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Evo Morales en el ranking de los líderes más populistas de los últimos 20 años




17/03/2019 - 11:07:04
Infobae.- El populismo est� de moda. La aparici�n en distintas partes del mundo de l�deres con discursos radicalizados, que se asumen como representantes de esa entidad amorfa llamada pueblo, y que proclaman combatir a elites contrarias a los intereses nacionales, llev� a muchos analistas a reutilizar este concepto.

Pero es uno de los t�rminos m�s controvertidos de la pol�tica moderna. No es como el socialismo o el liberalismo, que son ideolog�as que definen un conjunto m�s o menos claro de valores, y que son reivindicadas por quienes se identifican con ellas. Nadie se reconoce populista, y muy pocos terminan de entender qu� es, aunque ya forme parte del l�xico cotidiano.

M�s que una ideolog�a, es una forma de estructurar el relato pol�tico y de ejercer el poder. Como toda forma, puede llenarse de distintos contenidos, incluso antag�nicos, como las ideas de izquierda o de derecha, sin perder su esencia.

"Definir�a al populismo como una manera de ver y de hacer pol�tica, que describe a la sociedad como una entidad dividida en dos grupos: "el pueblo", cuya voluntad debe ser respetada categ�ricamente, y una elite que ignora esa voluntad popular y oprime a la gente, por lo que hay que opon�rsele. Los populistas aseguran conocer y representar el deseo del pueblo, de la vasta mayor�a de la poblaci�n", explic� Benjamin Kr�mer, profesor del Departamento de Ciencias de la Comunicaci�n de la Universidad de M�nich, consultado por Infobae.

En un intento de aportar algo de luz al estudio del fen�meno, el peri�dico brit�nico The Guardian encomend� a un equipo de polit�logos liderados por Kirk Hawkins, profesor de la Universidad Brigham Young, la confecci�n de un �ndice de populismo a nivel ret�rico. Los acad�micos examinaron varios discursos de 140 l�deres pol�ticos que gobernaron en 40 pa�ses en los �ltimos 20 a�os, y los clasificaron con una escala que va de 0 (no populista) a 2 (muy populista).

MORALES OCUOPA EL TERCER LUGAR

Una de las conclusiones de la investigaci�n es que Hugo Ch�vez, presidente de Venezuela entre 1999 y 2013, fue el mandatario con el discurso m�s populista en esta etapa, con un puntaje de 1,9. En segundo lugar se encuentra su sucesor, Nicol�s Maduro, con 1,6. Compartiendo el tercer puesto con 1,5 est�n Evo Morales (Bolivia) y Recep Erdogan (Turqu�a).

No causa asombro que Angela Merkel, canciller alemana desde 2005, tenga un �ndice de cero. Pero s� puede llamar la atenci�n que otros l�deres considerados representantes inconfundibles de una nueva ola populista, como Donald Trump o Jair Bolsonaro, sean calificados como "algo populistas", con 0,5 y 0,8 respectivamente.

Quiz�s lo m�s interesante de este estudio es que aporta una evidencia s�lida de algo que muchos perciben, aunque sin poder precisarlo: el aumento del populismo en los �ltimos a�os. A comienzos de los 2000, el puntaje promedio en los 40 pa�ses analizados era 0,2. Ahora es 0,4; el doble.

La cantidad de estados presididos por l�deres considerados populistas trep� en ese lapso de siete a 14. Al mismo tiempo, el n�mero de personas gobernadas por este tipo de dirigentes pas� de 120 millones a m�s de 2.000 millones.

"El mundo p�blico se volvi� m�s chabacano, as� que no sorprende que la ret�rica p�blica vaya en esa direcci�n. No s�lo las redes sociales, sino todos los medios de comunicaci�n, y por extensi�n los potenciales l�deres, compiten por la atenci�n y el consentimiento de "la gente", lo que lleva a un discurso menos matizado, reflexivo y preciso. Las voces son m�s ruidosas, extremas, hasta vulgares, porque as� es como atraen la atenci�n popular", dijo a Infobae Howard Erlich, profesor em�rito de la Escuela de Ciencias y Humanidades del Ithaca College de Nueva York.

Claves del discurso populista

"Los populistas definen al pueblo, a la elite y a la voluntad popular de diferentes maneras, dependiendo de las tradiciones culturales y ling��sticas, de sus posicionamientos ideol�gicos y de pol�ticas concretas �dijo Kr�mer�. Por ejemplo, el pueblo puede ser descrito como el 99%, los indignados, los nativos, los "verdaderos" alemanes, estadounidenses o musulmanes, los trabajadores, la gente com�n, la clase obrera, el campo o los ind�genas. Esos grupos son caracterizados como decentes, honestos, productivos, razonables y puros. La elite puede ser la oligarqu�a, los "eur�cratas", el imperialismo estadounidense, los millonarios o el establishment, y es retratada como deshonesta, parasitaria, ego�sta, corrupta, maliciosa y manipulativa".

Esta l�gica es utilizada por dirigentes ubicados en extremos opuestos del espectro ideol�gico. De los 27 mandatarios que est�n actualmente en el poder cuyo discurso fue incluido en la investigaci�n publicada por The Guardian, s�lo tres son clasificados como "muy populistas": Maduro, Evo Morales y Erdogan. Los primeros dos son de izquierda, pero el tercero defiende las ideas tradicionales de la derecha nacionalista m�s dura.

