Jueves 14 de noviembre 2024

Melgarevo y el Pepino Malevo



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Asumiendo que cualquiera de las dos ocurrencias señaladas en el epígrafe ha tenido una importancia aciaga en nuestra vida republicana, pese a la discrepancia de algunos compatriotas que las consideran magníficas y dignas de perpetuar en la memoria popular, en esta entrega trataremos de demostrar lo contrario, dada la extraña simbiosis existente entre ellas y lo que todas y cada una significó en la desdicha que sufre Bolivia, desde su nacimiento, hasta nuestros días, a escasos meses de soplar sus doscientas velitas de cumpleaños.

Otorgando una cronología histórica a este trabajo, empezaremos analizando los actos administrativos de Mariano Melgarejo, quien presidió el gobierno más funesto de Bolivia, desde el 28 de diciembre de 1864, hasta el 15 de enero de 1871, régimen que obtuvo dicha calidad de infeliz por sus arbitrarias y absurdas disposiciones, como la entrega gratuita de territorios a Chile y al Brasil, allanando la posterior mutilación del Litoral, a cambio de títulos honoríficos fatuos y cazabobos como: el de General de División del Ejército Chileno; el de “Doctor honoris Causa” de la universidad de Chile; Gran Cruz de la orden Crucero del Brasil; “Padre, Protector de la Patria” etc., como pago suficiente para gratificar semejante traición a la Patria.

Curiosamente, un siglo y medio más tarde de ese irrecordable hecho, la historia se repite con coincidencias espantosas. Una banda de piratas caribeños, luego de crear una organización internacional del crimen, hábilmente disfrazada con un Socialismo populista, rancio y vende humo, recalaron en nuestras tierras y, sin mucho brío, adoctrinaron y sojuzgaron a los humildes originarios, dándoles la panacea del vivir bien sin trabajar, tan solo ocupando la administración de la cosa pública y el cobro de la mítica deuda social contraída hace 500 años, con los racistas y rapaces españoles, que se llevaron nuestras riquezas.

Para cumplir dicho objetivo, Evo fue el caudillo señalado debido a su origen indígena y, sobre todo, por ser el dirigente de los productores de hoja de coca, la materia prima del recurso que subvendría la economía de la organización creada. Así nació el régimen que nos gobierna durante los últimos 18 años, donde la supuesta deuda social fue generosamente cubierta, aún a costa de colocarnos en el no muy honroso tercer lugar de corrupción en el continente; dejarnos un zoológico de elefantes azules, más inútiles que cantimplora de buzo; y una deuda eterna de miles de millones de dólares, a ser amortizada por nuestros tataranietos en los próximos 500 años.

Entre tanto, la intuición de Evo Morales lo abandonó, y esa obsesión y fijación de reelegirse y volver al poder hizo que, en medio de la selva narcotizante olvide los usos y costumbres de su ayllu, como aquellos que marcan el inicio de los carnavales portadores de baile, alegría y, sobre todo, mucho dinero para el tesoro orureño. En cambio, el bloqueo fijado por el ex trompetista carnavalero solo trae pobreza y muerte, y confirma esa maléfica dupla de: Melgarevo y el Pepino Malevo.