Semana Santa y Cristo Jesús

Una parte importante del mundo celebra la Semana Santa con actos lit�rgicos, procesiones y ritos -visitas de iglesias, v.gr.- por tradici�n, empezando el Domingo de Ramos para concluir el Domingo de Resurrecci�n. Durante este tiempo se recuerda la vida, pasi�n, muerte y resurrecci�n de Jesucristo.

Jes�s -como Hijo de Dios- naci� sin pecado, vivi� sin pecar y carg� con los pecados de la Humanidad en la cruz; descendi� a lo m�s profundo de la tierra, rescat� a los cautivos y al tercer d�a el Padre Celestial lo resucit�, por medio de su Esp�ritu Santo, para nunca m�s volver a morir.

Escrito est� que ese Jes�s que venci� la muerte, un d�a volver� para juzgar a los vivos y muertos, pero arrebatar� a su iglesia pura y sin mancha antes de la Gran Tribulaci�n, seg�n est� profetizado. Todo parece indicar que ser� pronto.

No puede haber una historia de amor m�s bella que �sta, la de Dios Padre dando a su �nico Hijo en rescate por Ud. y por m�: �Porque de tal manera am� Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unig�nito, para que todo aquel que en �l cree, no se pierda, mas tenga vida eterna� (Juan 3:16)

Aceptar a Jes�s como Salvador, es acceder al perd�n de nuestros pecados y a la reconciliaci�n con Dios. Aceptar a Jes�s como Se�or, es seguir su gran mandamiento de amarnos unos a otros como �l nos am�: Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. �Amamos nosotros, as�?

�Cu�ntos l�deres a lo largo de la historia han hecho y a�n hacen grandes promesas, incluso para despu�s de la muerte! Pero he aqu� la diferencia con Jesucristo: todos ellos pecaron y ninguno muri� por nuestros pecados. Es m�s, todos ellos murieron, no resucitaron y sus despojos est�n en sus tumbas.

Jes�s muri� en la cruz pero resucit�. Cuando dos mujeres fueron al tercer d�a de su muerte a la tumba para ungir su cuerpo con especias arom�ticas la hallaron vac�a.

Una persona que no rinde su vida a Cristo como su Salvador puede vivir bien en el mundo natural pero la Biblia dice que espiritualmente est� muerta en sus delitos y pecados. Pero quien acepta a Jes�s como su �nico y suficiente Salvador, pasa de muerte a vida y nace de nuevo, del esp�ritu salv�fico de Dios.

Jes�s vino al mundo para salvar nuestra alma de la condenaci�n eterna, pero tambi�n para darnos una vida espiritual, f�sica y material, abundante. Esto es algo para tener en cuenta no solo en Semana Santa sino siempre, siendo que vivir la vida a plenitud est� de por medio. Si a�n no lo hizo��reciba hoy a Jes�s como su Salvador!

(*) Economista y Mag�ster en Comercio Internacional
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