Entre los dos que son "populistas" hay uno de cada signo: el italiano Giuseppe Conte, identificado con la derecha, y Andr�s L�pez Obrador, hist�rico referente de la izquierda mexicana. En cambio, de los ocho que ser�an "algo populistas", s�lo el nicarag�ense Daniel Ortega tiene un discurso de izquierda. Los siete restantes se acercan al extremo opuesto: Viktor Orb�n (Hungr�a), Donald Trump (EEUU), Narendra Modi (India), Jair Bolsonaro (Brasil), Juan Orlando Hern�ndez (Honduras), Vladimir Putin (Rusia), y Theresa May (Reino Unido).

No obstante, cuando se analiza el total de pol�ticos en la muestra, incluyendo a los que dejaron sus cargos, se encuentra que los de izquierda tienen una proclividad algo mayor al populismo que los de derecha: unos promedian un �ndice de 0,4 y los otros de 0,3.

"El populismo es un estilo de comunicaci�n pol�tica que puede ser aplicado a l�deres de izquierda y de derecha", dijo a Infobae Elena Block, profesora de comunicaci�n pol�tica de la Universidad de Queensland, Australia."Hay que pensar en Hugo Ch�vez o en Donald Trump. A pesar de las diferencias obvias entre ellos en t�rminos culturales, sociales, econ�micos, ideol�gicos, pol�ticos y de contexto, el populismo sirve para caracterizar a ambos".

Lo curioso es que, si bien puede haber populistas de uno y otro bando, defendiendo valores contrapuestos, ser�a inimaginable un populista de centro. Es que la estructura confrontativa y maniquea de esta praxis pol�tica se mueve siempre en los extremos. Dif�cilmente un pol�tico con ideas y propuestas moderadas podr�a utilizar una ret�rica as� para promoverlas. Ser�a un contrasentido.

"Los populistas crean la impresi�n de que hay una crisis general. Por ejemplo, pueden hablar de la declinaci�n de la naci�n, de una dictadura o una tiran�a a�n en pa�ses democr�ticos, del reinado de la corrupci�n, de situaciones que semejan a una guerra, de una invasi�n de inmigrantes, y de la ruptura del orden social o moral", describi� Kr�mer.

Esa visi�n exaltada y confrontativa de la pol�tica suele habilitar la toma de decisiones extremas, que no se llevan demasiado bien con la democracia liberal. �C�mo respetar los derechos de una minor�a mal�fica que quiere destruir a la c�ndida mayor�a? Cuando los matices se borran, y todo resulta v�lido en nombre del inter�s superior del pueblo, el autoritarismo y la supresi�n de las libertades fundamentales del otro son inclinaciones recurrentes.

"Los populistas contempor�neos tienden a ser autoritarios e intolerantes con los procesos asociados a la separaci�n de poderes �dijo Block�. Tratan de saltar la normas y convenciones del juego democr�tico, y rechazan los puntos de vista opositores. Cuando est�n en el poder se les hace dif�cil respetar el Estado de Derecho. Rechazan los procesos de negociaci�n pol�tica, usados por la elites pol�ticas tradicionales, y prefieren tomar decisiones de manera arbitraria".

La ret�rica populista, en boga

"Definitivamente, estamos viendo un incremento en el apoyo a partidos que apelan al discurso populista. Pero creo que es importante tener en cuenta que no es un fen�meno enteramente nuevo. En distintas investigaciones encontramos fluctuaciones significativas en el uso del discurso populista por parte de los pol�ticos entre 1950 y 1990. Lo interesante es por qu�, no siendo algo nuevo, encuentra hoy mayor resonancia", plante� Noam Gidron, profesor del Departamento de Ciencia Pol�tica de la Universidad Hebrea de Jerusal�n, en di�logo con Infobae.

El estudio liderado por el profesor Hawkins concluye que el incremento m�s importante en la cantidad de jefes de Estado populistas se dio en los �ltimos cinco a�os. Si bien a comienzos de este siglo los casos estaban concentrados en Am�rica Latina, el salto se produjo por la incorporaci�n de muchos de estos dirigentes en Europa y en otras regiones del mundo.

"Puede decirse que que hay una suerte de "ascenso global del populismo" �dijo Kr�mer�. Podr�amos especular con que tiende a darse en ciclos, dependiendo de alzas y ca�das en la econom�a mundial, de sucesos hist�ricos de impacto global y de modas pol�ticas. En muchos pa�ses, grandes porciones de la poblaci�n parecen desencantadas con gobiernos centristas, socialdem�cratas o liberales conservadores, que a sus ojos no pudieron mantener o alcanzar la estabilidad y la prosperidad esperada. Los estudios muestran que aquellos que se ven del lado perdedor de la globalizaci�n, de los cambios culturales o de la competencia econ�mica, habitualmente se vuelcan sobre pol�ticos populistas".

El testimonio m�s claro del cambio de �poca es la transformaci�n de algunos de los mandatarios que est�n hace m�s tiempo en el poder. Erdogan es el caso extremo. Cuando asumi� como primer ministro en 2003, la ret�rica que empleaba era "no populista". Pero ahora, tras 16 a�os en los que reform� la Constituci�n y asumi� como un "s�per" presidente, pas� a tener un discurso "muy populista".

Orb�n es otro ejemplo. Ascendi� en 2010 con una ret�rica moderada, pero hoy es considerado uno de los m�s radicalizados de Europa, con expresiones �y acciones de gobierno� rayanas con la extrema derecha.

"El estilo comunicacional populista ha tomado el control de la pol�tica. Reemplaz� al lenguaje racional, inicialmente destinado a tratar de construir consensos y estabilidad, que caracteriz� a la democracia occidental. Ciertos protocolos fueron sustituidos por un lenguaje informal, muchas veces abusivo y antag�nico, que busca lo que en ingl�s se llama name and shame, humillar al otro, al opositor. La conversaci�n pol�tica se ha vuelto t�xica", concluy� Block.

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