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- 2024-12-25
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Página Siete.- Pasaron seis meses desde las elecciones subnacionales y aún hay miedo. Pese a que dicen que ahora todo está tranquilo, cuando se les pregunta por lo sucedido confiesan que tienen miedo y lo cuentan así, temerosos de alguna represalia. En San Pedro de Macha, municipio del norte de Potosí, el Movimiento Al Socialismo (MAS) ganó la alcaldía el 7 de marzo con el 100%, también sacó siete de siete concejales. Ahora, algunos opositores se animan a hablar y denuncian que los amenazaron de distintas formas para que no postulen.
“No hay democracia. Si hubiera democracia me aceptarían, no hubiera amenazas. Aquí no hay democracia. Del partido del MAS nomás se tiene que respetar, no dejan que otro candidatee”. Así, Martha Puma Gonzales, de 30 años, recuerda el período preelectoral 2021 en el que ella y su acompañante de candidatura para el Concejo macheño por el Movimiento de Organizaciones Populares (MOP), Mario Fernández R., fueron hostigados para retirar su postulación.
Al final, pese a que Mario lo hizo, se enteraron de que seguían en carrera e hicieron una microcampaña en los últimos días como para sacar 362 votos que no les alcanzaron para lograr la concejalía. A Mario le dio el tiempo para diseñar e imprimir calendarios de bolsillo. A Martha y a su esposo, Macedonio Colque Vargas, de 36 años, les tocó esperar al día de votación sin poder dormir bien, creyendo que en cualquier momento alguien se entraría a su casa en la comunidad de Bombori; luego sería el turno para rendir cuentas.
San Pedro de Macha fue creado el 23 de junio de 2019, es un municipio joven. Para llegar desde La Paz hay que viajar entre seis horas y media a siete, pasando por Llallagua. Se conoce a esta localidad -colindante con Pocoata, Colquechaca, Ocurí y Tinguipaya- como la capital del tinku. Y desde hace poco también, como un sitio donde el MAS ganó las subnacionales con el 100%.
A garantizar el 100%
Agustín Irasabal Caisena fue uno de los miembros del comité impulsor para que San Pedro de Macha se convierta en municipio, pues antes era parte de Colquechaca. Hoy es el primer alcalde, el que logró la totalidad de los votos al no tener contendientes.
Según los archivos, la búsqueda para que San Pedro de Macha adquiera rango de municipio data de la década de los años 40 del siglo pasado. Décadas después, el 6 de junio de 2019, la Comisión de Constitución, Legislación y Sistema Electoral de la Cámara de Diputados emitió un informe analítico al que siguieron varios trámites.
Finalmente, el 23 de junio de ese año se promulgó en la plaza del lugar la Ley 1190 que crea al municipio de San Pedro de Macha, el número 41 de Potosí. En el acto, que se inició a las 8:29 de la mañana, estuvieron presentes el entonces presidente Evo Morales, la todavía presidenta del Senado Adriana Salvatierra y el aún gobernador potosino Juan Carlos Cejas. También acudieron Irasabal Caisena y el secretario ejecutivo de la Federación de Campesinos de Norte Potosí, Ever Rojas.
Cuando Irasabal y Rojas tomaron el micrófono, su intervención fue más que todo en quechua. “Vamos a garantizar el 100%, hermanos, para votar por nuestro presidente Juan Evo Morales Ayma”, lanzó Irasabal.
En tanto que Rojas, a nombre del norte de Potosí, dijo que iban a “demostrar ese voto cerrado” por el proceso de cambio. Rojas es actualmente secretario ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia.
Irasabal, ahora alcalde por el MAS, consultado sobre si tiene conocimiento de que se amenazó a opositores para que no postulen o dejen sus candidaturas, respondió que no había otros candidatos a alcalde —lo cual técnicamente es cierto— y que en general no hay opositores —situación que en los hechos es cuestionable—. “Tal vez sería en otros municipios. Como no había (opositores), ¿a quién pueden amenazar?”, se pregunta Irasabal en tono tranquilo.
Pero J. F., una vecina, desde su restaurante, ubicado en la plaza de San Pedro de Macha, dice que sí existen amenazas. Recuerda que en 2019 ella y sus familiares tuvieron que ir obligados hasta Potosí para apoyar a Evo Morales y al MAS, porque si no iban podían ser “saqueados” por los dirigentes.
“Muchos del pueblo no han votado por el MAS, sí en el campo. Hay opositores, pero no quieren admitirlo por temor”, comenta. En su sitio de comida hay tres pósteres con la imagen de Marco Pumari, quien postuló por Pan-Bol a la Gobernación potosina este 2021. Ella y su madre dicen que su familia no es política, pero que apoyan a candidatos a partir del análisis de lo que proponen.
“Vamos a quemar sus casas”
Las amenazas de prohibir el ingreso de otras fuerzas políticas a determinado territorio no es algo novedoso en el seno del MAS y de sus organizaciones sociales. En distintas ocasiones advirtieron que no se permitiría entrar a cierto candidato opositor o que no se garantizaba su seguridad si decidía acudir a algún bastión masista. Sucedió en el Chapare y también en el norte de Potosí.
