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- 2024-11-18
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El impuesto a la fortuna que se aplica en Bolivia desde 2021 fue concebido “para corregir los errores, justamente, del mercado”, porque de no haber intervenido el Estado en la economía no se hubiera reducido las desigualades y la pobreza, explicó el presidente Luis Arce en alusión a la propuesta de Brasil de un impuesto a los ricos.
“Propusimos aplicar el Impuesto a las Grandes Fortunas como una media no solo de recaudación, sino, fundamentalmente, de generar mayor igualdad en la distribución del ingreso”, explicó respecto a este impuesto aplicado en Bolivia desde 2021.
El Impuesto a las Grandes Fortunas (IGF) está dirigido a las personas naturales con una fortuna neta acumulada mayor a Bs 30 millones.
Según la ley 1357, el impuesto recae a quienes tienen bienes inmuebles, vehículos terrestres y de navegación aérea o acuática, inversiones de capital, depósitos en entidades financieras, dinero en efectivo en moneda nacional o extranjera, ingresos por seguros, joyas, obras de arte, antigüedades y artículos de colección y derechos de propiedad intelectual e industrial.
Arce defendió la intervención del Estado en la economía, porque solo así se pudo reducir las desigualdades y la pobreza, por ejemplo, con medidas como el impuesto a las grandes fortunas, “para corregir los errores justamente del mercado”.
“El sistema capitalista se ha caracterizado porque, cuando se aplica en su plenitud la lógica del mercado, siempre habrá una concentración del ingreso en pocas manos, que es justamente una enfermedad, una de las patologías, que tiene el sistema capitalista que, solamente, se corrige con la intervención del Estado, no hay otra alternativa”, afirmó.