Daniel A. Pasquier RiveroLíderes cruceños puestos a prueba
01/06/2009 - 13:31:42
El 4 de mayo del 2008 es fecha destacada en la historia de Santa Cruz. Despu�s de varios multitudinarios cabildos preparando el reclamo por mayor ejercicio democr�tico de parte de la ciudadan�a cruce�a al Estado boliviano, se hab�a aprobado el Estatuto Auton�mico.
El pueblo y sus l�deres saborearon las mieles de la victoria. Todo era euforia, porque de manera pac�fica, en pleno ejercicio de derechos consagrados en la CPE y las leyes de la rep�blica, se hab�a conseguido dar un paso gigante en pro del sue�o fundacional cruce�o. Se hab�a salvado mediante una exquisita �ingenier�a constitucional� (J.C. Urenda) resolver la tupida trama de obst�culos legales creada por el estado andino centralista a lo largo de dos siglos, con el fin de resguardar y blindar su posici�n de privilegio.
Lo mucho que se avanz� desde el 2001 tiene que ver con el aporte ideol�gico e intelectual organizado desde el Movimiento Autonomista Naci�n Camba. Se recrearon s�mbolos, se rescataron h�roes, se analizaron de manera cr�tica viejos y nuevos paradigmas, y se impuls� el debate sobre la identidad del hombre de los llanos. Todo cay� en tierra fertil. En un momento casi todo cambi� y el habitante de los llanos se empap� del orgullo de sentirse y reconocerse como miembro de una naci�n, y aclar� su pertenencia a un estado.
Al mismo tiempo que se acepta como cierta la corriente mundial hacia procesos globales, se ve tambi�n c�mo se fortalecen y descubren nuevas identidades locales y regionales. El fen�meno del movimiento descentralizador y automista cruce�o se extendi� al pa�s como alternativa positiva al centralismo, hundiendo l�gicas ra�ces donde hab�a mayor afinidad cultural e hist�rica, como ocurre con Beni y Pando. Pero se extendi� de inmediato a Tarija, por ser los chapacos m�s conscientes de ser due�os de la decisi�n que uni� su destino a la Rep�blica de Bolivia. Sin embargo, la propuesta autonomista tuvo la virtud de despertar esa aspiraci�n al federalismo presente en Potos� y La Paz, que dormida, se manten�a viva.
El nuevo estado unitario con autonom�as se hab�a convertido en una alternativa real al estado centralista. Por eso la reacci�n atropellada y violenta emprendida por el centralismo, que encontr� desgraciadamente en este momento identificaci�n y entendimiento con un proyecto pol�tico que necesita y ans�a el poder total. El MAS se convertir�a en el enemigo de la autonom�a y de los autonomistas. Y cuando se dio cuenta de que perd�a la batalla, h�bilmente, roba la bandera aunque descarta el contenido. Aprobar�a una autonom�a en la nueva CPE que destruye las aspiraciones de las regiones de mayor participaci�n en el poder real, pol�tico-social-econ�mico, y la convierte en otro instrumento de control y copamiento del poder hegem�nico que pretende el presidente �marxista, leninista, comunista y socialista� movi�ndose detr�s de la fachada indigenista comunitarista.
El movimiento autonomista hab�a demostrado tener una estrategia clara y definida para llevar su mensaje, que en el fondo es un mensaje de esperanza para los pueblos postergados de Bolivia. La administraci�n local se ha mostrado m�s eficiente y menos corrupta que la centralizada en todas las partes del mundo, se convirte en la opci�n m�s racional para conbatir la pobreza -el principal problema del pueblo boliviano-, controlar la corrrupci�n que disminuye la capacidad del estado para solucionar los problemas del ciudadano, y para atender las verdaderas necesidades de los pueblos mediante el ejercicio de una democracia participativa que acabe con los cheques en blanco exigidos por los pol�ticos en el esquema centralizado tradicional.
Esto s� que era una revoluci�n democr�tica. Los l�deres fueron creados por las circunstancias y por momentos encarnaron las aspiraciones del pueblo. Pero ninguno es mes�as ni lo puso la pachamama. Si falt� decisi�n para entrar de lleno a la pugna pol�tica es algo que el tiempo se encargar� de juzgar. Pero parece cierto que tarde se dieron cuenta de que el poder no se cede por las buenas, que la lucha es a morir y que adem�s no es una lucha pareja.
En esa situaci�n es facil meter la pata. Ingenuidad hubo de sobra, al punto que sin querer abrieron las puertas al enemigo pensando que esto se trataba de reuni�n de fraternidades o hermandades carnavaleras. Pez grande se come al pez chico. Estaban infiltrados por todas partes y el gobierno jugaba con cartas marcadas. Las trampas estaban una detr�s de otra y, a pesar de la resistencia, el estado centralista ha tomado de nuevo posici�n de fuerza y el gobierno masista, de vocaci�n dictatorial, apreta las tuercas tratando de acabar con la pelea aunque tenga que inventarse una viaje a la Luna.
Es la hora de la lucidez y, apelando a la experiencia, ojal� esta vez, aunque sea para salir del atolladero, la dirigencia cruce�a, los l�deres autonomistas, se abran a su pueblo para tomar y definir de nuevo el rumbo. Es un acto de soberbia imperdonable el considerar al pueblo s�lo para convocarlo a los cabildos. Parece mas que suficiente el que no se den explicaciones de lo acontecido, que no se sepa quienes tomaron y qu� decisiones, cuando se jugaba con el futuro de todo un pueblo y no los intereses de unos cuantos. Pero por el bien de ellos y de todo el pueblo cruce�o, hay que unir voluntades. Hay que hacer honor a Santa Cruz que se precia de ser una comunidad de gente educada, m�s ilustrada e informada, cansada de pol�ticas asumidas por desconocidos y a distancia ya ha rechazado el centralismo y todos sus vicios. No es para reeditar lo abominable en esta tierra y sus instituciones.
Es la hora de la grandeza en los l�deres, tanto para seguir como para dar un paso al costado. Si el movimiento autonomista ha conseguido aglutinar gran parte de la oposici�n al proyecto gubernamental, debe sumarse a consolidar una alternativa, para ser consecuente con su definici�n de m�s libertad, m�s democracia, y luchar por la vigencia plena del Estado de derecho en Bolivia.
*CEO del ICEES, Santa Cruz (Bolivia)
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