Sábado 23 de noviembre 2024

Mensaje Presidencial, bochorno previo y reflexiones posteriores



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Transcurridos cuatro años de gobierno del Presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, el último que tiene por delante no se ve auspicioso por los desafíos en materia económica y el imprevisible ambiente político que vive el país. Una muestra de esto último es el triste espectáculo que ciertos legisladores dieron en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) impidiendo la sesión inaugural de la legislación 2024/2025, en cuyo marco el Primer Mandatario debía brindar su Informe, por lo que se trasladó a la Plaza Murillo donde pronunció luego un furibundo discurso que ha debido llamar la atención a más de uno, sobre todo en el exterior del país (“Tras bochorno en Asamblea, Arce rinde mensaje presidencial de 4 años en plaza Murillo”, OPINIÓN, 8.11.2024)



Y aunque el Vicepresidente Choquehuanca, en palabras de circunstancia, como Presidente nato de la ALP,  pidió “disculpas a la comunidad internacional, a todos los bolivianos, niños, jóvenes, abuelos, ancestros, autoridades militares y policías por la actitud violenta, vergonzosa, bochornosa y antidemocrática que han mostrado esta mañana algunos asambleístas” -como reseña la indicada nota- en honor a la verdad, no es la primera vez que un acto así se da en dicho recinto, devaluando la imagen del país, de un tiempo a esta parte.



En un escenario supremamente diferente a los de años anteriores, sobre todo a los del auge, cuando se podía hacer gala de rimbombantes indicadores que daban la impresión de que todo iba bien y que las cosas incluso podían mejorar, el Informe del 8 de noviembre de 2024 se dio en medio de uno de los más bajos crecimientos del PIB en dos décadas, con 2,58% al primer semestre, impactado por factores externos e internos; con una escalada del tipo de cambio del 50% en el mercado negro, a consecuencia de la escasez de dólares; una de las inflaciones más altas de los últimos años -del 7,26% hasta octubre- por la subida de costos de producción y precios de bienes importados; y, finalmente, la alta conflictividad signada por bloqueos, preocupaciones, descontento y sectores en emergencia ante la anormalidad del abastecimiento de combustibles en el país.



¿Dónde están ahora las ONGs que decían “no” a los biocombustibles, “no” a la biotecnología, “no” al agronegocio, “no” a la agroexportación, “no” a la negociación de acuerdos comerciales para abrir grandes mercados externos?



Del Informe brindado, rescato que el Primer Mandatario rememorara su intención de “reconstruir nuestra Patria”, superar la crisis sanitaria, económica, educativa, política y social post pandemia. Buenas intenciones, todas ellas, por supuesto.



Destaco, también, su desconcierto: “No logramos prever como gobierno que íbamos a tener cuatro años de asedio sistemático, progresivo y permanente desde todos los frentes, como nunca antes se vio en la historia reciente de nuestro país. Incluso, fenómenos climáticos extremos, con influencia permanente del Niño y la Niña, producto de la crisis climática”.



Y, como parte de la explicación del bajo desempeño económico: Un contexto internacional complejo, con guerras, inflación, deterioro del comercio mundial y agudización del impacto climático. “¿Podíamos evitar esa realidad?”, preguntó, para luego reclamar fuertemente que las mayores adversidades provienen de fuentes internas que quieren hacer naufragar su gobierno, como la Asamblea Legislativa Plurinacional que  bloquea toda iniciativa del Ejecutivo; así como, las marchas, bloqueos y paros constantes que, ciertamente, afectan al crecimiento.



Una vez más, volvió a criticar que, irresponsablemente se desatendió la nacionalización durante más de una década, por “falta de inversión y visión estratégica en el sector energético”; y, un sinceramiento: “No somos ciegos ni indolentes a los problemas que nos aquejan, como por ejemplo la iliquidez temporal del dólar que enfrentamos y la enfrentaremos hasta resolverla; lo mismo en cuanto a la inflación y la normalización del abastecimiento de combustibles”.



Reconfirmó su convicción de construir más de 170 plantas industriales en el país, y que Bolivia cuenta con un “Modelo Económico Social Comunitario Productivo perfectible (…) tenemos problemas, sí, pero también esperanzas en los pasos que estamos dando hacia nuestra plena independencia económica y soberanía política”, dijo.



“En agosto del siguiente año, celebraremos un año más de la fundación de nuestra querida Patria Bolivia. Pero no será un año cualquiera, porque cumpliremos 200 años. Por lo que les pido a las bolivianas y los bolivianos, llegar unidos al Bicentenario”, concluyó. ¡Ojalá que así sea!



En todo caso, para lograrlo se deberá atender las necesidades de la gente, muchas de ellas urgentes y el empresariado privado resultará parte fundamental para alcanzarlo, siempre que se le den las condiciones necesarias para invertir, generar empleos dignos e ingresos para las familias, divisas por exportación para el país y tributos para el Estado, porque, solamente así, volverá la paz social a nuestra amada Bolivia…



(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional