- #Especiales
- 2024-11-21
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Dentro de tanques llenos de nitrógeno líquido se encuentran los cuerpos y cabezas de 199 humanos en Arizona, Estados Unidos, que optaron por ser criopreservados con la esperanza que puedan revivirlos en el futuro. Muchos de los pacientes, como los llama Alcor Life Extension Foundation, son personas que padecían cáncer terminal, ELA u otras enfermedades sin cura en la actualidad.
Uno de ellos es Matheryn Naovaratpong, la persona más joven en ser congelada criogénicamente. El exdirector ejecutivo de Alcor, Max More, mostró una foto de la niña durante un recorrido por las instalaciones.
“Una niña de Tailandia que tenía cáncer de cerebro. Sus padres eran médicos y ella tuvo múltiples cirugías cerebrales y nada funcionó, desafortunadamente. Así que nos contactaron”, explicó.
Según More, “nuestros pacientes no están muertos y por eso los llamamos pacientes. Son muy parecidos a las personas en coma a largo plazo”.
“La gente dice, bueno, no están vivos, deben estar muertos. Bueno, no, hay una especie de estados intermedios, que no están realmente vivos o muertos. Ya sabes, por una especie de analogía cruda, tienes el día y la noche, pero también tienes el crepúsculo en el medio porque se difuminan entre sí. Entonces, desde nuestro punto de vista, morir es un proceso y la criónica detiene ese proceso. Pone la muerte en una pausa y te permite ir al futuro donde tenemos mayores capacidades para revertir eso y traerte de vuelta a la vida”.
Famosos con la esperanza de que puedan revivirlos
Otro con una enfermedad terminal es Hal Finney, quien falleció de ELA, y que es bien conocido en la comunidad de criptomonedas por ser el destinatario de la primera transacción de Bitcoin.
Cuando se trata de figuras famosas, la empresa informa que Paris Hilton se ha apuntado a la criopreservación. Simon Cowell, de ‘America’s Got Talent’, había anunciado públicamente su membresía en 2011, pero luego optó por no participar. Los rumores sobre la congelación de Walt Disney han circulado durante décadas, pero eso fue desacreditado por su propia familia. El legendario beisbolista Ted Williams, que murió en 2002, es actualmente uno de los pacientes de Alcor.
More dice que piensa en la criónica como una extensión de la medicina de emergencia. “Llegamos a una etapa en la que los médicos de hoy se han dado por vencidos. La medicina y la tecnología de hoy no son suficientes. Pero estamos diciendo que, en lugar de simplemente deshacerse del paciente, nos lo den. Vamos a estabilizarlos, evitar que empeoren y retenerlos durante el tiempo que sea necesario para que la tecnología se ponga al día y les permita volver a la vida y seguir viviendo”, dijo.
Natasha Vita-More, futurista y autora, está casada con Max More y también es uno de los 1.392 miembros vivos de la empresa. La pareja se conoció en 1992, durante un evento en Los Ángeles, y descubrió que ambos estaban en la lista de la empresa. Vita-More está inscrita para ser neurosuspendida, lo que significa que solo se crioconservará su cerebro.
El mejor de los casos, dice esta mujer, es que los pacientes que fueron congelados se reúnan en el futuro con otros miembros de la familia o mascotas que también fueron preservadas.
“El destino sería el futuro donde revive una persona que tuvo cáncer o ELA o algún otro tipo de lesión o enfermedad”, consideró Vita-More. “La enfermedad o lesión se curó o arregló y la persona tiene un nuevo cuerpo clonado o una prótesis de cuerpo completo o su cuerpo reanimado y se encuentra nuevamente con sus amigos”, agrega.
Pero hay escépticos en el mundo médico. Para el doctor Arthur Caplan, director de la División de Ética Médica y profesor de Bioética en la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York en la ciudad de Nueva York, la idea de la criónica es descabellada.
“El único grupo que realmente se emociona con la posibilidad son las personas que se especializan en estudiar el futuro distante o las personas que tienen interés en querer que pagues el dinero para hacerlo”, expresó en una entrevista a través de Zoom.
La criónica se basa en la anticipación y en la esperanza de que algún día la ciencia avance lo suficiente como para que a los humanos criopreservados puedan revivirlos. Alcor no hace promesas ni garantías, pero eso no ha impedido que la gente le dé su dinero a la empresa.
Cuesta un mínimo de 200.000 dólares para congelar un cuerpo y 80.000 solo para el cerebro.
Alcor dice que la gran mayoría de sus afiliados no tiene ese dinero, por lo que utilizan un seguro de vida igual a ese monto, convirtiendo a la fundación en beneficiaria de la póliza.