Jueves 11 de diciembre 2025

Ocaso del Castro-comunismo



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Celebrando los 63 aos del ominoso muro de la vergenza, como fue denominada la muralla que dividi durante ms de 28 aos la ciudad de Berln, paradjicamente bautizada por la comunista Repblica Democrtica Alemana como Muro de Proteccin Antifascista, es una sensacin de cuya reminiscencia nos resulta muy difcil abstraernos, especialmente para quienes tuvimos la suerte, o mala suerte de presenciar su edificacin, as como la inslita oportunidad de contemplar su derribo.

Fue un 13 de agosto de 1961, a escasos 16 aos de finalizada la segunda guerra mundial, cuando bajo el irrisorio pretexto de proteger a la poblacin que ocupaba la parte oriental de Berln del ingreso de elementos fascistas, que tropas militares soviticas, en una sorpresiva accin comando, resolvieron montar una valla de alambre de pas que devino posteriormente en el horroroso muro de concreto que separ, por ms de medio siglo, la capital de la Repblica Federal Alemana.

Los jvenes estudiantes latinos de entonces, enfervorizados por el triunfo de Fidel Castro y su guerrilla sobre el rgimen dictatorial de Fulgencio Batista, vimos en la actitud de la Rusia sovitica una reaccin natural de su lucha contra el imperio norteamericano empero, jams nos habramos imaginado que con ese hecho se estaban iniciando las peores y ms largas dictaduras de cuantas ha padecido el gnero humano. Asimismo, nunca habramos podido vaticinar que, slo el intento de trasponer dicha muralla iba a costar la vida de ms de 270 personas que fueron vilmente asesinadas en su tentativa, incluyendo una treintena que fallecieron como consecuencia de la detonacin de minas. Por supuesto no existe, ni existi nunca, registro alguno sobre individuos que hubieran pretendido ingresar voluntariamente a radicar en ese infierno comunista.

Hoy, a 63 aos de ese indignante acontecimiento, y cuando celebramos 35 aos de su cada, los hechos confirman lo ilusos que fuimos quienes asistimos azorados a esa triste realidad. Bastaba ver la diferencia que exista entre las dos Alemanias; la suerte que corrieron muchos otros parasos comunistas; y la suerte que corre y sigue viviendo Cuba; sojuzgada por sus dspotas que, so pretexto de un supuesto embargo norteamericano, emprendieron dispendiosas expediciones guerrilleras, con infamantes derrotas, como la del tristemente clebre Che Guevara en Bolivia.

Muy distinta sera la historia poltica de nuestra regin, si no se persistiese en aplicar esa terca y anacrnica doctrina fracasada de la Unin Sovitica, su nido, trasladndola pertinazmente a nuestros pases, envuelta en papel de regalo de la droga, del populismo, y de un fanatismo ateo inmerso en un ataque contra la Iglesia catlica, como es el caso de Nicaragua. Asimismo, se basa en contrariar el modelo occidental de gobierno basado en la libertad, en el respeto a los derechos humanos, en la libertad de expresin y en el respeto a la propiedad e iniciativa privada.

En un destello de lucidez, Fidel el guerrillero, cambi su estrategia de botas por la de votos y, copiando impdicamente la poltica del yanqui embargador, cre un Foro de populistas parasitarios que sufraguen su permanencia en el poder. Venezuela fue la primera vctima en ser saqueada de toda su riqueza, para terminar al igual que Cuba, donde su revolucin hoy se expresa en una caresta inhumana de los ms elementales productos de la canasta familiar y en cortes de energa elctrica de hasta 14 horas diarias, razn suficiente para que la poblacin islea reaccione con justificada violencia y presagie el ocaso del castromunismo.