Sábado 04 de enero 2025

Año Nuevo, Bolivia Nueva



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A la llegada del nuevo año, en el que tendremos la alegría de celebrar los doscientos años de vida de nuestra amada y casi desaparecida República de Bolivia, no todos los augurios son favorables, dado que dichas celebraciones casarán con varios acontecimientos políticos internos y externos, que muy posiblemente echen a perder el brillo y el fervor de  dichas festividades.



A pesar de la imposibilidad de predecir con cierta exactitud la interacción de tales eventos, es necesario advertir que el número de elecciones y cambios que surjan de estos comicios hará sentir profundamente su impacto en toda la región, desde los Estados Unidos, hasta Bolivia. Cambios que, a su vez, tendrán la capacidad de transformación y renacimiento de fuerzas, tanto internas como externas.



Como señalamos en artículos anteriores, la agenda electoral de América Latina el 2025 estará llena de elecciones nacionales y otros eventos políticos significativos aún mucho mayores, que los que caracterizaron a los anteriores años electorales ya que, en esta ocasión, se prevé la batalla final o apocalíptica, entre los demonios  del Foro de Sao Paulo, encabezados por su inmaduro dictador, versus los ángeles del bien, representado por el legalmente electo gobierno de Edmundo González. Estamos seguros de que tales acontecimientos irán seguidos de protestas nacionales masivas por parte de los leales a González, con la acostumbrada represión y detenciones a gran escala por parte de los cipayos leales a Maduro.



Entretanto, once días después de ese histórico evento en Venezuela, se estará posesionando por segunda vez, Donald Trump, como presidente de los Estados Unidos, con el anunciado y firme propósito de dirigir los ejércitos de la resistencia contra el narco comunismo ateo y depredador, que dio fin con Cuba, Nicaragua, Venezuela y muchos otros países que están sometidos a esa nefasta línea y, dando pie a la saliente administración de Joe Biden, como a la suya propia, de explayarse con la aplicación de una nueva serie de sanciones, perfectamente justificadas.



Países como el nuestro, donde la fe en la democracia está  profundamente cuestionada, por la frustración ante la deficiente actuación de los gobiernos de los “Reservistas Morales” que en estas dos últimas décadas despilfarraron nuestros recursos y generaron una corrupción desembozada, tornándola endémica; el desmedido incremento del narcotráfico; la inseguridad jurídica, que permite la formación de republiquetas como el Chapare y el malestar económico, que hace con que las proyecciones de un  crecimiento  económico de al menos un 2% sea una quimera; hace que un proceso eleccionario como el que  se prevé para Agosto del 2025, simplemente sea una nueva parodia, donde continúe el fraude y la decepción total.



A la luz de lo anteriormente expuesto, creemos que Bolivia debe retornar a su calidad de República unitaria, para nuevamente hacer parte del concierto de las naciones, que nos brinden apoyo a nuestra seguridad económica, política y jurídica y dentro del marco de la cultura occidental en el cual nacimos como nación y República de Bolivia. Ese sería el mejor deseo para este Año Nuevo, con una Bolivia Nueva.