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- 2024-12-09
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IPS.- En 2024, la población de la región latinoamericana y caribeña llegó a 663 millones de personas, 3,8 % menos de lo que previó en el año 2000, cuando se proyectaba que sería de 689 millones de personas, mostró el más reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal, dijo al presentar el informe en esta capital chilena que “la natalidad se ha reducido más rápidamente de lo esperado a comienzos de siglo, y entonces no se preveían el aumento de la mortalidad por covid-19 o el incremento de los movimientos migratorios”.
Actualmente, se proyecta que la población de la región alcanzará una cifra máxima de 730 millones en 2053, según el estudio de la Cepal “Observatorio Demográfico 2024: Perspectivas poblacionales y cambios demográficos acelerados en el primer cuarto del siglo XXI en América Latina y el Caribe”.
En el documento destaca que la tasa de crecimiento de la población de la región es cada vez menor, que en la década de los años 60 superaba 2,5 % anual.
Sin embargo, a partir de mediados de esa década comenzó una tendencia decreciente, debido sobre todo a la disminución de la fecundidad. Hacia mediados del siglo XX la tasa de fecundidad llegó a 5,8 hijos por mujer, y actualmente es de 1,8.
La acelerada transición demográfica ha provocado grandes cambios en la estructura por edades de la población de la región. En 1950, alrededor de 41 % de la población tenía menos de 15 años; hoy en día, esa proporción se ha reducido a 22,5 %.
Al mismo tiempo, la población adulta de entre 15 y 64 años pasó de 55,6 % del total de la población en 1950, a representar 67,6 % en 2024.
Se prevé que, en 2050, cerca de 18,9 % de la población regional estará integrada por personas mayores de 65 años, aproximadamente el doble que en la actualidad ((9,9 %). Eso significa un aumento desde 65,4 millones de personas mayores de 65 años en 2024, a un estimado de 138 millones en 2050.
La edad mediana de la población en la región en 1950 era de 18 años, actualmente es de 31 y se prevé que para 2050 será de 40 años.
El informe destaca que ese rápido cambio demográfico da lugar a desafíos y oportunidades para la región, en el contexto de un envejecimiento poblacional acelerado, con un aumento significativo de la edad mediana de la población.
Desde la Cepal “llamamos a promover el envejecimiento saludable de la población y ofrecer a todos, especialmente a los grupos de menor ingreso, acceso a sistemas de salud y protección social que reduzcan el impacto de la mayor demanda de cuidados sobre las familias”, dijo Salazar-Xirinachs.
Ello porque el cambio de la estructura por edades de la población y la caída persistente de la fecundidad plantean desafíos que se suman a los ya existentes en la región en materia de desigualdad socioeconómica y de acceso a bienes y servicios.
El envejecimiento incide en todos los ámbitos de la política pública y, sobre todo, conlleva un aumento de la demanda de servicios de cuidados de largo plazo, una nueva combinación de desafíos y oportunidades.
Salazar-Xirinachs dijo que es crucial considerar especialmente la situación de las mujeres, que en general son quienes absorben la carga de los cuidados familiares de las niñas y niños y de las personas mayores.
Por otra parte, análisis del período 1980-2023 refleja un aumento de la cantidad total de personas en la fuerza de trabajo en la región, sobre todo en las áreas urbanas. Las proyecciones para el período 2024-2050 indican que este aumento continuará en los años venideros, aunque con menor ritmo de crecimiento.
Se calcula que en 2024 hay cerca de 332 millones de personas en la fuerza de trabajo de América Latina y el Caribe, con 274 millones en las áreas urbanas.
La fuerza de trabajo urbana seguirá aumentando hacia 2050, cuando ascenderá a 337 millones de personas, de un total de 395 millones. Se prevé que el crecimiento de la fuerza de trabajo rural se estanque, lo que ya se observó en la última década.
En resumen, señala la Cepal, la evolución demográfica es una transformación estructural fundamental que demanda replanteamientos en varios campos de política, para poder avanzar hacia sociedades más productivas, inclusivas y sostenibles en América Latina y el Caribe.