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- 2024-12-11
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Página Siete.- Estimaciones de la OIT y la Unicef alertan que en Bolivia, debido a la pandemia, entre 31.000 y 92.000 niños, niñas y adolescentes (NNA) entrarán al mercado laboral para ser parte de la cadena del trabajo infantil. La Defensoría del Pueblo advierte que los sistemas de protección no están funcionando en el país.
Según datos de la última Encuesta de Niños, Niñas y Adolescentes (ENNA) en Bolivia, entre 2008 y 2016, la cantidad de niños y adolescentes trabajadores bajó de 848.618 a 738.855. Sin embargo, este avance podría ser borrado debido a la crisis de la covid que incrementará las cifras luego de años de una disminución.
“La Cepal y la OIT estiman que existirá un posible aumento del trabajo infantil en América Latina y el Caribe de alrededor de 1% a 3%. La Unicef proyecta que por cada punto porcentual de pobreza que sube en la región, también aumenta en 0,7% el trabajo infantil. En términos absolutos, para Bolivia implicaría que entre 31.000 y 92.000 niños, niñas y adolescentes empezarán alguna actividad laboral”, explicó el representante de Unicef en Bolivia, Rafael Ramírez.
En un conversatorio realizado el pasado 11 de junio, la ministra de Trabajo, Verónica Navia, señaló que se prevé realizar una nueva ENNA que refleje los efectos de la pandemia. “Junto al Ministerio de Planificación estamos previendo una nueva encuesta porque estamos atravesando un momento que nos obliga a actualizar los datos”, manifestó.
Las cifras reales
Aunque las cifras oficiales del país dan cuenta de 739 mil NNA trabajadores hasta 2016, la dirigencia de la Unión de Niñas Niños y Adolescentes Trabajadores de Bolivia (Unatsbo) afirma que pasan el millón. Una cifra que, aseguran, se incrementó por mucho en el último año.
Basta con caminar por el centro de la sede Gobierno para saber que tienen razón. Las esquinas, antes tomadas por artistas callejeros, ahora se llenan de pequeños que lavan parabrisas, lustran calzados o venden desde dulces hasta insumos de bioseguridad.
“Es indiscutible, hubo un aumento. Por la pandemia, varios niños y adolescentes se vieron en la necesidad de salir a trabajar para llevar el pan a su casa o para pagar su educación, que con lo virtual prácticamente se privatizó. Muchos padres y madres perdieron sus trabajos e ingresaron al sector informal, otros fallecieron por la enfermedad. En esas condiciones sólo queda salir a trabajar”, indicó la presidenta de Unatsbo, Estefany Yucra.
Miguel tiene 13 años y hace unos meses se convirtió en vendedor ambulante de golosinas, barbijos, alcohol y aerosoles desinfectantes. Cuando comenzó la crisis sanitaria, él empezó a acompañar a su madre en la venta de estos productos, pero con el tiempo se convirtió en su forma de generar su propio ingreso.
Quiso lustrar zapatos, pero en muchos espacios los antiguos y más grandes no dejan ingresar a nuevos “lustras”. Lo mismo pasa con los vendedores, así que decidió ser vendedor ambulante para que “no lo molesten”.
“Ahora somos muchos más. El virus dejó desempleo, enfermos y huérfanos. No se puede prohibir nuestro trabajo, lo que se debe evitar es la explotación”, dijo la representante del Consejo de los Niños y Niñas Trabajadores Organizados de Potosí, Reina Copa.
Protección estatal
La normativa boliviana reconoce y autoriza el trabajo a partir de los 14 años. Y aunque la ley prohíbe los trabajos en niños de menos edad, esto no quiere decir que los más pequeños no sean parte del mercado laboral.
“Aunque la ley lo prohíba, mientras haya pobreza habrá niños trabajando. Y quedan desprotegidos porque no son reconocidos como trabajadores”, afirma Yucra.
La norma estableció un sistema que debe empezar con el registro de los trabajadores en los municipios. Éstos deben hacer un seguimiento a sus actividades.
Según datos preliminares de una investigación que realiza la Defensoría del Pueblo, de 51 municipios sólo siete tienen este registro en marcha. Según sus reportes, en 2019 y 2020 había un total de 119 adolescentes registrados y autorizados para trabajar.
“La norma y las resoluciones han tratado de incidir en el registro de datos para hacer el seguimiento correspondiente, pero las y los adolescentes no acuden a registrarse, por desconocimiento, temor o por o burocracia. Pero que no haya registros no quiere decir que no haya trabajadores”, explicó la Defensora, Nadia Cruz.
