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- 2024-10-03
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DW.- El fósil de una larva no más grande que una semilla de amapola y con 520 millones de años de antigüedad proporciona pistas clave sobre los pasos evolutivos de los insectos, arañas y cangrejos modernos.
Lo que hace único a ese fósil, llamado Youti yuanshi y que pertenece a un grupo llamado euartrópodos, es la conservación excepcional de sus órganos internos, que han sido estudiados por un equipo dirigido por la Universidad de Durham (Reino Unido).
El fósil data del periodo Cámbrico, cuando empezaron a evolucionar los principales grupos de animales que conocemos hoy en día, y permite 'mirar' bajo la piel de uno de los primeros artrópodos, cuya anatomía era mucho más compleja de lo que se creía.
Los investigadores usaron técnicas avanzadas de escaneo de tomografía de rayos X sincrotrón y generaron imágenes en 3D de regiones cerebrales en miniatura, glándulas digestivas, un sistema circulatorio primitivo e incluso rastros de los nervios que irrigan las patas y ojos, describe el estudio que publica Nature.
"Una conservación casi perfecta"
"Siempre es interesante ver qué hay dentro de una muestra utilizando imágenes en 3D, pero en esta increíble y diminuta larva, la fosilización natural ha logrado una conservación casi perfecta", destacó la coautora del estudio Katherine Dobson de la Universidad de Strathclyde (Reino Unido).
El fósil se conserva en el Universidad de Yunnan (China), donde se descubrió originalmente.
El estudio proporciona pistas clave sobre los pasos evolutivos necesarios para que criaturas simples parecidas a gusanos se transformaran en sofisticados artrópodos con extremidades, ojos y cerebros especializados.
Las imágenes revelan una región cerebral ancestral denominada 'protocerebro', que más tarde formaría el núcleo de la cabeza segmentada y especializada de los artrópodos, con sus diversos apéndices como antenas, piezas bucales y ojos.
Esta compleja cabeza permitió a los artrópodos adoptar una amplia gama de estilos de vida y les permitió convertirse en los organismos dominantes en los océanos del Cámbrico.
Detalles como este también ayudan a averiguar cómo los artrópodos modernos adquirieron su complejidad y diversidad anatómica y llegaron a convertirse en el grupo de animales más abundante en la actualidad.
Los investigadores estiman que este fósil llena un importante vacío en nuestra comprensión de cómo se originó el plan corporal de los artrópodos y llegó a tener tanto éxito durante la Explosión Cámbrica de la vida.