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- 2025-12-23
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En un giro histórico para la economía boliviana, el Gobierno ha oficializado que el diésel sale de la lista de sustancias controladas. A partir de este lunes, la compra, venta y traslado de este combustible en todo el territorio nacional se realizará sin restricciones, sin cupos limitados y sin el asedio burocrático que asfixió durante décadas al sector productivo y al transporte.
Adiós a las restricciones: Compra y transporte ilimitado
El viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Ernesto Justiniano, confirmó en entrevista con la Red Uno, que esta medida —enmarcada en el Decreto Supremo 5503— elimina las trabas que penalizaban a quienes necesitaban mover grandes volúmenes de combustible.
Sin límites de litraje: Se acabó la restricción que solo permitía transportar hasta 120 litros. "Teníamos cosechadoras que consumen 800 litros diarios; limitar el diésel era una barbaridad y un foco de corrupción", sentenció la autoridad.
Agilidad en fronteras: El sector transporte reporta que esta medida ahorrará hasta dos días de espera en frontera para la internación de combustible.
Cero fiscalización: El diésel ya no será objeto de requisas por parte de la fuerza especial de lucha contra el narcotráfico, enfocando ahora los controles exclusivamente en la gasolina.
Contexto: ¿Por qué el diésel fue una sustancia controlada?
Para entender la magnitud de esta noticia, es necesario recordar que el diésel ingresó a la lista de Sustancias Controladas (Ley 1008) debido a su uso en la cadena de fabricación de sustancias ilícitas.
¿Cuándo pasó a ser controlado? Su fiscalización se intensificó a finales de los años 80 y se consolidó en los 90 con el auge de la Ley del Régimen de la Coca y Sustancias Controladas.
¿Por qué se controlaba? El diésel es un precursor químico utilizado en la extracción de la pasta base de cocaína. Se emplea para macerar la hoja de coca y separar los alcaloides. Por esta razón, el Estado limitaba su transporte para evitar que el combustible "desviado" terminara en laboratorios de cristalización en zonas rojas.
El costo del control: Lo que nació como una medida de lucha contra el narcotráfico, terminó convirtiéndose en un freno para la agroindustria y el transporte pesado, fomentando extorsiones y mercados negros para un insumo que es el motor de la economía legal.
"Este es un alivio para los que le ponen el hombro al país. Estamos eliminando un foco tremendo de corrupción que imperaba bajo la excusa del control", concluyó Justiniano.