16:08:48
Infoabe.- "Los acusados y sus conspiradores, a trav�s del fraude y la mentira, crearon cientos de cuentas en las redes sociales, y las usaron para convertir a personajes ficticios en l�deres de opini�n p�blica en Estados Unidos".

La inquietante sentencia es una de las conclusiones a las que arrib� el fiscal especial Robert Mueller, que investiga desde hace ocho meses la interferencia del Kremlin en las elecciones presidenciales de 2016. Por el esc�ndalo imput� a 13 ciudadanos y a tres organizaciones de origen ruso.

El ex director del FBI encontr� evidencias de que Yevgeniy Viktorovich Prigozhin, un magnate conocido como "el chef de Vladimir Putin" por ser contratista del Estado ruso en el rubro gastron�mico, financi� la creaci�n de la Agencia de Investigaciones de Internet (AII). Esta organizaci�n cont� con un presupuesto millonario y una planta de al menos 80 agentes abocados a tiempo completo a una sola misi�n: manipular a la opini�n p�blica estadounidense para afectar el resultado de las elecciones y crear un ambiente de inestabilidad pol�tica.

La AII administr� miles de cuentas falsas en las redes sociales, que se hac�an pasar por ciudadanos estadounidenses pol�ticamente comprometidos con diferentes causas, para crear y difundir mensajes e incluso convocar a manifestaciones. El principal objetivo fue deslegitimar la candidatura de Hillary Clinton, difundiendo noticias inventadas que la presentaban como una corrupta. Entre otras cosas, crearon grupos que se hac�an pasar por representantes de los afroamericanos y de los musulmanes �minor�as que hist�ricamente acompa�an al Partido Dem�crata�y los incentivaron a no votar.

La otra pata de la estrategia fue promover las campa�as de Bernie Sanders, que enfrent� a Clinton en la interna dem�crata, y de Donald Trump, quien terminar�a imponi�ndose en los comicios del 8 de noviembre de 2016. "Donald quiere derrotar al terrorismo, Hillary quiere alentarlo", fue una de las tantas consignas promocionadas por la AII. Su actividad fue especialmente intensa en los "estados oscilantes", en los que hab�a mucha paridad en la previa y que a �ltimo momento se inclinaron por el candidato republicano.

El caso de la injerencia rusa en los comicios de Estados Unidos muestra hasta qu� punto internet se convirti� en un medio id�neo para lanzar campa�as de manipulaci�n que pueden pasar desapercibidas. Hay indicios de que grupos similares actuaron en el refer�ndum del Brexit en Reino Unido y en las presidenciales francesas del a�o pasado, y que pretenden interferir en las elecciones del pr�ximo 4 de marzo en Italia.

El gran interrogante es si tienen �xito. Los amantes de las teor�as conspirativas est�n convencidos de que es posible lavarle el cerebro a las personas �menos a ellos mismos�, pero no hay evidencia de que eso sea posible, sobre todo a escala masiva. Al mismo tiempo, est� probado que la posibilidad de los canales de comunicaci�n tradicionales de influir en las opiniones es cada vez menor.

"El impacto de la f�brica rusa de trolls es muy debatible. Quiz�s sea relativamente m�nimo. Pero eso no significa que la opini�n p�blica no sea manipulable. Desde que fue descubierta a principios de los a�os 20 por el escritor estadounidense Walter Lippmann, hubo cuantiosas inversiones de todo tipo de profesionales para medir, predecir y manipular a la opini�n p�blica. Algunas han sido m�s exitosas que otras", sostuvo Mitchell Dean, profesor de sociolog�a y gobierno en la Escuela de negocios de Copenhague, consultado por Infobae.

Lo distintivo de este tiempo hist�rico es que ya no hay un pu�ado de instituciones reconocidas que bajan mensajes desde una posici�n de autoridad. Son miles de personajes virtuales �reales o ficticios�, que se presentan como personas comunes dando sus puntos de vista. �Qui�n no se deja influir por el pensamiento de los pares, de aquellos a quienes ve como iguales?

Posibilidades y limitaciones de la manipulaci�n

"De acuerdo a nuestras investigaciones, la mayor parte de la gente s�lo lee el encabezado y el primer p�rrafo de los art�culos que ve en Facebook o en Twitter. Un t�tulo o un tuit sensacionalista pueden ser suficientes para influenciar a algunas personas, incluso para cambiar su pensamiento. Esas historias imprecisas, enga�osas o falsas se replican de usuario en usuario, propagando los mitos e influyendo en las opiniones de otros. En Facebook son nuestros "amigos" los que comparten esas cosas, un c�rculo de confianza que nos da a�n m�s razones para creer", explic� a Infobae Neill Fitzpatrick, profesor de comunicaci�n en la Universidad MacEwan, en Edmonton, Canad�.

La repercusi�n de las fake news ser�a m�nima si todos los lectores pudieran contrastar distintas fuentes antes de dar por cierta una noticia. Pero, l�gicamente, s�lo una minor�a tiene el tiempo y el inter�s para hacer ese trabajo. Si a este problema se suma el efecto de los algoritmos que definen las publicaciones a las que acceden los usuarios en ciertas redes sociales a partir de sus gustos, se termina configurando una burbuja informativa.

