- #Especiales
- 2024-12-23
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Infobae.- La monarquía marroquí es una de las más polémicas del mundo, ya que Mohamed VI es uno de los reyes más criticados y queridos a partes iguales. La figura más venerada de Marruecos es también el hombre más rico del país y esconde consigo un patrimonio que ha amasado a raíz de herencias familiares y grandes inversiones empresariales. No obstante, esta mil millonaria fortuna no fue suficiente para ayudar a las familias que se vieron damnificadas durante el terremoto que azotó a su país en 2023 y que provocó una de las mayores crisis de los últimos años.
Según indicó la revista Forbes en 2015, su fortuna de 5.000 millones de dolares lo alzó hasta convertirse en el quinto hombre más rico de África; sin embargo, es difícil calcular la cantidad exacta que maneja a día de hoy. Aunque se conoce que dentro de los presupuestos generales del Estado de Marruecos, 250 millones de euros anuales van a parar al mantenimiento de la familia real.
Dentro de esta preservación, también entran sus residencias y los más de 1.100 sirvientes que tiene. Se conoce que el Rey cuenta con al menos doce palacios en Marruecos, de los que puede disponer en el momento en que lo desee y su mantenimiento se calcula que supone al rededor del millón de euros diario, aunque su residencia habitual es el Palacio Real de Rabat. Además de estos, según revela el HaffPost, también tiene en su propiedad un palacete en París valorado en 80 millones de euros que adquirió hace poco más de tres años y que goza de vistas privilegiadas a la torre Eiffel.
Se encuentra en el distrito 7 de la capital y anteriormente perteneció al príncipe Jalid bin Sultan al Saud. Consta de 1.600 metros cuadrados en espacio habitable, además de otras áreas como sótano, aparcamiento, terrazas e incluso peluquería. Dentro de este, Mohamed VI también dispone de una sala de juegos, piscina, spa, sala de reuniones y jardín.
Tal es su amor por el país galo, que tiene dos propiedades más en él. La primera de ellas es una herencia de su padre Hassan II que compró en el año 1972 y que se encuentra en la ciudad de Betz, a unos 70 kilómetros de la capital. Se trata de un castillo reconstruido antes de la Primera Guerra Mundial y que alberga en él uno de los jardines más bonitos de Francia, gracias al cual fue reconocido Patrimonio Cultural desde 1991. Y el segundo castillo, también alcanza una longitud de 70 hectáreas y cuenta con hasta 1.200 personas dedicadas a la conservación y recepción de la familia real.
Además de estas propiedades en Francia, fuera de sus fronteras también posee una mansión en Zanzíbar, uno de los paraísos de playa más famosos del océano Índico. Tal y como afirma El Debate, se trata de un antiguo palacete árabe, con el que se hizo en 2016, que ha sido remodelado en los últimos años y sufrió un breve periodo de paralización durante la pandemia de la Covid-19.
No obstante, otra de sus grandes pasiones son también los coches de lujo. Por ello, el monarca cuenta con más de 600 vehículos de alta gama que están valorados en seis millones de euros. A diferencia de su padre y abuelo, quienes tenían preferencia por los Rolls Royce y Cadillacs, Mohamed VI es más dado a los deportivos. Junto a estos, también goza en su patrimonio con Badis 1, uno de los yates de vela más grandes del mundo, que tiene un valor de 90 millones de euros y se encuentra en Casablanca.
Dentro de su colección de vehículos, según indica HaffPost, también posee dos Boeings privados (737 y 747) junto con un Hércules C-130 a disposición del número de personas que le acompañen y el motivo del viaje. Y por el precio de 57 millones de euros, la Casa real marroquí también cuenta con dos aviones Gulfstream (G550 y G650). Otro de sus típicos caprichos son los relojes, y dentro de su gran y preciada colección tiene uno que podría ascender hasta el millón de euros, ya que es de oro blanco y tiene 1.075 diamantes.
¿De dónde proviene esta mil millonaria fortuna?
Durante su reinado, Mohamed VI ha consolidado su control sobre Al Mada, el grupo financiero más importante de Marruecos, lo que le permitió multiplicar su fortuna en sus primeros años como monarca. Además, la Sociedad Nacional de Inversión, también bajo su control, se beneficia de contratos con el Estado con entidades bancarias, empresas mineras y agroalimentarias, lo que ha contribuido significativamente a su enriquecimiento.