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- 2025-01-08
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DW.- Nueve de cada diez personas que han cumplido 80 años, portan el herpes citomegalovirus o HCMV, que puede causar un subtipo de Alzheimer. Se transmite a través de fluidos corporales como la leche materna, la saliva, la sangre y el semen. Cualquiera que esté infectado lo porta en varias células a lo largo de su vida, como todos los virus del herpes.
Después de la primera infección, el virus suele permanecer inactivo. Pero en determinadas circunstancias, como en caso de un sistema inmunológico debilitado, los patógenos del herpes, incluido el HCMV, pueden volver a activarse y multiplicarse.
La infección por HCMV generalmente suele ser asintomática o leve en personas con un sistema inmunológico en buen estado. Sin embargo, una infección puede tener graves consecuencias para la salud de los fetos en el útero, los bebés prematuros y personas con sistemas inmunitarios debilitados.
Cómo afecta un virus intestinal al cerebro
En algunas personas, el virus puede permanecer activo durante mucho tiempo, viajando por una especie de gran autopista entre el intestino y el cerebro, científicamente conocida como nervio vago, un mediador importante entre nuestro tracto gastrointestinal y el cerebro. A través de él, ambos órganos están en constante comunicación y se regula nuestra sensación de saciedad y los niveles de azúcar en sangre.
Una vez el citomegalovirus se acopla al nervio vago, puede afectar al sistema inmunológico del cerebro y contribuir al desarrollo de Alzheimer, según un estudio de la Universidad Estatal de Arizona en Estados Unidos.
Descubierto un nuevo subtipo de Alzheimer
"Creemos que hemos encontrado un subtipo biológicamente único de la enfermedad de Alzheimer, que puede afectar entre el 25 y el 45 por ciento de los que la padecen", dijo Ben Readhead, científico biomédico de la Universidad Estatal de Arizona y autor principal del estudio.
En pacientes que padecen una determinada forma de Alzheimer, el equipo científico encontró anticuerpos contra el citomegalovirus en el intestino, el líquido cefalorraquídeo y el cerebro. Incluso encontraron el propio virus en las células del nervio vago.
En el cerebro, el virus aparentemente estimula el propio sistema inmunológico de ese órgano. Las microglías, células protectoras, buscan sedimentos, neuronas y sinapsis sobrantes o destruidas. Si una infección o daño se sale de control, las microglías hacen sonar la alarma y llaman a ciertas células del sistema inmunológico del cuerpo para que ayuden. En el cerebro comienza así una reacción inflamatoria, conocida científicamente como neuroinflamación.
En los pacientes con Alzheimer, las microglías son constantemente hiperactivas, lo que supone un peligro para el propio cerebro. La neuroinflamación persistente conduce a una enfermedad del tejido nervioso central.
Además, en personas con Alzheimer, hay muchas proteínas anormales, llamadas placas amiloides y ovillos de tau, en la corteza cerebral. Estos depósitos perjudican la comunicación entre las células nerviosas y, en última instancia, provocan la muerte celular, lo que limita gravemente las capacidades cognitivas de las personas afectadas.
Los investigaodres identificaron precisamente estas características placas amiloides y ovillos de tau en el subtipo de enfermedad de Alzheimer. Examinaron tejido de órganos donados para el estudio de más de 100 personas: enfermos de Alzheimer y donantes no enfermos. El tejido procedía del colon, el nervio vago, el cerebro y el líquido cefalorraquídeo. Detectaron el HCMV en la respuesta inmune de las células microgliales.
Incluso en cultivos celulares creados artificialmente, dicho virus provocó una mayor producción de proteínas amiloides y tau y, como resultado, la muerte de las células nerviosas.
Casi todas las personas entran en contacto con el HCMV a lo largo de sus vidas. Los investigadores sólo encontraron una conexión clara entre el virus y el Alzheimer en personas que tienen una infección crónica por HCMV en el intestino, y estas son sólo unas pocas.
Readhead y su equipo trabajan ahora en el desarrollo de un análisis de sangre que pueda detectar la infección intestinal por HCMV. Los pacientes podrían entonces ser tratados con medicamentos antivirales y prevenir el desarrollo de Alzheimer.