24/09/2016 - 18:07:33
En una charla a fondo con Infobae, Guillermo Arduino, conductor de CNN, habló de las nuevas formas de terrorismo, la situación en Venezuela y Cuba, y las razones del ascenso de Donald Trump.

Aunque no cree que llegue a la presidencia, Arduino piensa que detrás de la candidatura del empresario está el hartazgo de la gente con Washington por la desconexión que perciben entre los políticos y su cotidianidad.

"Tenía una carrera ascendente, pero surgió la oportunidad y creí que era el momento", cuenta el periodista argentino radicado en los Estados Unidos hace 21 años, recordando que se fue en un momento profesional bueno en el país; la poca cantidad de gente que en esa época de plena paridad cambiaria emprendía otros rumbos lo animó a probar suerte. Una apuesta que salió bien, ya que se convirtió en una de las caras de CNN y CNN en Español.

—Has hecho una enorme cantidad de entrevistas y coberturas internacionales. ¿A quién soñás entrevistar?

—A Isabel Perón. ¿Pero sabés qué me gustaría saber? No lo que podemos encontrar en internet. ¿Qué sentía cuando decía: "Debo transmitir al pueblo el fallecimiento de un verdadero apóstol de la paz y la no violencia"? ¿Qué le pasaba como persona? Eso es lo que más me interesa saber. Cuando hoy ve los diferentes estadios que atravesó la política argentina en la sociedad, qué siente, cómo lo ve, sin ánimo de juzgar. ¿Qué era estar al lado de [Juan Domingo] Perón?

—¿Y de las entrevistas que has hecho cuál fue la más difícil?

—A lo largo de los años me doy cuenta de que lo que más me atrae es la información económica. También la información histórica global, terrorismo internacional, narcotráfico, corrupción. Pero hay una que se impone en mi memoria: fue una monja guatemalteca, ciudadana americana, violada por miembros de la guerrilla en Guatemala; la vejación que tuvo que atravesar y esa situación límite de ser violada en repetidas oportunidades por una persona que ella finalmente reconoce, consigue la foto cuando la liberaron, la publica y se llamaba Alejandro. Esa historia me pegó, no sé por qué, pero me pegó.

—Hablabas recién de terrorismo. En algún momento hacía falta un avión y armamento militar, hoy, con un camión pueden hacer un desastre. ¿Cómo fue el cambio?

—El reclutamiento viene a través de internet. La gente abraza esa idea a través de la inspiración que le produce un mensaje diseminado por redes sociales o por internet: ese para mí es el gran cambio. Hay dos temas, por un lado, qué ataca el Estado Islámico, o Al-Qaeda, fundamentalismo religioso islamista extremista. Ojo, el musulmán que está en la calle, que está en una mezquita, es una persona de bien. La única solución son expresiones de las que vemos hoy en día: diálogo interreligioso, la unión de las religiones y de las sociedades en contra de un mal para mandar un mensaje claro. Estos grupos atacan nuestra forma de vivir. ¿Cómo podemos hacer? Continuar con nuestro estilo de vida. No podés dejar de ir a una discoteca porque pusieron una bomba en una discoteca, no se puede.

La única forma de superar estos momentos difíciles es a través de la información

—¿Cómo se pelea contra eso?

—Con conocimiento, con diálogo, con información. Con lo que hacen el Papa u otros líderes religiosos, académicos. Llevando una entrevista a un académico que ayuda a la gente a pensar y se informa, diseminando información de lo que significa. Desmitificando y sacando el ruido comercial de una noticia y yendo a la esencia. En tu profesión y la mía tenemos una responsabilidad muy grande; aunque nos cacheteen, aunque nos odien y nos hagan bullying cibernético, uno tiene que seguir porque la única forma de superar estos momentos difíciles es a través de la información.

—¿Has sufrido bullying cibernético?

