- #Especiales
- 2024-11-27
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El telescopio espacial James Webb, una de las herramientas más avanzadas de la astronomía actual, sigue sorprendiendo al mundo con imágenes impresionantes y descubrimientos científicos que están redefiniendo nuestra comprensión del universo. Uno de los objetos más recientes de su observación ha sido la galaxia del Sombrero, también conocida como Messier 104 (M104), cuya imagen en el infrarrojo medio ha proporcionado una nueva perspectiva sobre sus características más enigmáticas.
Esta galaxia, que recibe su nombre por su forma peculiarmente parecida a un sombrero mexicano de ala ancha, revela detalles nunca antes vistos gracias a la capacidad de Webb para captar longitudes de onda en el infrarrojo medio.
La nueva imagen del instrumento MIRI (Mid-Infrared Instrument) del Webb muestra que el núcleo brillante que habitualmente aparece en las observaciones en luz visible no se ilumina de la misma forma en el infrarrojo.
En lugar de un resplandor característico, el centro de la galaxia revela un disco interior liso, que hasta ahora había pasado desapercibido en otras observaciones astronómicas. Este detalle es crucial para comprender cómo se organiza la materia en el núcleo de esta galaxia espiral, especialmente en lo que respecta al polvo cósmico, un componente clave para la formación de estrellas y otros fenómenos astronómicos.
Lo más sorprendente de esta nueva imagen es el anillo exterior de la galaxia, que aparece de forma mucho más detallada y compleja que en observaciones anteriores realizadas por el telescopio espacial Spitzer. En el infrarrojo, el polvo que rodea la galaxia se muestra ahora con una textura grumosa y detallada, lo que sugiere la presencia de áreas de formación estelar.
En particular, el instrumento MIRI ha sido capaz de detectar hidrocarburos aromáticos policíclicos, moléculas ricas en carbono que son típicas de las regiones donde nacen nuevas estrellas. Sin embargo, a pesar de estas indicaciones de actividad estelar, la galaxia del Sombrero no se considera un foco intenso de formación de estrellas.
En comparación con otras galaxias observadas con Webb, como Messier 82, que produce diez veces más estrellas que la Vía Láctea, la galaxia del Sombrero genera menos de una masa solar de nuevas estrellas por año, una tasa mucho más baja que la de nuestra propia galaxia, que produce alrededor de dos masas solares de estrellas anualmente.
Otro hallazgo relevante en el estudio de la galaxia del Sombrero es el comportamiento de su agujero negro supermasivo, ubicado en su núcleo. Este agujero negro, con una masa equivalente a 9 mil millones de soles, es clasificado como un núcleo galáctico activo de baja luminosidad (AGN). A pesar de su gran masa, su actividad es relativamente tranquila.
A diferencia de otros agujeros negros en galaxias más activas, este núcleo galáctico no está absorbiendo material a un ritmo acelerado ni generando chorros luminosos de alta energía. En lugar de eso, este parece devorar lentamente el material que cae en él, emitiendo un chorro brillante pero comparativamente pequeño. Esta calma en la actividad de su agujero negro resalta la naturaleza pacífica de la galaxia del Sombrero, un contraste con las galaxias que son conocidas por sus intensas y ruidosas actividades en torno a sus núcleos.
Dentro de la galaxia del Sombrero se encuentran alrededor de 2.000 cúmulos globulares, sistemas densos de cientos de miles de estrellas antiguas unidas por la gravedad. Estos cúmulos representan una valiosa oportunidad para los astrónomos, ya que ofrecen un laboratorio natural para estudiar las estrellas. A pesar de que todas las estrellas en un cúmulo globular tienen aproximadamente la misma edad, sus diferencias en masa y otras propiedades permiten a los investigadores realizar estudios comparativos fascinantes. Estos cúmulos son una de las características más distintivas de la galaxia del Sombrero, y los datos del telescopio Webb prometen nuevas y emocionantes conclusiones sobre su composición y evolución.
El futuro de Webb: un avance imparable
La capacidad del telescopio Webb para captar imágenes tan detalladas y nuevas de objetos astronómicos como la galaxia del Sombrero es solo el principio de lo que está por venir. En julio de 2025, Webb comenzará su cuarto año de operaciones científicas, y los investigadores de todo el mundo ya están ansiosos por utilizar el telescopio para realizar nuevas observaciones. 2377 propuestas fueron presentadas recientemente para solicitar tiempo de observación con el telescopio en este periodo, una cifra récord que refleja la creciente competencia por aprovechar al máximo este poderoso instrumento.
Entre las propuestas más solicitadas se encuentran las que exploran las galaxias distantes, cuyas características aún son un misterio para los científicos. Además, los exoplanetas y sus atmósferas, junto con los estudios de las estrellas y sus poblaciones, siguen siendo áreas de gran interés. Aunque el tiempo de observación con Webb es limitado, los datos recogidos en sus misiones se archivan y están disponibles públicamente a través del Archivo Mikulski para Telescopios Espaciales (MAST), lo que garantiza que cualquier investigador de todo el mundo pueda acceder a ellos una vez que se liberen.