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En Bolivia el billete del dólar, puede tener varios orígenes: Banco Central de Bolivia (BCB), como el principal, producto de préstamos, las exportaciones de las empresas privadas y públicas, disponible para su venta a cualquier ciudadano, al tipo de cambio oficial; entregado al sistema bancario (además cada banco tiene su propio stock a disposición de sus clientes), para ser utilizado según requerimiento, de manera que una empresa, para citar un ejemplo, instruye a su banco transferir a otro en el exterior, una suma de dólares para cubrir el compromiso con su proveedor de materia prima, maquinaria o mercadería; y entre otros, cuando la madre realiza un "giro" al hijo que estudia en otro país, así de fácil; aunque ahora de eso ya se habla en tiempo pasado, lo que hasta ayer fue; no existe, está eliminado, hoy ya no puede ser. Esperanza y nostalgia es cuanto queda.
El segundo origen es el "otro dólar", de impresión correcta, de utilización mundial, resultado de operación comercial con una mercadería prohibida, a cargo de exportadores sin RUEX (Registro único de exportador), que sale por vía aérea, terrestre o fluvial; a la vuelta los dólares del pago ingresan sin registro ni declaración aduanera, a través de circuitos secretos cruzando fronteras, o como algunos comentan: ya llega volando. Ese "otro dólar", (tiene su eufemismo de "mercado negro" paradójico porque su origen es "blanco" y cristalizado); es el que circula en las calles y algunas casas de cambio, cada vez más escaso también. Ocurre que la destrucción de laboratorios interfiere los negocios y sería una causa para que suba de precio y origine especulación; otra cosa no puede llamarse a cuando la diferencia entre el valor de compra y de venta era solamente de dos centavos (6.94 a 6.96), así fue por años; ahora, la diferencia cambiaria es de dos bolivianos, es decir doscientos centavos. Los causantes intermediarios, -se dice que son dos manos hasta llegar a la calle- aprovechan inescrupulosos las necesidades del importador y las urgencias de la población.
El dólar estadounidense se imprime bajo estrictos controles de seguridad a cargo de la Reserva Federal de los EEUU, su papel es de algodón, tiene marca se agua y franjas de seguridad. Un día de esos la cajera de la ventilla en un banco, con tono severo dijo: -¡este billete es falso!-, acto seguido con letra mayúscula y en negro escribió: falso. Averiguado el origen, se identificó al dólar clandestino ingresado por el Perú, imprimido quién sabe dónde y por quién.
En la economía de los países debe considerarse como variable importante el Índice de precios al productor (IPP), que como ocurre con el IPC (índice de precios al consumidor) determina que los costos del fabricante (en este caso como consumidor) recaigan sobre los precios de materias primas, insumos y materiales, que al subir de valor ocasionan que suba el costo del producto final.
Por esta razón, y otras que ocasionan sensación popular de aflicción cotidiana, la solución autoritaria del control es como una inyección que causa alergia, hay que rascarse que llego la picazón, pero cuando son muchos los que se rascan pasa de endemia a pandemia.
Por otro lado, se insiste mucho en cambiar el modelo económico como quisiera cambiarse de enfermedad, la enfermedad ya existe y por ahora debe cambiarse de tratamiento y evitar que la salud del paciente se agrave.
Es probable que sea necesario optar por nuevo modelo híbrido con mucho de neoliberal, eso probablemente lo haría un nuevo gobierno (en el papel de médico) aplicando nueva doctrina (recetas) , donde el capitalismo sea la insignia, con mezcla de otras medidas (medicamentos), que si bien llegaría tierno y novato para algunas cosas, igualmente afectado por presiones políticas, sobrado de artimañas, argucias y picardías. Por donde se mire está faltando honestidad.
Ojalá vuelvas pronto dólar, te extrañamos.
*Periodista.