—A diario. "Agente del imperio", "derechista", "seguro Obama te está dictando las preguntas que tenés que hacer". Gente culta de este país, gente de los medios de comunicación que me escribe y me dice: "Dejá de servir al imperio, tus jefes te dicen qué es lo que tenés que preguntar en las entrevistas".

—¿Cómo estás viendo este momento de Venezuela?

—Muy complicado, preocupante. El que sufre más es el pueblo. Ojo que yo no compro cien por cien lo que dice la oposición. Pero sí hay algo que tenemos que recordar; antes, en el período, por ejemplo, de Hugo Chávez, ahora, Nicolás Maduro, o si hacemos un paralelismo con la Argentina, la ex presidente Cristina Kirchner, hoy, el presidente Mauricio Macri: ellos tenían y tienen el poder, tienen la responsabilidad de construir y de unir. Aquellos que tienen el poder deben responder más preguntas que los que no lo tienen.

—¿Qué pensaría Chávez de Maduro?

—Por algo lo puso, ¿no? En realidad, a Nicolás Maduro no le correspondía la presidencia en su momento hasta que se hicieron las elecciones; la Constitución decía que el sucesor debía ser el presidente de la Asamblea General, que era Diosdado Cabello. Él creía que Maduro era el personaje. El inicio de todo era una buena idea de Hugo Chávez, se le fue de las manos. Y ahora Nicolás Maduro tampoco lo puede manejar, porque el contexto es distinto y porque el Mercosur no lo apoya. La tendencia en Latinoamérica ahora es de cambio, se va hacia las antípodas, hacia el otro polo. Hugo Chávez hoy diría: "Nos fue mal". Lo puso a Maduro pensando que era mejor persona. Andá a saber la política interna, además, los otros personajes que hay alrededor vaya uno a saber qué perfil tienen, qué indicios de traición había.

No está mal ayudar a la gente que no tiene oportunidad, pero (el populismo) no les está dando oportunidades sino dádivas

—¿Se va termina el populismo en Latinoamérica?

—Sí, sin duda. Hay una definición de populismo tradicional que no es la que usamos nosotros, nosotros usamos la definición de populismo como la dádiva o el uso de recursos públicos para… No está mal ayudar a la gente que no tiene oportunidad, lo que pasa es que no les están dando oportunidades, les están dando una dádiva y los tipos nunca van a salir adelante. El populismo en esa concepción de que el gobierno debe ser el padre de todos te lleva a [Winston] Churchill. Churchill decía que la creación de impuestos, el crecimiento del Estado, lo único que hacía era empobrecer. Margaret Thatcher, hablando en la Cámara de los Comunes, dijo: "Ustedes quieren que el rico sea menos rico, no importa si el pobre es más pobre". O al revés, que el pobre sea más pobre en la medida en que el rico sea menos rico. El conservador considera que ellos son los generadores de riqueza, que si les ponés mucho impuesto, ese dinero no sale al mercado y no genera oportunidades. Se lo queda el gobierno y lo malgasta, y se pierde. En cambio, si el rico gasta, invierte y tiene una empresa, va a emplear, va a generar riqueza y el pobre va a tener en sus propias herramientas la posibilidad de tener más y dejar de ser pobre. Ese es el pensamiento generalizado.

Vos fijate lo que pasó en Venezuela, expropiación de empresas, aparecía Hugo Chávez y decía "Exprópiese" y sacaban a una fábrica de lo que fuere. Hoy, que hay escasez, ¿quién tiene que cubrir esa brecha? El Estado. ¿Lo está haciendo? No. En su momento decían que no había colas: "Todo un invento. No hay colas. No hay desabastecimiento, no existen". Ahora dicen: "Sí, hay colas porque el desabastecimiento lo produce la derecha imperialista que se queda con todos los anaqueles de la comida guardada para venderla al triple y lucrar con el poco dinero que tiene el pobre". Antes no había colas, ahora sí hay colas, pero la culpa es de la derecha. No, fracasó el modelo, salvá a tu gente antes de que sea demasiado tarde.