Cuestionó que el Estado no implementara el Programa de Prevención y Protección Social para niños y niñas menores de 14 años de edad en actividad laboral y recordó que esta tarea le fue encargada a los ministerios de Justicia, de Trabajo y de Planificación.
Los riesgos aumentan para la niñez
La pandemia también aumentó los riesgos y la vulnerabilidad para los niños, niñas y adolescentes trabajadores. La Unatsbo alerta que ha crecido el peligro de que los menores trabajadores sean víctimas de violencia física y sexual, además de abuso y explotación.
La semana pasada un hombre de 31 años fue aprehendido por violar a una niña de 14 años que trabajaba en un negocio de medidores de luz. La pequeña se vio en la necesidad de generar ingresos.
El agresor es el hijo de su empleadora y, según las investigaciones, obligó a la pequeña a tener relaciones sexuales en más de una ocasión. Como consecuencia del vejamen la niña cursa una gestación de 20 semanas.
La denuncia no fue hecha hasta hace unos días, cuando la madre de la joven trabajadora notó que el vientre de su hija empezó a crecer.
El trabajo por cuenta propia es una de las primeras opciones para los NNA. Por la pandemia salen a vender productos en las calles, limpiar parabrisas, lustrar zapatos o atender pequeños negocios. Muchas veces desempeñan su labor en horarios nocturnos, lo que implica un peligro para su seguridad. Por necesidad aceptan empleos pesados por pagos muy bajos y en espacios inseguros.
Pero en ocasiones la violencia y la explotación no vienen sólo de los empleadores, sino, de la misma familia. El 19 de mayo, la Felcc de Santa Cruz aprehendió a una mujer que convirtió a su hija de 12 años en víctima de comercio y explotación sexual. Entregaba a la niña a hombres -en citas que ella misma concertaba- y por montos de 100 a 250 bolivianos.
Las investigaciones indican que la niña era explotada desde los nueve años de edad.
La norma y el trabajo infantil-adolescente
La normativa del país prohíbe el trabajo forzado y la explotación infantil. Reconoce y dicta la protección de las actividades de niñas, niños y adolescentes “en el marco familiar y social que estén orientadas a su formación integral como ciudadanas y ciudadanos”.
El Código Niña, Niño y Adolescente establece el derecho a la protección de esta población por parte del Estado en todos sus niveles, las familias y la sociedad. Además, reconoce el derecho a una remuneración económica justa y que no esté por debajo del mínimo nacional, así como el acceso a seguridad social para los menores trabajadores.
Establece que el horario de actividad laboral debe ser diurno y que no debe exceder de las 22:00. Prohíbe las horas extras y reconoce dos horas diarias remuneradas y destinadas a la educación, así como el derecho a la opinión y participación activa en organizaciones sindicales.
Otra de las herramienta importantes que nació de la normativa -que no está en funcionamiento pleno- es el registro y autorización de parte las Defensorías de la Niñez y Adolescencia para la realización del trabajo adolescente por cuenta propia y ajena.
El registro toma en cuenta datos personales de la o el adolescente, la manifestación de su consentimiento, datos de la o el empleador, lugar de trabajo, autorización escrita de los responsables de cuidado, así como evaluaciones sociales, médicas y de la situación escolar de la o el trabajador.
Es el eslabón principal y primario que activa el sistema de protección de la adolescencia trabajadora para el seguimiento y el control de trabajo correspondientes.
A nivel mundial
A nivel mundial -en términos absolutos- el progreso en la eliminación del trabajo infantil empezó a estancarse en 2016 y disminuyó en el año 2020, por la pandemia.
2000 Ese año se reportó que en el mundo había 245,5 millones de niños, niñas y adolescentes trabajadores. De ellos, un 16% se encontraba en trabajos peligrosos que deben ser erradicados.
2016 Para esa gestión la cantidad de NNA trabajadores bajó a 151,6 millones, de los que el 9,6% realizaba trabajos peligrosos. La disminución, en 16 años, fue notoria y un gran avance que hoy es amenazado.
2020 Con la llegada de la pandemia, la crisis golpeó el mundo entero. Luego de dos décadas de avance se tuvo el primer retroceso: el trabajo infantil aumentó 8,4 millones.
2021 Se estima que entre 42 y 66 millones de NNA entren a la pobreza extrema como resultado de la crisis. Se sumarán a los 386 millones que ya estaban en esa condición en 2019.
Educación Se prevé que el abandono escolar aumente en 24 millones de niños, debido a la interrupción mundial de la educación a causa del confinamiento y los problemas para la educación a distancia.
2025 América Latina esperaba ser la primera región del mundo en erradicar el trabajo infantil dentro de cuatro años, pero la Covid-19 hace que el objetivo sea cada vez más difícil de alcanzar.