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- 2025-03-14
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Mientras Bolivia sufre la crisis de hidrocarburos más importante de su historia y el país se transforma en un caos de colas en estaciones de servicio y pánico en la población, salta a la luz un escándalo de corrupción que involucra a la familia del presidente Luis Arce y a una dinastía empresaria de su entorno más íntimo: los Valdivia. La denuncia está publicada en el diario argentino Letra P.
El gobierno del presidente Arce informó que no pueden obtener los dólares suficientes para importar combustibles, en un esfuerzo por justificar así la escasez de diésel.
Por otro lado, en todas las ciudades del país la falta de combustible genera interminables colas que generan caos e inactividad en la economía. La crisis en Bolivia es total y la ciudadanía da muestras contundentes de haber perdido la paciencia.
Bolivia consume por día unos siete millones de litros de diésel y unos seis millones de nafta. Importa un 80% de ese primer carburante y un 50% del segundo. Además, el Gobierno subvenciona dicha importación, pues se vende a un tercio del precio internacional. Ese gasto significó una profunda caída de sus reservas internacionales. Junto a la nafta y el diésel, la ciudadanía boliviana también sufre por la falta de dólares en el sistema financiero privado.
Importación de combustibles, caída de la producción y crisis
Durante la gestión de Arce, la importación de diésel y nafta que monopoliza Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) aumentó aceleradamente. Esto ha beneficiado a empresas extranjeras proveedoras de combustibles, pero ha generado un impacto negativo en la economía del Estado, ya que YPFB vende estos combustibles en el mercado interno a precios subsidiados, con pérdidas millonarias.
Simultáneamente, la exportación de gas ha disminuido por la falta de inversión y gestión oficial, reduciendo drásticamente los ingresos en dólares. Esta situación afecta al gobierno central y también a alcaldías, gobernaciones y universidades, profundizando la crisis económica.
El déficit de dólares ha alcanzado un punto crítico, obligando al Gobierno a admitir públicamente que no puede garantizar la importación de diésel y gasolina. Esto ha provocado largas colas en los surtidores y un creciente descontento popular.
Un esquema de corrupción
Detrás de esta crisis, emerge un posible esquema de corrupción: la intermediación de Botrading, una subsidiaria de YPFB en Paraguay. Según denuncia la oposición, a través de esta empresa se realizaron compras de combustibles a precios inflados, lo que habría generado ganancias ilícitas para un círculo de poder ligado al hijo del presidente y al empresario Eduardo Valdivia.
Investigaciones recientes revelan que Eduardo Valdivia adquirió un lujoso departamento por más de 2 millones de dólares en Asunción, en una torre ubicada en la zona residencial más lujosa de la capital paraguaya, con amenities de lujo y de la cadena Armani Home sin una justificación clara de ingresos. La Justicia deberá determinar el origen de esos fondos y de otras inversiones en Paraguay y otros países en Botrading.
Elecciones en Bolivia
Mientras la Justicia define si investigará los presuntos hechos de corrupción, la población enfrenta inflación y una crisis económica creciente. La falta de combustible y de dólares agrava la situación, convirtiendo la crisis en un negocio millonario para el círculo cercano al poder.
Bolivia tiene elecciones presidenciales en agosto y Arce, su equipo de gobierno y su entorno empresarial intentan desesperadamente quedarse en el poder. La oposición estima que en el momento que abandonen el Palacio Quemado y pierdan poder deberán enfrentar a la Justicia.