Miércoles 17 de diciembre 2025

¿Quién dijo que Dios está muerto?



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Ao: 2002. Situacin: desesperada. Motivo: una esposa en peligro de muerte
Estando en Per por motivo de trabajo, llam a casa para ver cmo estaban mi esposa Jannet y nuestros hijos Christian (8) y Miguel (7). No poda creer lo que escuchaba: la mujer a quien yo deca amar haba sido internada de madrugada con pancreatitis aguda. Qued fro. El tiempo pareci detenerse. Miles de pensamientos torturaban mi mente. Sent vrtigo. Mi corazn lata a mil por hora y casi explotaba. Ella en Santa Cruz y yo en Limaqu sensacin de impotencia!
Busqu un lugar donde tuviera privacidad. Entr a un bao pblico y me confront con la situacin. Hace cinco aos haba tomado la decisin ms importante de mi vida: recibir a Jess como mi Salvador y Seor. Estaba en el proceso de recibir revelacin de la Palabra de Dios; de sanidad fsica y sanidad interior; de renovacin de mi mente; de restauracin de mi matrimonio y familia; de restitucin financiera, todo iba bien, ysto?

Deba renegar de Dios? Proceda reclamarle a Dios? Poda dudar de Dios? Me derrumb

Entonces el Espritu Santo vino en mi auxilio y me record que por la llaga de Cristo hemos sido sanados. Llaga -no llagas- pues todo su cuerpo acab en una sola llaga luego de la flagelacin de los romanos. Invoqu esa promesa divina en favor de mi amada

Entonces me record tambin que Jess dijo que si no dejbamos todo por l, no ramos dignos de l. Entend que nada poda anteponerse a l, ni siquiera mi esposa, mi compaera, mi amiga, la madre de mis nios. Me puse de rodillas y or al Padre recordndole que l saba cun importante era Jannet para m y nuestra familia: T sabes cunto la amo y cunto la necesitan los nios; s que la puedes salvar -nada es imposible para Ti- pero, hgase tu voluntad. Y, se la entregu
Volviendo a Santa Cruz la hall an en terapia intensiva. Le haban practicado tres cirugas. Varias Hermanas de mi Congregacin haban ido a orar por ella. Entonces, el milagro ocurri!

Luego de terapia intensiva, la hospitalizacin cuarentenaria, apartada de sus hijos. Una vez la saludamos desde la callea la distancia vimos sus lgrimas por no poder abrazar a sus nios.

Casi un mes despus Dios me la devolvi sanita. Los mdicos no entendan cmo pudo ser que, luego que su pncreas literalmente estuvo nadando en cido, quede sin secuelas.

Gracias doy a Dios por darme una segunda oportunidad para amarla, honrarla y cuidarla -como un da se lo promet- hasta que la muerte nos separe...
(*) Capitn del Escuadrn Apstoles en RAPJUVE 2017
Fuente: El Deber
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