Este fen�meno favorece la consolidaci�n de posturas sesgadas y radicalizadas, ya que las personas est�n cada vez m�s sobreexpuestas a las opiniones de su tribu, y cada vez menos a miradas diferentes. No obstante, hay grupos sociales que tienen mucha m�s predisposici�n que otros a cerrarse y fanatizarse.

"Por lo que hemos observado, el principal objetivo de la interferencia rusa era esparcir informaci�n enga�osa o falsa, para crear una disrupci�n en grupos de votantes que ya estaban polarizados, no necesariamente en todo el electorado. Se trata de una porci�n concentrada de la opini�n p�blica. Por ejemplo, encontramos que las noticias basura eran desproporcionadamente compartidas por redes de Twitter de extrema derecha. No dir�a que la opini�n p�blica en general es vulnerable a este tipo de manipulaci�n, pero hay grupos que parecen m�s inclinados", dijo a Infobae el polit�logo Samuel Maynard, doctorando en la Universidad de Oxford.

Hacer que alguien cambie radicalmente de opini�n es muy dif�cil, por eso cualquier esfuerzo de manipulaci�n est� destinado al fracaso si se propone esa meta. Pero s� se puede reforzar ciertas ideas preconcebidas, y atenuar otras. Las consecuencias pol�ticas de estos movimientos pueden no ser depreciables.

Por caso, es posible que un individuo que dudaba entre ir o no a votar termine optando por abstenerse. De la misma manera, es poco probable que un simpatizante dem�crata se pase al Partido Republicano, pero no es tan descabellado que un republicano moderado se incline por un precandidato m�s extremo de su mismo partido.

Adam Badawy, investigador del Instituto de Ciencias de la Informaci�n de la Universidad del Sur de California, sostuvo que para analizar una campa�a de manipulaci�n como la que ensayaron los rusos es necesario considerar tres niveles de lectura: el alcance del proyecto, a cu�nta gente lleg�; su capacidad para reforzar ciertas creencias y legitimarlas; y su impacto en el comportamiento de los votantes.

"Hay evidencias fuertes de la magnitud de la campa�a de desinformaci�n, pero todav�a no tenemos respuestas para los otros dos puntos", dijo Badawy a Infobae. "Es plausible que haya consolidado opiniones preexistentes, particularmente entre los conservadores. Pero no hay pruebas de que la interferencia rusa volc� el voto hacia Trump o convenci� a los ciudadanos de ir a votar. Al contrario, muchos estudios previos han demostrado que las ideas pol�ticas son dif�ciles de cambiar, y cuando cambian, lo hacen lentamente".

Entonces, �se puede o no manipular a la opini�n p�blica para que vote de determinada manera? "Creo que la respuesta general es que no", afirm� Dean. "Sin embargo �aclar�, la posibilidad de focalizar en ciertos grupos se ha incrementado, y es posible hacerlo en lugares en los que podr�a afectar una elecci�n, como los estados oscilantes. Las estrategias m�s sofisticadas identifican racimos de individuos persuadibles en esas �reas, y prueban qu� tipo de informaci�n los interpela. Pueden no buscar cambiar enteramente su visi�n, pero s� potenciar el enojo, el miedo o incluso la apat�a que ya sent�an".

C�mo combatir la desinformaci�n

Las repercusiones de lo ocurrido en las elecciones estadounidenses encendieron las alarmas en todo el mundo. En Italia, por ejemplo, distintas organizaciones civiles alertaron sobre los riesgos de que haya una interferencia externa para favorecer al Movimiento 5 Estrellas, una fuerza populista y antisistema. Su triunfo podr�a desestabilizar a la ya debilitada Uni�n Europea.

"Tenemos que empezar a educar a los j�venes en la escuela, para que aprendan a identificar qu� es preciso y qu� no entre la informaci�n que reciben �dijo Fitzpatrick�. Tienen que saber c�mo chequear distintas fuentes o, al menos, encontrar versiones alternativas de una misma historia. As� como les ense�amos los peligros de los depredadores en internet, tenemos que ense�arles sobre los riesgos del enga�o y la manipulaci�n online".

Esto es precisamente lo que est� haciendo Italia. A fines del a�o pasado, lanz� un proyecto que busca explicarles a estudiantes de 8.000 escuelas c�mo distinguir noticias falsas de verdaderas. Probablemente, el impacto ser� limitado en un primero momento, pero es un comienzo.

Otra parte del trabajo la tienen que hacer las propias redes sociales. "Tienen que suprimir a los usuarios maliciosos que esparcen las fake news. Segundo, hay que aumentar la exposici�n a noticias producidas por los principales medios period�sticos, que no deber�an ser penalizados por ser pagos, como ocurre ahora. Tercero, mostrar un puntaje de autenticidad al lado del art�culo podr�a ser una buena idea", dijo Badawy.

No obstante, ser�a ingenuo creer que se puede eliminar todo el contenido basura que hay en la web. Por otro lado, si bastara con una simple denuncia para censurar un contenido empezar�a a estar amenazada la libertad de expresi�n.

"Los peligros de la propaganda y de la manipulaci�n de las masas est�n all� desde hace 100 a�os. Lo mejor que podemos hacer es tomar conciencia de lo que est� pasando y educarnos a nosotros mismos y a los j�venes al respecto. De lo contrario, la alternativa es regular internet y volvernos indistinguibles de China", concluy� Dean.

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