- #Especiales
- 2024-10-30
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Infobae.- Pocos días después de su segundo cumpleaños, Brigland Pfeffer estaba jugando con sus hermanos en el patio trasero de su casa en San Diego.
Su madre, Lindsay Pfeffer, estaba a unos pocos metros cuando Brigland hizo un ruido y vino corriendo desde el fogón de piedra, sosteniendo su mano derecha. Ella notó un punto de sangre entre su pulgar e índice cuando su hijo mayor gritó: “¡Serpiente!”
“Vi una pequeña serpiente de cascabel enrollada junto al fogón”, dijo.
Pfeffer llamó al 911 ese día de abril y una ambulancia llevó rápidamente a Brigland al Centro Médico Palomar en Escondido.
El procedimiento médico
Cuando llegaron, la mano de Brigland estaba hinchada y morada.
El antiveneno, una terapia de antídoto que desactiva ciertas toxinas, generalmente se administra a través de una vía intravenosa directamente al torrente sanguíneo. Pero el personal de la sala de emergencias tuvo dificultades para insertar el IV.
Después de varios intentos, finalmente utilizaron un procedimiento que administra el medicamento al interior de la médula ósea, proporcionando a Brigland una dosis inicial del antiveneno Anavip.
Fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos pediátricos del Hospital Infantil Rady, donde recibió más Anavip.
La hinchazón, que se había extendido hasta su axila, disminuyó lentamente. Un par de días después, salió del hospital con sus padres agradecidos.
Luego llegaron las facturas.
Fue de 297 mil 461 dólares, lo que incluía dos traslados en ambulancia, una visita a la sala de emergencias y un par de días en cuidados intensivos pediátricos. Sólo el antídoto representa 213 mil 278,80 dólares del total de la factura.
El problema de facturación
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estiman que las serpientes venenosas muerden a entre 7.000 y 8.000 personas en los Estados Unidos cada año. Alrededor de cinco personas mueren. Esa cifra sería mayor, dice la agencia, si no fuera por el tratamiento médico.
Muchas mordeduras de serpiente ocurren lejos de la atención médica, y no todas las salas de emergencias mantienen el costoso antiveneno en existencia, lo que puede sumar grandes facturas de ambulancia a una atención ya cara.
A menudo se necesitan más de una docena de viales, que típicamente cuestan miles por vial, para tratar una mordedura de serpiente. El número medio por paciente es de 18 viales, dijo Michelle Ruha, doctora de emergencia en Arizona y ex presidenta del Colegio Americano de Toxicología Médica.
La fabricación, que no ha cambiado fundamentalmente desde que se desarrolló el antídoto hace más de un siglo, no explica el alto precio. Se extrae veneno de las criaturas venenosas, luego se inyecta una pequeña cantidad no dañina de toxina en animales como caballos u ovejas. Se extraen anticuerpos de su sangre y se procesan para producir antiveneno.
¿Por qué el alto precio?
Una explicación es que los hospitales aumentan el precio de los productos para equilibrar los costos generales y generar ingresos.
Brigland recibió Anavip en dos hospitales que cobraron precios diferentes.
Palomar, donde el personal de emergencia trató a Brigland, cobró 9 mil 574,60 dólares por vial, para un total de 95 mil 746 dólares por la dosis inicial de 10 viales de Anavip.
Rady, el hospital infantil más grande de la Costa Oeste, cobró 5 mil 876,64 dólares por cada vial. Para los 20 viales que Brigland recibió allí, el total fue de 117 mil 532,80 dólares.
Ninguno de los hospitales respondió a las solicitudes de comentarios.