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- 2024-10-03
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En un mundo donde más de 700 millones de personas pasan hambre, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) llamó de nuevo este viernes 27 a frenar la pérdida y el desperdicio de alimentos, la tercera parte de lo que se produce en sembrados, granjas y pesquerías.
Qu Dongyu, director general de la FAO, expuso que “al reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, los países y las comunidades pueden beneficiarse de una mayor seguridad alimentaria, el acceso a dietas saludables y una menor malnutrición, al tiempo que disminuyen su huella de gases de efecto invernadero en el mundo”.
Más de 13% de los alimentos se pierden a nivel mundial en la cadena de suministro después de la cosecha en las granjas y antes de la etapa de venta minorista. Luego, el desperdicio de alimentos, que se produce en los niveles minorista, de servicios de alimentación y en los hogares, asciende a 19 %, según estadísticas compiladas por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio ambiente (Pnuma).
Por otra parte, se calcula que la pérdida y el desperdicio de alimentos representan entre el 8 y 10 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, que calientan la atmósfera y contribuyen a la crisis climática.
El gas metano producido por la pérdida de alimentos en descomposición también tiene un potencial mucho mayor para atrapar el calor que el dióxido de carbono (CO2), todo lo cual incide negativamente en el medio ambiente.
La pérdida de alimentos después de que se recolectan y antes de llegar a las tiendas, por fallas en su manejo, transporte o almacenaje, se estima mundialmente en más de 400.000 millones de dólares anuales, y el desperdicio en la venta al por menor, restaurantes u hogares puede ser una vez y media esa cifra.
Un estudio del Pnuma indicó que solo en el año 2022 se generaron 1.050 millones de toneladas de residuos alimenticios, incluidas las partes no comestibles, lo que supone 132 kilogramos per cápita y casi una quinta parte de todos los alimentos disponibles para los consumidores.
De esos alimentos desechados en 2022, 60 % se tiró en casas particulares, 28 % en los servicios de alimentación y 12 % en el comercio minorista.
Un estudio de perspectivas agrícolas de la FAO y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde, de naciones industriales y emergentes) para el período 2024-2033 proyectó que reducir a la mitad la pérdida y el desperdicio de alimentos reduciría cuatro por ciento las emisiones globales de gases de efecto invernadero de la agricultura.
Al mismo tiempo, con esa reducción a la mitad en pérdidas y desperdicio el número de personas desnutridas se reduciría en 153 millones para el año 2030.