- América
- 2020-11-08
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El Diario.- La informalidad y el empleo independiente son significativamente altos en la economía boliviana, de acuerdo con informes de organismos internacionales, que advierten que esta situación deja sin beneficios sociales a las personas. La incidencia del empleo independiente exhibe, en general, una correlación negativa con el nivel de desarrollo del país, y este resulta ser significativamente más elevado en los países de América Latina que en los europeos, Estados Unidos y Canadá, según el informe “Rotación ocupacional e informalidad laboral: El caso de los trabajadores independientes en América Latina”, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El documento señala que en Honduras o en Bolivia este tipo de inserción laboral concentra alrededor del 60 por ciento del empleo total. Este panorama parece sugerir que la elevada incidencia del autoempleo en la región no es resultado de un mayor “espíritu emprendedor” en relación con países más desarrollados, sino un reflejo de insuficientes oportunidades de empleo asalariado. Mientras que en Estados Unidos solo un 6 % de los trabajadores se desempeña de manera independiente. Sin embargo, OIT advierte alta inestabilidad en trabajo independiente en América Latina y baja opción de avanzar al empleo formal. En febrero pasado, Según el informe Perspectivas sociales y del empleo en el mundo, que publicó la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más del 90 % del empleo es informal en Bolivia, en los trabajadores del comercio. “Con la excepción de las actividades financieras, la informalidad sigue siendo generalizada en los diversos segmentos de servicios de mercado. Por ejemplo, un promedio del 65 % de los trabajadores en el comercio al por mayor y al por menor sector se emplea informalmente, en países individuales. Esta proporción varía del 22 % en Costa Rica a más del 90 % en el Estado Plurinacional de Bolivia, Ecuador y Nicaragua”, indicaba el informe. También señaló que la cuota del empleo informal en los sectores de transporte, almacenamiento y comunicación varía del 10 % en Uruguay a más del 90 % en Bolivia y Ecuador. El documento sostiene que el número de trabajadores asalariados en Latinoamérica (en oposición a los que lo hacen por cuenta propia o en negocios familiares) es alto. Del 63 % en 2018. Pero que ello no es sinónimo de calidad en el empleo, ya que casi la mitad de ellos (45 %) se desempeña en trabajos informales. En ese documento, la OIT sostiene que un 53 por ciento de los trabajadores latinoamericanos se dedica a la economía informal (fuera del control estatal y no fiscalizada), y el porcentaje sube hasta cerca del 80 por ciento en países como Bolivia, Guatemala y Nicaragua. De acuerdo al informe “Rotación ocupacional e informalidad laboral: El caso de los trabajadores independientes en América Latina”, esta categoría ocupacional representa alrededor de un cuarto del total de los ocupados en la región durante los últimos años. Factores como la baja cobertura en seguridad social, inestabilidad en los ingresos y la frecuente rotación entre empleos son algunos de los principales responsables de las dificultades que tienen trabajadores independientes de América Latina para poder transitar a un empleo formal, según señala la nueva edición de la serie de Informes Técnicos de la Oficina de la OIT para el Cono Sur de América Latina, publicado en su página web de americaeconomia La elevada y creciente heterogeneidad interna de ese grupo de ocupados se traduce en baja cobertura de la seguridad social e inestabilidad en los ingresos, entre otros aspectos. El informe señala que la frecuente rotación entre empleos que presentan los trabajadores independientes, puede atentar contra su empleabilidad, pues reduce las posibilidades de ir acumulando algún tipo de capacitación específica. Además, destaca que una elevada intermitencia ocupacional podría afectar de manera negativa su bienestar y el de sus familias, en la medida en que implique intensas fluctuaciones de ingresos. Tal situación resulta dificultosa especialmente para las familias de menores recursos, por estar asociada a mayores niveles de vulnerabilidad frente a riesgos sociales.