Jueves 26 de septiembre 2024

Suelo arcilloso de Marte encierra su antigua atmósfera



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Un estudio recogido este miércoles en la revista Science Advances sostiene que la mayor parte de la antigua atmósfera de Marte podría estar encerrada en la corteza arcillosa del planeta.

La ciencia cada vez posee más evidencia de que Marte no siempre fue el frío desierto que es hoy, sino que tuvo agua en su superficie y, en consonancia, una atmósfera densa que evitaba que el agua se congelara.

Hace aproximadamente 3.500 años el agua de la superficie del "planeta rojo” se secó, y su atmósfera, cargada de dióxido de carbono, se redujo drásticamente quedando en el ligero velo que se adhiere al planeta en la actualidad.

¿Cómo sucedió esto?

Ahora, un estudio liderado por geólogos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) propone una sólida explicación sobre cómo los gases de esa atmósfera pueden haber quedado encerrados en la corteza arcillosa del planeta.

El equipo argumenta que, mientras hubo agua en Marte, el líquido podría haberse filtrado a través de ciertos tipos de roca y desencadenar una lenta cadena de reacciones que extrajeron progresivamente dióxido de carbono de la atmósfera y lo convirtieron en metano, susceptible de quedar atrapado en la superficie arcillosa del planeta.
 

Un proceso similar a otras regiones de la Tierra

Los investigadores han llegado a esa conclusión aplicando el conocimiento existente sobre interacciones entre rocas y gases similares en la Tierra.

Descubrieron que la cantidad de arcilla que se calcula que cubre la superficie de Marte podría retener hasta 1,7 bares de dióxido de carbono, lo que equivaldría a alrededor del 80 % de la atmósfera inicial del planeta rojo.

"Basándonos en nuestros hallazgos en la Tierra, hemos visto que en Marte se produjeron procesos similares y que hubo grandes cantidades de CO2 atmosférico que se transformaron en metano y quedaron secuestradas en las arcillas que hay en la superficie del planeta”, afirma uno de los autores, Oliver Jagoutz, geólogo en el MIT.

Los investigadores creen que este carbono secuestrado podría recuperarse algún día y convertirse en una fuente de energía para futuras misiones entre Marte y la Tierra.


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