- #Especiales
- 2024-12-20
Loading
[Estamos en WhatsApp. Empieza a seguirnos ahora]
Emily Russell, embarazada y residente de Swannanoa, Carolina del Norte, enfrentó una situación crítica durante el paso del huracán Helene en Estados Unidos. La mañana del 27 de septiembre, Russell se encontraba sola en su casa cuando las inundaciones provocadas por la tormenta la dejaron atrapada sin posibilidad de escapar.
Según relató al medio local WXII, el agua se elevó rápidamente hasta alcanzar el nivel de su cuello. Esto la obligó a buscar refugio junto con su perro en un colchón, donde permanecieron flotando durante aproximadamente ocho horas.
“La sensación era como estar atrapada en una isla. No sabía qué hacer. En ese momento no podía salir de casa”, describió Russell al mismo medio. No podía salir de su hogar y sin saber si recibiría ayuda. Durante este tiempo, se vio forzada a permanecer a la deriva dentro de su propia casa, mientras observaba cómo la corriente de agua empujaba muebles y vehículos fuera de control.
Pero la espera no fue fácil. El agua arrasaba con todo lo que estaba por su paso y estaba a punto de hacer lo mismo con la casa de la mujer embarazada. “Realmente pensé que me iba a ahogar en mi propia casa”, afirmó a WXII.
Incluso escuchó como una parte de la casa se rompió, y el miedo en su cuerpo aumentó. Contó: “Cuando empiezas a escuchar eso, es casi como una película. Y luego el agua empujó la puerta de entrada hacia adentro y luego la puerta de atrás. En 30 segundos, estaba desde el suelo hasta el nivel del cuello”.
En ese momento es cuando decide mantenerse en el colchón junto a su perro, sin mucho más por hacer. Solo le quedaba esperar que el tiempo pase y hacer lo mejor para no terminar en el agua.
Finalmente, alrededor de las seis de la tarde, David, su esposo, logró llegar hasta ella. Russell entendió que era su única oportunidad de huir. Sin embargo, al intentar salir de la casa hacia el patio delantero, la fuerza de la corriente la detuvo, apenas permitiéndole avanzar unos tres metros.
“Así que el perro y yo salimos corriendo hacia el patio delantero, pero la corriente era tan fuerte que solo pude caminar unos tres metros. Tuve que gritarles: ‘No puedo caminar más o me van a llevar’”, contó al medio local. No le quedó más que seguir esperando.
A pesar de la experiencia extrema, Russell sobrevivió y espera el nacimiento de su bebé en pocas semanas. A pesar de seguir con vida, la preocupación y angustia de la familia es saber que prácticamente perdieron su casa y que todavía no saben si tienen un trabajo al cual asistir.