En torno a Cristóbal Colón (acaso 1451 hasta 1506)

El pintor Alejo Fern�ndez en su Virgen de los navegantes (hecha entre 1531 y 1536) muestra a Col�n de perfil, de trenzas crespas y rubias que caen casi hasta el hombro de una cabeza calva de cima, bigotes y barbilla rubias. El 12 de octubre de 1492 y con el tesoro y permiso de los reyes cat�licos de Espa�a, Col�n descubre Am�rica que se empieza a conocer como las Indias Occidentales� hasta que el cart�grafo florentino naturalizado castellano en 1505, Am�rico Vespucio, influye en el mapa de Mart�n Waldseem�ller en 1507. Col�n hace por lo menos 4 viajes a esas Indias. Y no se corrobora la existencia de un nuevo mundo en medio del oc�ano Atl�ntico hasta que el explorador y conquistador, Vasco N��ez de Balboa, fundador de la primera ciudad estable en tierra del continente, Santa Mar�a la Antigua del Dari�n, en 1510, descubre, desde un acantilado de la costa oriental de un nuevo mundo, el �Mar del Sur� (1� de septiembre, 1513), siendo el primer europeo en divisar lo que vino a llamarse� Oc�ano Pac�fico.

Francia, Inglaterra y Portugal inicialmente escucharon a Col�n en su intento de encontrar apoyo para llegar a la India por el Atl�ntico, pero cuestionaron sus c�lculos de cuanto tiempo tomar�a hacerlo diciendo que tardar�a mucho m�s. Ten�an raz�n. De no haber Col�n tropezado con Am�rica, su viaje hubiese terminado en tragedia. Por otro lado, se dice que en el a�o 1000 d.C., vikingos al mando de Leif Eriksson navegan hasta Terranova donde establecen un poblado ef�mero en L�Anse aux Meadows, lo nombran Leifsb�dir y lo sit�an en Vinland o tierras verdes� habitadas por abor�genes algonquines. Esto intentando restar m�rito al descubrimiento de Col�n. Pero aqu� dos cosas: una, que nunca supieron d�nde estaban, y dos, que no permanecieron ni regresaron a Terranova. Col�n y los navegantes y exploradores ib�ricos de una notable �poca que marca nada menos que el fin de la Edad Media, disparatan con hechos la creencia de que el mundo era plano, y rescatan lo que Pit�goras (569-475 a.C.) y Arist�teles (384-322 a.C.) hab�an comprobado con observaciones astron�micas� que el mundo era redondo.

En febrero, 1504, Col�n se encuentra varado en Jamaica, la mayor�a de su tripulaci�n dispersa y �l, m�s algunos de los suyos, amenazados por nativos belicosos que no suministran comestibles. �l, vinculado con el astrolabio (antecesor del sextante), pronostica un eclipse de luna para el 29 de febrero y dice a los nativos que Dios estaba muy molesto con ellos porque no tra�an comida lo que se iba a demostrar con la luna encendida en esa fecha. El eclipse oscureci� la luna, la puso roja lo que atemoriz� a los ind�genas que rogaron a Col�n que Dios los perdonase. Ofrecieron provisiones por dem�s.

Col�n muere en 1506 y es enterrado en Valladolid para luego sus restos ser trasladados a Sevilla. A pedido de su nuera, los cuerpos de Col�n y su hijo Diego son trasladados a La Espa�ola y enterrados en la catedral de Santo Domingo. Cuando los franceses capturan la Isla en 1795, las autoridades espa�olas trasladan los restos a Cuba para despu�s retornarlos a Sevilla luego de la guerra de 1898. Sin embargo en 1877 se encuentra en Santo Domingo una caja con restos humanos que lleva el nombre del Descubridor. En 2006 pruebas de ADN dieron que por lo menos algo de los restos de Sevilla son de C. Col�n. History.com dice que el gobierno de la Rep�blica Dominicada no autoriza que se examinen otros restos. Puede ser que Col�n hoy tenga parte de su ser en el Nuevo Mundo� y otra en el Viejo.