El 13 de enero de 2019 el alcalde del municipio cochabambino de Colomi, Demetrio Pinto, amenazó con enterrar vivos a los opositores que quisieran ingresar a la zona, según un reporte de Los Tiempos. Un mes después, el 19 de febrero, el entonces dirigente cocalero y ahora senador oficialista Leonardo Loza dijo que si bien los opositores están en su derecho de transitar por el trópico de Cochabamba, él no garantizaba la seguridad de personajes políticos “neoliberales ante una reacción” de sus compañeros.
Ya en lo más cercano, durante el período preelectoral 2021 en los celulares de San Pedro de Macha comenzó a circular un audio de cuatro minutos y 29 segundos en lo que parece marcar una línea. “Yo, como autoridad cantonal, les digo que no podemos permitir otros partidos políticos, que no nos ayudan. Vamos a quemar sus casas”, se escucha decir a una voz de varón en quechua.
“Nos vamos a comunicar entre nosotros. Si hay comentarios del ingreso del MOP hay que investigar, y los vamos a castigar, hay que quemar, no importa si es mi hermano, mi primo o mi padrino, no me importa, hermanos. No pueden pasarse a otros colores”, continúa según una traducción encargada para este reportaje.
A rendir cuentas
Cinco días después de las elecciones, el 12 de marzo, Macedonio Colque y Martha Puma recibieron una hoja bond con el título “Citación” con el sello de la Central Sindical Única de Trabajadores Originarios Ayllus de Subcentral Bombori. Los convocaron así: “Que el día lunes quince de marzo de dos mil veinte un años vaya (a) aclarar al distrito en un(a) reunión general (…) que (se) comprometió hasta dos días de renuncia y cinco de marzo notificado autoridad originaria personalmente pa(ra) que no haga problemas entre autoridades o vecinos por manejar otros colores o candidato de otro color” (sic).
“Yo no quería ir. Ha ido mi marido, le he mandado. Por miedo (yo) no quería ir. ‘Le habrán castigado, qué habrán hecho’, pensaba, grave preocupación tenía también. He llorado grave ese día”, recuerda Martha mientras se quiebra. A Macedonio le hicieron explicar por qué su esposa no había renunciado a su candidatura con el MOP. Al final llegó bien a su casa.
Durante la entrevista con ambos, en la entrada a San Pedro de Macha de vez en cuando miran con recelo a los vehículos que pasan. “Allá vienen, ese minibús es de Bombori. ‘¡Qué estás haciendo!’, me van a decir”, interrumpe Macedonio un pasaje de la conversación mientras un vehículo blanco, pequeño y casi rectangular pasa a unos 30 metros.
“No hay democracia”
Además de Macedonio y Martha, fue posible conversar, en un día diferente, con otros dos dirigentes del MOP, uno de Pocoata y otro de San Pedro de Macha. Ninguno, expresamente por temor a represalias, quiso dar su nombre. Los cuatro coinciden en que la palabra democracia no existe en esta parte del país o, si la hay, no se aplica.
“Eso no hay en este momento por estos sectores”, dice uno de ellos. “(Antes) nos cruzábamos con diferentes banderas políticas y hasta a veces almorzábamos juntos. Eso era democracia. Pero ahora prohíben poner banderas, propaganda política (opositora) en San Pedro de Macha”, recalca.
Como los pósteres de Pumari en el restaurante, aún quedan rastros en Macha de anteriores procesos electorales. Hay, por ejemplo, una pared pintada con las siglas del Movimiento Bolivia Libre (MBL) y otra con una propaganda del MNR nueva alianza. Ambas corresponden al período electoral 2002.
Además del MOP y del MAS hubo otros cuatro partidos que en un inicio inscribieron listas preliminares para las elecciones de este año en ese municipio. Fueron Puka Sunqu, Alianza Social, Comunidad Ciudadana - Autonomías por Bolivia (C-A) y Pan-Bol.
Desde Puka Sunqu y C-A se informó que sus candidatos simplemente no completaron los papeles para el trámite. Sin embargo, el excoordinador de C-A Potosí, Juan José Tórrez, explica que en este tipo de lugares donde no tienen representación orgánica sí conversaron con precandidatos, pero que se desanimaban por miedo.
“En el norte (de Potosí) es un poquito complicado. En Ocurí (municipio colindante con San Pedro de Macha) tampoco hemos podido porque había mucho temor. Tratamos de convencer a la gente que lo saquen de forma consensuada, pero muchos de los dirigentes eran amenazados; por lo tanto, declinaban”, dice Tórrez.
En medio hay otras voces que consideran que la democracia está vinculada directamente a las decisiones orgánicas. Es el caso de Rolando Coria Viscarra, de 40 años, simpatizante del MAS, quien fue dirigente comunal, presidente de OTB y miembro del Comité Cívico de Macha. En la actualidad tiene un comercio en una de las esquinas de la plaza.