Raúl Castro quiere modernizar un poco la situación, por eso el acercamiento, porque ve que no hay salida

—¿Qué va a pasar con Cuba?

—En Cuba hay dos líneas internas de política. Raúl Castro quiere modernizar un poco la situación, por eso el acercamiento, porque ve que no hay salida, ya el orden mundial ha cambiado, aun China se occidentalizó. Entonces, por la cercanía geográfica, Raúl Castro sabe que es mejor para todos el acercamiento. Pero hay una línea dentro del país que no quiere eso, que es la línea dura. Hay dos caminos paralelos: la línea de Raúl Castro y la línea de los otros. Esos son los que de alguna forma tienen una alianza política y lo respaldan, él tiene que respetarlos. Por eso, a veces dice "Estados Unidos, el imperialismo" y después se da vuelta y le da la mano a Obama. Obama lo quiso abrazar y el tipo viste que no quiso. Él le debe la imagen a los que tiene al lado; cuando Obama se va, se queda con los amigos al lado. Creo que en realidad él quiere el cambio. Cuba va a acercarse muchísimo más. Ya los americanos tienen todo armado, las cadenas de hoteles, todo, porque es la mentalidad, la idiosincrasia americana; no están charlando por ahí como vos y yo ahora, están produciendo, están creando ideas, están viendo cómo invierten el dinero para seguir.

La crisis brasileña ha provocado que la visión de la Argentina como país de inversión haya cambiado para bien

—¿Ha cambiado la mirada de la Argentina en el exterior a partir del cambio de gobierno?

—Absolutamente; no creo que acá lo tengan así de claro. Y, lamentablemente para Brasil, la crisis brasileña ha provocado que la visión de la Argentina como país de inversión haya cambiado para bien para la Argentina. Pero, ojo, de la teoría a la práctica hay muchas variables. La Argentina vuelve a abrirse a los mercados internacionales, hay publicidad clara y evidente de cuáles son los índices de inflación, creo que el dólar está subvaluado en estos momentos, va a haber un ajuste. Pero la visión, el cambio fue de 180 grados en cuanto a percepción. Falta ahora que de acá respondan y digan: "Sí, señores, hay estabilidad, sí, te vamos a ayudar".

—¿Puede ser presidente Donald Trump?

—Creo que no, para mí no va a llegar, pero uno nunca sabe.

La gente está harta de la desconexión entre Washington y la gente que vive en un pueblito

—¿Cómo este personaje del que al principio casi nos reíamos o caricaturizábamos hoy es un posible presidente de Estados Unidos?

—Por culpa de Washington, porque los que hacen lobby están infectando el sistema, porque buscan sus propios intereses. Un político debe responder al que lo vota, al pueblo. La gente está harta de la desconexión entre Washington y la gente que vive en un pueblito. Por eso llega, porque Donald Trump es anti establishment. No lo votan las costas, no lo votan las grandes ciudades, no lo votan los académicos, las universidades, lo vota el pueblo chiquito.

—¿Qué pasaría con un Donald Trump presidente para Latinoamérica?

—Si él se convirtiera en presidente, no necesariamente reflejaría en acciones lo que dice. De todas formas, a Obama no le interesó mucho Latinoamérica tampoco. A Donald Trump, no creo. Primero, tenemos una diferencia de idioma, hay una afinidad muchísimo más clara con Gran Bretaña, Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Sudáfrica, con estos países que hablan inglés. Pero no creo que lo que vemos hoy pueda ser representativo de quién es. No le creo cuando dice: "Hay que hacer un muro y que México lo pague"; eso es retórica política pura. Como también Obama dijo que iba a encaminar a los inmigrantes ilegales hacia la ciudadanía y deportó más que George W. Bush, pero en la retórica queda otra cosa.

INFOBAE
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