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Diez das despus de iniciada la rebelin de las pititas los cimientos del Gobierno del presidente Evo Morales, de palos y represin, han empezado a tambalear y ceder, porque si hay algo que ha quedado claro, es que se puede jactar de haber ganado las elecciones (con la complicidad del Tribunal Supremo Electoral), pero ha perdido al pueblo.
Porque durante estos das quien ha templado las pititas, es el pueblo. Es el pueblo, es la familia, es el ciudadano comn que no tiene otra ideologa, ni otra aspiracin que la de vivir en paz, trabajar en paz y desarrollarse en paz, vivir en libertad y tener la potestad que se respete su voto porque as puede poner o sacar al gobernante que le de la gana.
Porque la mxima misin que tiene un Estado: la paz social, que la desconoce el propio Presidente Evo Morales, porque no la aprendi y le mete nomas por eso se ofrece a dar ctedras sobre cmo bloquear y cercar a las ciudades, cuando de paso se vanagloria de ser un humilde campesino que no sali bachiller y que no curs el sexto de secundaria porque su padre llev un cordero a la escuela en Isallavi, Oruro, y as pas directo hasta el sptimo.
Por eso hemos respondido en familia y en paz en zonas que se crean eran reducto del Movimiento al Socialismo, como la Villa Primero de Mayo, el Plan Tres Mil, Yapacan, San Julin, en Santa Cruz, y lo mismo ha ocurrido en Cochabamba, Oruro y La Paz, donde se han librado batallas callejeras.
Resultado: los milicianos del Gobierno han tenido que huir con la cola entre las piernas y los vecinos han vuelto a poner las pititas.
Porque la familia, porque los jvenes, porque Dios, se ha empoderado de esta causa.
Y si seguimos as?, Se ha preguntado un ciudadano a tiempo de describir que esta pausa que hemos tenido nos ha hecho encontrarnos con la familia, con los vecinos, a dormir con la puertas de par en par y compartir una comidita, del mismo plato, en una olla comn. Por eso esta rebelin de las pititas, es invencible y no debe parar.
El Gobierno sigue perdiendo ms batallas en el propio terreno, a pesar de los pagos y de repartir palos y recibir una ayudadita de la Polica y del Ejrcito, pero ya acept revisar las actas del cmputo electoral y ese es otro logro de esta gran movilizacin.
Y vamos por ms, hasta lograr la anulacin total y tener un nuevo Tribunal Supremo Electoral. Cuando la dictadura es un hecho, la revolucin se vuelve un derecho, deca el dramaturgo francs, Vctor Hugo. Y la consigna es no aflojar y sumar a los que estaban alineados por intereses de clculo poltico o dudando, como es el caso de la Alcalda y la Gobernacin que han decidido cooperar abriendo comedores populares o de la misma Universidad Autnoma Gabriel Ren Moreno que mantiene firme una huelga de hambre en el Paraninfo Universitario.