“En San Pedro de Macha nos manejamos orgánicamente. Del ejecutivo pasa al Concejo, del Concejo pasa a las organizaciones sociales. Después viene un seccional, después un cantonal, después subcentrales y así se llega a respetar la decisión de la base en general y de las peticiones de las bases”, explica.
El terreno normativo
Existen tres leyes relacionadas directamente a la temática electoral en Bolivia que se refieren a la violencia política y a la coacción. Se trata de la Ley 026 de Régimen Electoral, la Ley 243 Contra el acoso y violencia política hacia las mujeres y la Ley 1096 de Organizaciones Políticas.
El artículo 238 de la Ley 026 en su inciso “c” establece: “la servidora pública o el servidor público electoral, policial, militar o persona particular que coaccione, atemorice o ejerza violencia en contra de subalternos de su dependencia o de cualquier ciudadana o ciudadano, para que se afilien a determinada organización política o voten por determinada candidatura en un proceso electoral (…) será sancionada o sancionado con pena privativa de libertad de uno a tres años”.
En tanto que en la Ley 243 se define al acoso político como el acto o conjunto de actos “de presión, persecución, hostigamiento o amenazas, cometidos por una persona o grupo de personas, directamente o a través de terceros, en contra de mujeres candidatas, electas, designadas o en ejercicio de la función político - pública o en contra de sus familias”.
A su vez, la Ley 1096 establece que es un derecho de los militantes adoptar “de manera libre y voluntaria, de forma individual o colectiva, la decisión de ser militante de una organización política, sin que medie ningún tipo de coacción o presión alguna”. También reconoce su derecho al disenso y de vivir libres de toda forma de acoso y violencia política.
Según la socióloga María Teresa Zegada, en situaciones como ésta, en vez de ir hacia adelante se está retrocediendo como sociedad que vive en democracia. Afirma que desde hace muchos años en Bolivia “estamos viviendo presos” del corporativismo.
Hoy Macedonio y Martha viven tranquilos, pero alertas. Y tienen una certeza: En San Pedro de Macha no existen valores democráticos. “El MAS nomás está acaparando a todo. Si hubiera democracia, tranquilo me iría a hacer parar mis banderas, mis delegados. ¿En qué democracia estamos?”, se pregunta él.
Esta investigación se realizó en el marco del taller virtual “El periodismo como ejercicio de defensa de derechos” (2da versión) que realizó la red UNITAS con el apoyo financiero de la Unión Europea y en coordinación con la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia (ANPB) y el coauspicio de FUNDAMEDIOS de Ecuador, dentro del proyecto “Sumando Voces Multiplicando Acciones: Las Organizaciones de la Sociedad Civil defensoras de derechos y redes de prevención y protección de grupos específicos en Bolivia”.
Entre el tinku y el “segundo Chapare”
Creación El municipio de San Pedro de Macha fue creado oficialmente el 23 de junio de 2019 mediante la Ley 1190. Antes, este lugar era parte del municipio de Colquechaca.
Ubicación San Pedro de Macha está ubicado en la provincia Chayanta del departamento de Potosí. Está a 420 kilómetros de La Paz y el viaje dura entre seis a siete horas desde la sede de Gobierno.
Tinku Antes de que fuera municipio ya era conocido como la capital del tinku. Este ritual se celebra cada 3 de mayo en honor a la Fiesta de la Cruz.
Elecciones Los habitantes de Macha votaron por primera vez para elegir alcalde de este municipio en 2021. En otras elecciones votaban para elegir alcalde de Colquechaca, ya que administrativamente eran parte de ese municipio.
Chapare II Por el tipo de apoyo cerrado que tiene el Movimiento Al Socialismo en San Pedro de Macha, tanto opositores como miembros del MAS coinciden en denominar a esta zona del país como un “segundo Chapare”.
Al 100%. En estos municipios el MAS obtuvo el 100% de los votos para alcalde en las elecciones subnacionales 2021: Vacas, Arque, Cocapata, Morochata, Bolívar, Sicaya, Pocona, Pojo, Villa Tunari, Alalay (Cochabamba); Huachacalla, Yunguyo Litoral, Carangas, La Rivera, Todos Santos (Oruro); San Pedro de Macha, San Agustín, Urmiri (Potosí) y Nazacara de Pacajes en el departamento de La Paz.
Repetición Diez de los 19 municipios que quedaron con 100% a favor del MAS en las subnacionales de 2021 también habían obtenido esos resultados en los comicios de 2015: Morochata, Villa Tunari, Huachacalla, Yunguyo Litoral, Carangas, La Rivera, Todos Santos, San Agustín, Urmiri y Nazacara de Pacajes.
Normas Existen tres leyes relacionadas directamente a la temática electoral en Bolivia que se refieren a la violencia política y a la coacción. Se trata de la Ley 026 de Régimen Electoral, la Ley 243 Contra el acoso y violencia política hacia las mujeres y la Ley 1096 de Organizaciones Políticas.