Viernes 15 de noviembre 2024

Madurando la Guerra



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Por el ritmo que va mostrando la cruel, como loca invasión de Putin a Ucrania y, a fin de evitar que dicho desastre se torne aún mayor para sus fuerzas militares deviniendo en una estrepitosa derrota histórica, el psicópata dictador ruso se ha propuesto encender focos de violencia en cuanta latitud planetaria sea posible, a objeto de dar trabajo a sus mercenarios en desbande; mantener activos a los populistas pseudo socialistas del Siglo XXI, estrechamente afines; y distraer a la prensa de su derrota, que en el ajedrez se llama “mate pastor”.

Tales focos de conflicto se comprueban en el inaudito ataque terrorista de Hamás a Israel, el 7 de octubre pasado, deflagrando una guerra que ya lleva más de tres meses, con un saldo rayano en los 23000 muertos y otro tanto de heridos, así como la amenaza de extenderse al Yemen, donde terroristas huties, apoyados por Irán, so pretexto de sabotear las cargas destinadas a Israel, se dan a la tarea de impedir el ingreso al Mar Rojo a cuanto barco se dirija al canal de Suez.

A este sombrío panorama, ahora se suma la infeliz y reciente provocación del déspota venezolano, de hacer saltar por los aires la tranquilidad de la región utilizando el justo y centenario reclamo sobre la Guyana Esequiba, mediante un laudo que en 1966 ya fuera pactado entre el Reino Unido y Venezuela, tres meses antes de que los ingleses otorgasen la independencia a Guayana, acuerdo llamado el “Acuerdo de Ginebra”, en el que Inglaterra admite el reclamo de Venezuela, buscando encontrar las soluciones más satisfactorias para resolver la disputa.

Subsiguientemente, Entre 1982 y 1999, ambos países intentaron resolver el diferendo a través de la ONU, el que lamentablemente no arrojó los resultados concretos esperados, quedando archivado el diferendo debido a la proverbial desidia del mico-mandante Chávez, más empeñado en asuntos políticos de baja estofa como establecer, junto a Fidel Castro, el Foro de Sao Paulo, donde lo engrupieron con la falacia de ser Simón Bolívar redivivo y, donde fueron a parar los miles de millones de dólares que desangraron a la gran Venezuela.

Entretanto, la explotación inmisericorde de los pozos de petróleo venezolanos, al igual que los nuestros, motivó que los salados regalos a Cuba, de 113.000 barriles diarios, deje exangües las reservas y volteen la mirada a los inmensos yacimientos de petróleo recién descubiertos por la ExxonMobil en la Guyana Esequiba, despertando la codicia de los saqueadores socialistas y la gran oportunidad para activar otro foco de guerra en esta región del planeta, que contribuya a distraer la ayuda de EE.UU. y Europa hacia los teatros de guerra que actualmente se libran en Ucrania e Israel.

A pesar de que Venezuela no reconoce que la Corte Internacional de Justicia tenga competencia en este diferendo, el año pasado este tribunal se declaró competente para atenderlo. Considerando tal eventualidad, creemos que el Acuerdo de Ginebra sería un excelente apoyo a la pacífica solución del conflicto en favor de Venezuela y evitaría cualquier dictamen que pueda demorar años, evitando así la verdadera intención de los maduristas de causar un enfrentamiento que nadie quiere, salvo aquellos bribones que están madurando la Guerra.