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- 2024-11-27
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Infobae.- La máscara funeraria de Tutankamón, el joven faraón de la XVIII Dinastía de Egipto, ha sido uno de los artefactos más emblemáticos de la historia antigua desde su descubrimiento en 1922 por el arqueólogo Howard Carter. Este tesoro, con su brillo dorado y detalles precisos, se ha convertido en un símbolo de la grandeza de la civilización egipcia. Sin embargo, recientes investigaciones sugieren que este ícono de la arqueología podría no haber sido originalmente destinado al “faraón niño”.
Un equipo de investigadores de la Universidad de York, en el Reino Unido, ha presentado evidencias que apuntan a que la famosa máscara podría haber pertenecido a otro miembro de la realeza, posiblemente una figura de alto estatus femenino o un niño. Este descubrimiento fue impulsado por un detalle que había pasado inadvertido durante décadas: los orificios para aretes en la máscara, algo insólito en el retrato de un faraón masculino adulto. Este hallazgo sugiere que el objeto podría haber sido creado para Nefertiti, la esposa principal de Akhenatón y la madrastra de Tutankamón.
Las revelaciones sobre la máscara han avivado un antiguo debate entre los expertos en egiptología sobre el propósito original de este artefacto. De acuerdo con la profesora Joann Fletcher, egiptóloga y académica de la Universidad de York, “la máscara no fue hecha para un faraón masculino adulto”. Según un documental transmitido por el canal History Hit, Fletcher destaca que los análisis recientes de la máscara han revelado que el rostro de Tutankamón habría sido añadido posteriormente a una pieza más antigua, que presentaba claras soldaduras y una composición de oro distinta en cada parte.
Tutankamón, quien gobernó Egipto aproximadamente entre los años 1332 y 1323 a.C., asumió el trono a los nueve años y murió de manera inesperada alrededor de los 18. Debido a la repentina muerte del faraón, se cree que la corte egipcia tuvo que improvisar para prepararlo rápidamente para “el viaje al más allá”. La máscara funeraria, que tradicionalmente se fabricaba en vida y a la medida del faraón, podría haber sido entonces una reliquia reutilizada, como sugiere la investigación.
Los egipcios de la XVIII Dinastía creían firmemente en la importancia de los rituales y artefactos funerarios para garantizar que el faraón alcanzara la inmortalidad. Sin embargo, la abrupta muerte de Tutankamón parece haber forzado a sus asistentes a usar una máscara ya disponible. “Es posible que la urgencia del entierro obligara a la corte a reutilizar un objeto previamente diseñado para otra figura real”, explicó Fletcher. Este cambio, sugiere la egiptóloga, pudo haber sido una medida de emergencia ante la premura para completar los ritos funerarios necesarios.
¿Una máscara para Nefertiti?
Las investigaciones recientes de la Universidad de York han puesto en evidencia varios detalles que refuerzan esta teoría. Además de los agujeros para aretes, un análisis minucioso de la máscara reveló un ensamblaje poco convencional: las distintas partes de la pieza están soldadas y muestran un oro de diferente calidad entre el rostro y el resto de la máscara. Estas soldaduras indican que el artefacto original habría sido modificado para que el rostro del faraón se ajustara al diseño.
El descubrimiento de estos orificios sorprendió a los expertos. En la época de Tutankamón, el uso de aretes era común entre mujeres y niños, pero no entre los faraones adultos, lo que aumenta la probabilidad de que la máscara hubiera sido creada para una mujer de la realeza, probablemente Nefertiti. Esta teoría no es completamente nueva: en 2015, el egiptólogo británico Nicholas Reeves ya había propuesto que la máscara podría haber pertenecido a Nefertiti, señalando que algunos elementos del diseño eran “inusualmente femeninos” y que guardaban un asombroso parecido con el icónico busto de la reina.
Nefertiti, considerada una de las figuras más importantes y enigmáticas del antiguo Egipto, fue la esposa principal de Akhenatón, el faraón que instauró el culto monoteísta al dios solar Atón. Su belleza y poder han sido objeto de fascinación durante siglos, pero su destino final sigue siendo un misterio. Su tumba nunca ha sido encontrada, y algunos especialistas creen que pudo haber gobernado como faraón con el nombre de Neferneferuatón.
Si la máscara de Tutankamón fue en efecto diseñada para Nefertiti, esto encajaría con la posibilidad de que ella también fuera faraona, dado que los objetos funerarios diseñados para reyes y reinas compartían ciertas similitudes. Además, se sabe que el cambio abrupto de Akhenatón al monoteísmo dejó el reino en una situación compleja, lo que podría haber dado pie a la reutilización de artefactos para otros miembros de la realeza.
Las complejidades de la salud de Tutankamón
Por otro lado, la salud del faraón es un aspecto que ha cobrado relevancia en los últimos años y que podría explicar también la falta de preparación para su muerte. Análisis genéticos han confirmado que Tutankamón sufría diversas enfermedades: una combinación de malaria, una pierna rota, pie zambo y una columna vertebral curva, además de un paladar hendido. Estos problemas, probablemente derivados de la endogamia en la familia real, le causaron dolor constante y debilitaron su sistema inmunológico.
Una investigación publicada en el Journal of the American Medical Association mostró que estos problemas de salud posiblemente contribuyeron a su muerte temprana. La endogamia, práctica común en la realeza egipcia para preservar el linaje divino, agravó su delicada salud. De hecho, se ha documentado que su probable padre, Akhenatón, contrajo matrimonio con una de sus hermanas, y que el propio Tutankamón se casó con una hermana o media hermana. Estas prácticas, aunque aseguraban el poder dentro de la familia, también tenían efectos perjudiciales en la descendencia.
Las revelaciones recientes sobre la máscara de Tutankamón añaden una capa más de misterio al enigmático faraón y a los rituales funerarios de la antigua civilización egipcia. A más de un siglo de su descubrimiento, la tumba de Tutankamón sigue desvelando secretos y alimentando el interés de la egiptología. Cada hallazgo ofrece una visión más profunda de las prácticas funerarias y de las complejidades de la vida en el antiguo Egipto, demostrando que incluso los detalles más pequeños, como los orificios en la máscara, pueden cambiar nuestra comprensión de la historia.