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- 2025-04-14
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LA PAZ
El cabildo de los representantes de los nueve cantones de la provincia Omasuyos, del departamento de La Paz, determinó la tarde de este viernes la expulsión de la comunidad de Sank’a Jawira del ex vicepresidente de la República, Victor Hugo Cárdenas; asimismo, aprobó la 'expropiación' de su vivienda que desde ahora, según los comunarios, pasará a convertirse en un acilo para las personas de la tercera edad de esas poblaciones rurales.
Con la quema y posterior entierro de un muñeco que personificaba al ex vicepresidente, los indígenas leyeron la resolución del cabildo con participaciones encendidas en las que resaltó la decisión de no devolver el inmueble porque consideran que se aplicó la justicia comunitaria, en base a la actual Constitución Política del Estado.
Según los pobladores, la toma de la casa de Cárdenas es un castigo por haberse opuesto a la nueva Constitución y por estar al servicio del imperialismo.
Los comunarios emplazaron a Cárdenas a que demuestre con papeles el derecho propietario de la casa en la comunidad de Sank’a Jawira, tomada desde el sábado pasado, luego de un cabildo que determinó dicha medida.
En el discurso, los dirigentes de Omasuyos expresaron que se mantendrán en vigilia para impedir que la Policía ingrese al lugar y desaloje a sus ocupantes, algo que -según ellos- no van a permitir. Adelantaron que están dispuestos a que sea la justicia ordinaria que determine el derecho propietario, dado que tienen conocimiento de que la casa era de propiedad de una familia de apellido Cruz y que Cárdenas los había despojado de esa vivienda.
Durante la jornada, un contingente policial sólo se limitó a observar de lejos lo que pasaba en la comunidad.
La Red PAT informó que los policías no se atrevían a acercarse a la muchedumbre por temor a ser golpeados o castigados.
La Fiscalía tampoco pudo hacer su trabajo porque los campesinos, en su mayoría pertenecientes a los Ponchos Rojos, se mostraron dispuestos a pelear con todo y contra todos, con tal de que los dejen en el inmuble donde el sábado pasado sacaron a golpes a la esposa del ex vicepresidente, a sus dos hijos y otros familiares.
Los cientos de pobladores marcharon por las calles de Sank’a Jawira y luego se dirigieron al inmueble, adonde llevaron a varios ancianos que ingresaron junto a los demás. Las imágenes televisivas eran elocuentes. Allí sólo había destrozos, vidrios rotos y paredes pintadas con consignas de insultos hacia la familia Cárdenas.
Un campesino, que hizo uso de la palabra, dijo en tono amenazante que Cárdenas no tenía autoridad ni ética para iniciarles juicio.
El Gobierno, acusado por Cárdenas de incitar a la toma, no emitió criterio alguno sobre el accionar de los campesinos durante la jornada, considerados por la mayoría de los sectores sociales del país como un avasallamiento a la propiedad privada.